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Antonio Vivó Noguera

Biografía

Vivó Noguera, Antonio. Valencia, 1772 – 1834. Pintor.

Pintor formado en la Academia de Bellas Artes de San Carlos. Cultivó el retrato y la pintura religiosa, aunque se distinguió por sus lienzos de flores.

Ingresó en la Sala de Principios a los diez años, donde fue premiado en 1785 y 1787. Un año antes, había opositado sin éxito a la tercera clase de Pintura. En 1788, pasó a la Sala de Flores. Como es sabido, la Sala de “Flores, Ornatos y otros diseños adecuados para los Tejidos” comenzó a funcionar en la Academia de Bellas Artes de San Carlos en el año 1778. Su creación estuvo determinada por la necesidad de formar pintores especializados en el diseño textil capaces de crear modelos originales que asegurasen la independencia y el desarrollo de las sederías valencianas. Esta Sala se convirtió en la Escuela de Flores y Ornatos seis años más tarde, a partir de la Real Orden de 1784. En ella, Carlos III equiparó oficialmente estos estudios en rango, dotación y dignidad con las restantes enseñanzas académicas y nombró como director al “Maestro de Flores” Benito Espinós (1748-1818). Estos estudios sólo lograron parcialmente convertirse en un estímulo para la industria textil. Sin embargo, formaron a un excelente grupo de pintores de flores, entre los que se encuentra Antonio Vivó.

Como discípulo de la Sala de Flores, consiguió la tercera pensión el 3 de mayo de 1790. Actualmente, podemos hacernos una idea de la tarea realizada por Vivó en esta época bajo las enseñanzas de Espinós, pues entre los dibujos de este artista conservados en el Museo de Bellas Artes de Valencia se encuentran tres diseños para ser aplicados al tejido por los que obtuvo esta gratificación. No obstante, todo parece indicar que las aspiraciones de Vivó eran más amplias, pues mientras presentaba obras en la Clase de Flores, también lo hacía en las de Pintura y Escultura. De hecho, en el mes de diciembre del mismo año, fue premiado por los dibujos realizados en la Sala de Escultura. En 1791, volvió a ser galardonado en la Clase de Flores y en Pintura. Un año más tarde, le fue concedido el segundo premio y la pensión correspondiente por un florero pintado al óleo y un dibujo “de tafetán matizado”, alcanzando el primero en el Concurso General de 1798.

En 1799, una vez obtenidos todos los premios “menores”, Vivó solicitó tema para obtener el título de Académico de Mérito en Pintura de Flores, lo que suponía alcanzar el reconocimiento oficial de su arte. Debía entregar para ello un florero pintado al óleo y un “dibuxo adaptado a fábrica de terciopelo de un vestido completo de hombre del gusto más moderno”. No debió presentar la obra correspondiente, porque cuando solicitó el grado de Académico Supernumerario por la Pintura en 1804, su petición no fue atendida por estar pendiente su nombramiento anterior en la Clase de Flores. En 1815, volvió a solicitar el título de Académico de Mérito en Pintura. La Junta de la Academia le señaló como tema La expulsión del Paraíso. Sin embargo, no consta que consiguiera esta distinción.

