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Tomás Francisco de Ayala

Biografía

Ayala, Tomás Francisco de. Fuenmayor (La Rioja), 28.XII.1672 baut. – Panamá, 17.VI.1736. Comerciante, ganadero, tesorero de Real Hacienda y alcalde ordinario en Panamá.

La fecha de bautismo de Tomás Francisco de Ayala es problemática. En las Pruebas de la Orden de Carlos III de su hijo Manuel José de Ayala, un testigo señala que Tomás “pasó a las Indias de muy tierna edad”. En una declaración oficial el propio Ayala afirmaba que había pasado a América el año 1695, radicándose en Cartagena. En la Pruebas de Manuel José de Ayala se da como fecha de bautizo de su padre el 28 de diciembre de 1692, lo que es obviamente un error, al confundir el amanuense, al parecer, el siete con el nueve. De esa manera, si nace, como parece, en 1672, llegaría a América a los veintitrés años, lo que confirmaría que fue “de muy tierna edad”. De allí pasó a Panamá, según él mismo dice, “con grueso trato”.

Su padre, el alférez Miguel de Ayala, fue teniente del castillo de Santa Catalina, en Cádiz; nació en Fuenmayor el 12 de octubre de 1657 y murió en el mismo lugar en 1702. Su madre fue Francisca de Torrealba, bautizada en Fuenmayor el 18 de septiembre de 1654. Todos sus abuelos eran también nacidos en la villa de Fuenmayor. Su abuelo paterno, Antonio de Ayala, fue en 1673 alcalde de la Hermandad de Fuenmayor “por su estado noble”, fiel de balanza y campo en 1671 y 1675, y testó en la propia villa en 1680. El padre de Francisca de Torrealba fue Gregorio Torrealba Salazar, hijo legítimo de Mateo Torrealba Salazar y Catalina Murillo, y ejerció el cargo de regidor de Fuenmayor en 1675. Testó en esta villa el 16 de mayo de 1680. En la fachada principal de la casa de los Ayala en Fuenmayor, tenían escudo de armas familiar: una corona ducal sostenida por dos leones, uno a cada lado, y en su cuartel dos lebreles. Este escudo se lo había concedido a la familia la Chancillería de Valladolid al presentar su ejecutoria de nobleza un antepasado de nombre Sancho de Ayala, nacido en Nájera.

En primeras nupcias, Tomás Francisco de Ayala casó en Cádiz con Nicolasa Tobar, con quien tuvo dos hijas. En 1695, como se dijo, Tomás emigra a América para dedicarse al comercio, “traficando en gruesas cantidades”. Se establece primero en Cartagena donde ganó “buena opinión y crédito”, y el 15 de marzo de 1698 los religiosos del convento de San Francisco de Asís le distinguen eligiéndole síndico de sus limosnas, cargo que ejerce durante algún tiempo. De allí se traslada a Panamá, donde compra dos hatos de ganado vacuno de 222 y 122 vacas, situados en las cercanías de esta ciudad —El Búcaro y El Aya—, y continuó amasando fortuna en el comercio.

En 1702, en ocasión de un ataque enemigo contra Portobelo, prestó a las Cajas Reales once mil “pesos fuertes” para el mantenimiento de la infantería y de la gente de mar, lo que evidencia que ya para entonces gozaba de holgura económica. Fue una suma que jamás recuperó; la viuda seguía reclamándola en 1767 y aún en 1787 su único hijo vivo no la había recuperado.

En 1704 se granjeó la enemistad del hombre más poderoso de Panamá, Antonio de Echeverz y Subiza, a consecuencia de una subasta de mercancías que habían sido decomisadas por contrabando y en la que Ayala le aventajó. Echeverz, que era alcalde provincial de la Santa Hermandad y regidor perpetuo del Cabildo de Panamá, y conocido entre sus contemporáneos como hombre “rencoroso” y con fama incluso en el Consejo de Indias de “natural belicoso y vengativo”, le fulminó un proceso criminal acusándole falsamente del robo de tres cabezas de ganado, convertirlas en tasajo y venderlas en el mercado de la capital.

Respaldado por el Cabildo, el cual controlaba, Echeverz condenó a Ayala a una multa y le embargó. El presidente, marqués de Villarrocha, escribía en 1707 que Echeverz y su grupo, “para vengar sus pasiones” perseguían a Ayala “injustamente y con artículos impertinentes lo tienen destruido y aniquilado”.

