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Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós

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Biografía

Pidal y Bernaldo de Quirós, Pedro. Marqués de Villaviciosa de Asturias (I). Gijón (Asturias), 2.XI.1869 – 17.XI.1941. Político, deportista y conservacionista, cazador, montañero, pirineista.

Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, más conocido por el título de marqués de Villaviciosa de Asturias, nació en el Principado, en la casona veraniega que sus padres tenían en Somió, el barrio de la alta burguesía de Gijón, pero su vida familiar y política transcurrió sobre todo en Madrid. Aunque su abuelo Pedro José Pidal y Carniado (Villaviciosa, 1799-Madrid, 1865), hombre de confianza del general Narváez, era de origen asturiano, desde muy joven se estableció en la capital de España, donde también nacieron sus dos hijos, Luis y Alejandro Pidal y Mon. Todos los Pidales, sin embargo, fueron diputados por Asturias y, por muy variados motivos e intereses, siempre mantuvieron estrechos vínculos con esta región.

Hijo primogénito de Alejandro Pidal y Mon e Ignacia Bernaldo de Quirós y González Cienfuegos, contrajo matrimonio el 10 de octubre de 1892 en la capilla de la Fábrica de Mieres en Ablaña con Jacqueline Guilhou, hija de los propietarios franceses de dicha fábrica, la empresa minero-metalúrgica más importante de Asturias y de España en esos momentos, y que dirigiría años después con escasa fortuna. Un mes más tarde, la regente María Cristina le concedería el título nobiliario de marqués de Villaviciosa de Asturias como regalo de bodas, en atención a sus servicios y los de su progenitor.

Con el decisivo apoyo de su padre, a quien el escritor Leopoldo Alas Clarín motejara como el Zar de Asturias para reprobar sus métodos caciquiles, más allá incluso de la política, obtuvo su primera acta de diputado por Belmonte (Asturias) en 1896 y, a partir de esta fecha, permaneció alternativamente en el Congreso o en el Senado hasta el comienzo de la Guerra Civil. Conocido entre los periodistas como el Arniches del Parlamento, Pedro Pidal fue un político peculiar, con tendencia a la sobreactuación y en ocasiones al disparate, como en aquella sesión del 20 de junio de 1923 en el Senado cuando, en medio de un discurso para exigir una reforma constitucional, amenazó con una pistola al presidente del Consejo de Ministros mientras decía: “¡A su señoría lo voy a matar yo!”. Tras los primeros segundos de sorpresa, la Cámara estalló en una carcajada unánime. De hecho, todos sus discursos recogidos en las actas parlamentarias reiteran entre paréntesis: risas. Por supuesto, el marqués de Villaviciosa no tenía intención alguna de disparar contra el jefe del Gobierno, tan sólo trataba de “dar una lección de cosas”.

Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós alternó la política con una intensa actividad deportiva que ejerció, como montañero y cazador sobre todo, hasta que sus piernas comenzaron a fallarle. Según la terminología de la época, era un destacado sportman y sus hazañas en el tiro de pichón, donde solía competir con el rey Alfonso XIII, eran seguidas con enorme interés por la prensa. En esta especialidad consiguió cinco campeonatos nacionales, dos copas internacionales en Londres y el Gran Premio de los Juegos del Centenario de París, que se celebraron en 1900 en paralelo a los Juegos Olímpicos. De ahí que, durante mucho tiempo, se dijera que había sido el primer olímpico español.

Conocido como la primera escopeta de España, Pedro Pidal fue también un cazador implacable y tiene en su haber la muerte de cinco osos, uno de los cuales perdura disecado en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid por deseo expreso de Alfonso XIII. Pero, sin duda, la hazaña deportiva más destacada de Pedro Pidal fue la coronación de la cima del Naranjo de Bulnes, en los Picos de Europa, el 5 de agosto de 1904, con la colaboración inestimable de Gregorio Pérez El Cainejo, un pastor de Caín (León) con el que había entablado amistad en sus frecuentes excursiones por los Picos. Nadie lo había conseguido hasta entonces.

El relato de este ascenso, del que también El Cainejo hizo su propia versión, fue difundido en periódicos y revistas de España y de Europa, y posteriormente editado como folleto. Autor de varios libros, es, sin embargo, este testimonio del ascenso al Naranjo, considerado como el texto fundacional del alpinismo español, el que principalmente ha resistido el paso del tiempo. Como reconocimiento a esta gesta deportiva, la Sociedad Española de Alpinismo Peñalara promovió en 1933, por suscripción popular, la construcción de El Pozo de la Oración, un humilde monumento en piedra que todavía permanece en la orilla de la carretera de Póo de Cabrales (Asturias).