Gracias a la información proporcionada por Almela y Vives, sabemos que Antonio Vivó falleció en 1834. Este mismo autor refirió las escasas noticias que existen acerca de su producción como retratista y pintor religioso. Él mismo vio “un retratito de una niña llamada Dª María Candelaria Minguet y Montero” tocando una pandereta, realizado en 1821. En cuanto a la pintura religiosa, cita una Cena, de la colección de Mauricio Daroca y Llaneres y “unos Santos” en la ermita de Santa Bárbara de Moncada. A estas obras, puede añadirse la Sagrada Familia que apareció en el mercado de arte en el año 2000. No obstante, todo indica que su fortuna como pintor se debió fundamentalmente a sus composiciones de flores. Lamentablemente, los dos floreros que se encontraban en el Museo de Bellas Artes de Valencia se perdieron hace bastante tiempo. Muy posiblemente, fueran las obras que aparecen en el Inventario de las pinturas, flores pintadas y dibuxadas ... de la Academia de San Carlos de Valencia, de 1797-1834, con los números 12 y 52. El primero era “un florero pintado al óleo de dos palmos y medio de ancho”, por el que consiguió el premio de segunda clase en el concurso de 1792. El otro florero, “de dos y tres y medio palmos con bareta dorada pintado al óleo”, fue una de las obras por las que se le adjudicó el primer premio en el concurso General de 1798. El único lienzo de flores firmado por Vivó que se conoce hasta el momento se encuentra en el mercado artístico y por sus características parece responder a un trabajo de madurez del artista.

 

Obras de ~: Dibujos de flores y modelos para tejidos, Museo de Bellas Artes de Valencia, 1790-1798; Florero, mercado artístico; Retrato de María Candelaria Minguet, colección particular; Santa Cena, colección particular; Sagrada Familia, mercado de arte; decoración para la ermita de Santa Bárbara de Moncada, Valencia.

 

Bibl.: V. Boix, Noticia de los artistas valencianos del siglo XIX, Valencia, Imprenta de Manuel Alufre, 1877, pág. 62 ; M. Ossorio y Bernard, Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX, Madrid, Imprenta de Moreno y Rojas, 1883-1884, pág. 702; C. Muñoz y Manzano, Conde de la Viñaza, Adiciones al diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España de D. Juan Agustín Ceán Bermúdez, vol. IV, Madrid, Tipografía de los Huérfanos, 1889-1894, pág. 58; J. Ruiz de Lihori y Pardines, Barón de Alcahalí, Diccionario biográfico de artistas valencianos, Valencia, Federico Doménech, 1897, pág. 330; J. Cavestany, Floreros y Bodegones en la pintura española, Madrid, Sociedad Española de Amigos del Arte, 1936-1940, págs. 54, 99; F. Almela y Vives, “Notas y nótulas sobre artistas valencianos. Ossorio y Bernard apostillado por Estanislao Sacristán”, en Archivo de Arte Valenciano separata (Valencia), pág. 49; S. Aldana Fernández, Pintores valencianos de flores (1766-1866), Valencia, Instituto Alfonso el Magnánimo, 1970, págs. 81, 83, 88, 89, 92, 96, 98, 113, 141, 209, 251; S. Aldana Fernández, Guía abreviada de artistas valencianos, Valencia, Ayuntamiento de Valencia, 1970, págs. 359; I. V. Pérez Guillén, “Neoclasicismo, Academicismo, Romanticismo: Artes Industriales y Suntuarias (La Cerámica)”, en Historia del Arte Valenciano, Valencia, Consorci d’Editors Valencians, 1989, vol. IV, págs. 369-370; A. Espinós Díaz, “Catálogo de óleos y dibujos”, en Arte de la seda en la Valencia del siglo XVIII, Valencia, Fundación Bancaja, 1997, págs. 265-268; A. E. Pérez Sánchez, “La pintura valenciana de flores”, en Arte de la seda en la Valencia del siglo XVIII, Valencia, Fundación Bancaja, 1997, pp. 44-45; S. Aldana Fernández, La Real Academia de Bellas Artes de Valencia. Historia de una Institución, Valencia, Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, 1998, págs. 102, 104, 121; M. J. López Terrada, Tradición y cambio en la pintura valenciana de flores 1600-1850, Valencia, Ayuntamiento de Valencia, 2001, págs. 265-266, 308; E. Alba Pagán, La pintura y los pintores valencianos durante la guerra de la independencia y el reinado de Fernando VII (1808-1833), tesis doctoral, Valencia,  Universitat de València, 2003, vol. III, págs. 2153-2154.

 

M.ª José López Terrada