Mientras esto sucedía, ese mismo año Ayala adquiría por veinte mil pesos el cargo de tesorero de Real Hacienda de Panamá (cinco mil pesos al contado y una fianza de diez mil), vacante por la muerte del titular, Lucas Romero Parrilla, y el 13 de marzo de 1706 presentó la confirmación real del título. Echeverz, el Cabildo, y el presidente Fernando Dávila Bravo de Laguna, se opusieron a que Ayala asumiera el cargo, aduciendo el antecedente de abigeato, por lo que éste apeló a la Audiencia y finalmente al Supremo Consejo de Indias, hacia donde se dirigió para defender su causa. Se embarcó en un navío del Asiento de negros francés, que cayó presa de los ingleses, perdiendo en el incidente todos los documentos que llevaba, incluyendo los autos de su causa. Finalmente, llega a Madrid y, tras conseguir la absolución de los cargos, regresa en 1709 a Panamá (irónicamente en un barco de propiedad de Echeverz) acompañado de su mujer y sus dos hijas, pudiendo empezar a ejercer la tesorería.

Nombró a un hermano suyo, José de Ayala (o Fernández de Ayala), como teniente en la tesorería de Portobelo, que lo ejerció hasta su muerte en 1736.

Declaró haberle costado este pleito y la suspensión de su cargo durante esos seis años, la considerable suma de ochenta mil pesos.

Ayala continuó prosperando en el comercio y, como tesorero, persiguió el contrabando. El cargo tenía un salario de cuatrocientos mil maravedís anuales (unos mil quinientos pesos, más las frecuentes y a veces jugosas comisiones) y lo ejerció hasta su muerte en Panamá el 17 de junio de 1736. El año anterior, ya de avanzada edad, padeciendo quebrantos de salud y con dificultades para atender su oficio, había pedido su jubilación.

Aunque Ayala logró granjearse el crédito público, no dejó de enfrentar denuncias de corrupción, como sucedió en el sonado caso de contrabando de mercancías a través del istmo panameño en 1716, cuando se le acusó de recibir considerables cohechos, por lo que fue apresado y embargado, aunque pronto fue sobreseído.

En 1733 era más que solvente pues pudo prestarle más de tres mil pesos fuertes para los gastos de viaje a un paisano suyo, que se alojó en su casa situada frente a Puerta de Mar, de nombre Salvador Fajardo Hernández, primo del oidor de Panamá Jacobo Sánchez Samaniego, con quien regresó a España al ser éste nombrado oidor de la Audiencia de Sevilla. Fue nombrado comisario para “la celebridad de la jura de Luis primero”, corriendo con muchos gastos. Ayudó con dinero a la construcción de la iglesia de Santa Ana, y a la fundación del hospital de mujeres y del lazareto.

En 1730 y en 1736 Tomás Francisco de Ayala fue elegido alcalde ordinario de la ciudad de Panamá, consolidando su predicamento social, y acaso aprovechando que su antiguo enemigo Echeverz había abandonado el país para asumir la presidencia de Guatemala. Asimismo, fue “uno de los Comisarios nombrados por el Cabildo para la proclamación de Luis Primero”.

Casó a sus dos hijas gaditanas en Panamá, una con Carlos Carballo, capitán de Infantería de la plaza de Panamá, y otra, llamada Ambrosia, con Juan José Lasso de la Vega, hijo legítimo del gaditano Diego Lasso de la Vega. Ambrosia y Juan José fueron padres del bachiller Liberato Lasso de la Vega, que fue arcediano de la catedral de Panamá, y Nicolás Feliciano Lasso de la Vega, que fue capitán de milicias y alcalde ordinario de la ciudad de Panamá, y guarda mayor de la Contaduría de Tierra Firme. Este último casó con Estefanía Josefa de la Rosa Lombardo, y fueron padres de Rafael Lasso de la Vega, nacido en Panamá en 1764, y fue chantre de su catedral, luego obispo de Mérida, en la diócesis de Maracaibo, Venezuela (donde se relacionó con Simón Bolívar), y finalmente obispo de Quito, donde murió en 1831.

El 24 de julio de 1718, tras la muerte de su primera esposa, Tomás Francisco de Ayala casa en la catedral de Panamá con Juana de Medina Calderón (bautizada en la misma catedral el 12 de junio de 1694), quien “no sabía firmar”. Sus padres eran Diego Luis de Medina (bautizado el 4 de enero de 1628), caballero de la Orden de Santiago, capitán de la plaza de Panamá y comandante de la provincia del Darién, donde murió luchando contra indios sublevados (testó el 20 de diciembre de 1699), e Isabel María Calderón (bautizada el 6 de septiembre de 1663), ambos nacidos en Panamá y de la elite local, desposados en la misma ciudad el 15 de agosto de 1684. Diego Luis era hijo del capitán Simón Luis de Medina (bautizado en Panamá el 1 de diciembre de 1602), casado con Margarita Bazán el 21 de abril de 1626 en la catedral de Panamá. Isabel era hija de Rodrigo Calderón y Hurtado, quien fue alcalde, justicia mayor y capitán del pueblo y Aduana de Cruces durante veintiséis años, contador de resultas y alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición (testó en Panamá el 17 de julio de 1695). Los Medina y Calderón ya se encontraban establecidos desde el siglo XVI en Panamá la Vieja, donde tenían casas solariegas con escudos de armas.

