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Gaspar Ruiz

Biografía

Ruiz, Gaspar. ?, s. m. s. XVI – ?, p. m. s. XVII. Arquitecto e ingeniero militar al servicio de Felipe II, entre 1590 y 1604.

Gaspar Ruiz fue uno de los ingenieros a los que Tiburcio Spannocchi (nombrado por Felipe II ingeniero mayor del reino de España en 1601) se preciaba de haber formado como tal. Sin embargo, al igual que Cristóbal de Rojas, comenzó como maestro, en este caso de albañilería, aunque afirmaba que también lo fue de cantería en El Escorial. Gaspar Ruiz, hijo de un aparejador del monasterio, explicaba cómo dos maestros de cantería como él y Rojas llegaron a formarse como ingenieros, recordando que fue Felipe II personalmente quien decidió que había que formar a ingenieros españoles como expertos en arquitectura militar por la falta que había de ellos. Al parecer le llegaron noticias de la habilidad de Gaspar Ruiz y fue uno de los nombrados para formarse en esa profesión más tarde al lado de Giovanni Vicenzo Casale. Junto a la formación práctica asistió a la Academia de Matemáticas de Madrid, fundada por Felipe II y dirigida por Juan de Herrera.

Ruiz estuvo durante 22 años trabajando como aparejador de Juan de Herrera en las obras del Escorial, dirigiendo la cantería y albañilería. Más tarde, al terminar ese trabajo, pasaba como “entretenido” o ayudante del famoso ingeniero militar Tiburcio Spannocchi, a partir de diciembre de 1590, con el que estuvo unos quince meses. En enero de 1592 se le mandaba pasar a Portugal, como ayudante del P. Fray Vicencio Casale, también ingeniero, con el que trabajó en las obras hidráulicas en el río Tajo, trazadas por Casale. A la muerte de este último, en 1596, siguió en las citadas obras, ya como ingeniero director, título que había recibido del rey en 1593.

También en esa época realizó las trazas del fuerte de San Lorenzo de Cabeza Seca, por las que tuvo una fuerte polémica con el igualmente ingeniero mayor del reino de Portugal (donde se entraba el fuerte), Leonardo Turriano, que hizo su propia traza de la mencionada fortificación. Ruiz llevó a la corte sus trazas, alegando además el fuerte perjuicio que significaba el cambio de planos, toda vez que la obra ya estaba en buena parte (hasta 12 pies) levantada, por todo lo cual y después de presentar una maqueta realizada por el propio Ruiz, el Consejo de Guerra le dio la razón a este último. Vuelto a Portugal con el encargo de seguir con su proyecto de construcción del fuerte de Cabeza Seca, en 1604 recibía autorización para trasladarse a Badajoz, donde las autoridades le habían reclamado, con el fin de que reparase unos arcos de un puente, que habían sido destruidos por una fuerte crecida del río Guadiana. Poco después, y sin concluir la obra, desaparecía Ruiz (sin que se supiese más de él), siendo posteriormente acusado, en ausencia, de malversación.    

Respecto a los debates sobre la ingeniería en su época, Gaspar Ruiz reivindicaba la experiencia, frente a lo que pudieran proyectar los denominados ingenieros teóricos, cuando tuvo problemas en la construcción de la torre del Bugio o fortaleza de San Lorenzo de la Cabeza Seca en Portugal, enfrentado a Leonardo Turriano, alegando entre otras razones que, frente a un ingeniero italiano como Turriano, el rey debía favorecer a los ingenieros españoles.

Con ocasión de la feroz polémica por la traza de Cabeza Seca entre Spannocchi y Leonardo Turriano, Cristóbal de Moura, conde de Castel Rodrigo y miembro del Consejo de Portugal, decía que él había conocido al padre de Gaspar Ruiz, que había sido aparejador en San Lorenzo del Escorial, hombre de toda confianza del rey: “El hijo, del mismo nombre, no le parece muy perito en el arte, mas crió esta fábrica y mamó la leche de aquel buen Frayle, que fue persona de importancia [en referencia a Casale], por lo que consideraba que, puede seguir ocupándose de la fábrica de Cabeza Seca”.

 

Fuentes y bibl.: Instituto de Historia y Cultura Militar (Madrid), Col. Aparici.

A. Laso Ballesteros, “Tradición y necesidad. La cultura de los ingenieros militares en el Siglo de Oro: la biblioteca y la galería del capitán don Jerónimo de Soto”, en Cuadernos de Historia Moderna, 12 (1991), págs. 83-109; M. A. Aramburu-Zabala Higuera (dir.), Juan de Herrera y su influencia. Actas del simposio, Camargo, 14-17 julio 1992, Santander, Fundación Obra Pía Juan de Herrera - Universidad de Cantabria, 1993; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; A. Cámara, Fortificación y ciudad en los reinos de Felipe II, Madrid, Ministerio de Defensa - Nerea, 1998; A. Cámara Muñoz y B. Revuelta Pol (coords.), Ingenieros del Renacimiento, Madrid, Fundación Juanelo Turriano, 2014; B. Alonso Ruiz et al., La formación artística: creadores-historiadores-espectadores, ts. I y II, Santander, Universidad de Cantabria, 2018.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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