La iniciativa política más destacada y perdurable de Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós fue la Ley de Parques Nacionales que, tras un viaje a los Estados Unidos de América, donde visitó el Parque Nacional de Yellowstone, el primero declarado en el mundo, defendió de manera entusiasta en el Senado en 1915 y que sería aprobada al año siguiente. Fue el primer responsable de la Junta de Parques Nacionales, desde donde logró la consolidación de los dos primeros parques españoles, el de la Montaña de Covadonga (Asturias), en la actualidad de los Picos de Europa, y el de Ordesa y Monte Perdido (Aragón), inaugurados respectivamente en 1918 y 1920. En realidad, puede decirse que estos dos son los primeros espacios naturales protegidos con cierto rigor en España. El conservacionismo moderno comienza con Pedro Pidal.

Aunque, como sus antepasados, fue hombre de arraigadas fidelidades monárquicas, la República le mantuvo en el cargo con la nueva denominación de comisario de Parques Nacionales. Tras una agria polémica sobre las competencias en el nombramiento de los guardias de los parques, fue cesado en 1935. En los primeros días de la Guerra Civil sufrió un asalto en su domicilio madrileño y huyó a Gijón. Allí murió el 17 de noviembre de 1941 y sus restos fueron enterrados en Covadonga. El 18 de septiembre de 1949 un grupo de montañeros los trasladó en una arqueta hasta el Mirador de Ordiales, en los Picos de Europa, “el lugar más bello del mundo”, según él mismo escribió.

 

Obras de ~: Espiritualismo lógico: síntesis de mi conciencia metafísica, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1898; ¡Alerta, España!, Madrid, Ricardo Fé, 1899; Instrucción pública, Madrid, Librería de Francisco Beltrán, 1913; ¿Quijote o Celestinas?: violación de España naciente por Institutos, Universidades, Escuelas profesionales, Madrid, Ramona Velasco, 1916; Parques nacionales: proposición de ley y discursos pronunciados en el senado por los Sres. Marqués de Villaviciosa de Asturias y Conde de Romanones el 14 de junio de 1916, Madrid, Ramona Velasco, 1916; El oso del museo, Madrid, Ramona Velasco, 1917; Lo que es un parque nacional y el parque nacional de Covadonga, Madrid, Ramona Velasco, 1917; con J. F. Zabala, Picos de Europa: contribución al estudio de las montañas españolas, Madrid, Club Alpino Español, 1918; El Naranjo de Bulnes y Peña Santa, Madrid, Ramona Velasco, 1919; Política al alcance de todos, Madrid, Ramona Velasco, 1919; Filosofía al alcance de todas, Madrid, Ramona Velasco, 1919; El crimen político: fabricando menores y mujeres, Madrid, Ramona Velasco, 1922; Liberalismo dictatorial y despotismo democrático, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1923; Constitución católica apostólica cristiana, Madrid, Ramona Velasco, 1927; El copo de Enol: carta publicada en la prensa de Asturias, Madrid, Ramona Velasco, 1930; Monarquía del Filioque, republicana, nacional o de Alfonso XIII: apertura de las Cortes este verano en el Parque Nacional de las Montañas de Covadonga: La Corte en Póo, Las Cortes en Ordiales, Madrid, Ramona Velasco, 1931; La caza del oso en Asturias, Oviedo, KRK, 2002; Segundo y símbolo, no sustituto: solución al problema religioso político de España de acuerdo con Roma, la Monarquía, las Derechas, las Izquierdas y la Dictadura, Madrid, Renacimiento, s. f.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 109 n.º 37, 111 n.º 37, 113 n.º 34, 115 n.º 34, 117 n.º 34, 119 n.º 34, 121 n.º 34; Archivo del Senado, Expediente personal de ~, sig. HIS- 0522-07.

J. Fernández Sánchez, El hombre de los Picos de Europa: Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, fundador de los parques nacionales, Madrid, Obra Social de Caja Madrid, 1998 (Ministerio de Medio Ambiente, 1999); En el reino de los rebecos: Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, Oviedo, Ediciones Nobel, 2004.

 

Joaquín Fernández Sánchez

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