Juana de Medina, la segunda esposa de Tomás Francisco de Ayala, era hermana de Juan José de Medina, proveedor y pagador de las Cajas Reales de Panamá, y de Francisco de Medina, oidor y alcalde del crimen de la Audiencia de Panamá, luego promovido a la Audiencia de Santa Fe con el mismo cargo.

Tomás Francisco de Ayala y Juana de Medina tuvieron tres hijos varones y tres hembras, en este orden: Félix José, Eugenia, Ángela, Antonino (o Antonio José, nacido en 1726), Manuel José (o Manuel José Fernández de Ayala, nacido el 26 de marzo de 1728) e Isabel.

Félix José de Ayala, fue alférez de una de las compañías milicianas de españoles de la ciudad de Panamá y teniente de alguacil mayor de la Audiencia de Panamá.

En 1737 fue nombrado alcalde mayor de Natá y Los Santos. En febrero de 1743 casó con María Josefa de Toledo y Gudiño, hija de Diego de Toledo Gudiño (nacido hacia 1683), y nieta de José de Toledo Gudiño, alguacil mayor de Real Hacienda, en Panamá, quien había servido en cargos públicos por más de treinta años y aportado más de treinta mil pesos y otros gastos a la Corona (muere el 23 de septiembre de 1722). En compensación por estos servicios y suma de dinero, por real título de San Lorenzo a 10 de noviembre de 1736, Diego de Toledo Gudiño tomaba posesión en Panamá el 30 de marzo de 1736 de la plaza de portero de Cámara. Y mediante Real Cédula de Aranjuez del 20 de mayo de 1741 se le concedía la portería de la Audiencia con salario de ochocientos cuatro pesos y tres reales al año, más el derecho a transmitirla por tres vidas. Al morir éste, le sucedió su yerno Félix José de Ayala, quien tomó posesión el 22 de abril de 1745. Sin embargo, al suprimirse la Audiencia de Panamá en 1751, el cargo quedó insubsistente, privándosele de este beneficio.

En Madrid, sin embargo, el hermano de Félix José, Manuel José de Ayala, que actuaba como su apoderado ante el Consejo de Indias, negocia la evaluación del caso, que aún se ventilaba en 1755. Al parecer volvió a nombrarse a Félix José como alcalde mayor de Natá, donde se encontraba todavía en 1765. Finalmente, por Real Cédula del 22 de agosto de 1766 se le concedió la plaza de tesorero oficial de las Cajas de Portobelo, cargo éste que sólo ejerció brevemente, pues el 20 de mayo de 1767 falleció en esa ciudad, siendo enterrado en su iglesia parroquial.

Félix José y María Josefa tuvieron tres hijos varones nacidos en Panamá, respectivamente en 1747, 1756 y 1759: Francisco, Manuel y Juan de Dios. Este último solía usar todos sus apellidos: Ayala de Toledo Gudiño de Medina Calderón y Escudero. Los tres hermanos siguieron la carrera militar, participando como oficiales del Batallón Fijo de Panamá en las campañas contra los indios cunas en Darién. Todos usaban el tratamiento de don. Francisco llegó a teniente coronel y fue nombrado gobernador del Darién en 1790.

Manuel era capitán entre 1795 y 1800. Juan de Dios era capitán en 1801. Fue nombrado gobernador interino de Darién, luego en propiedad de Veragua, y finalmente de Costa Rica, donde murió hacia 1819.

Manuel y Juan de Dios seguían solteros pasados los cuarenta años de edad. Dos hijos de Francisco también siguieron la carrera militar, José Baltasar y José María.

Eugenia y Ángela ingresaron como religiosas en el convento de La Concepción en Panamá. La primera ya era difunta en 1768. Isabel casó con José Víctor de la Guardia, ambos ya difuntos en 1768. Isabel y José Víctor fueron padres de Tomás Esteban de la Guardia y Ayala, y abuelos de Víctor de la Guardia y Ayala. Antonio José estudió Gramática y Retórica en los colegios panameños de San Agustín y San Diego.

Luego pasó a Quito, en cuya Universidad se graduó primero de bachiller en Leyes, y en 1758 se examinó como abogado para ejercer en esa Audiencia, donde ejerció varios cargos, como fueron el de juez de residencia del corregidor de Cuenca, y juez subdelegado para la cobranza de condenaciones y multas de la Audiencia de Quito. En 1767 fue propuesto en tercer lugar, por un voto, para la protectoría de indios en la misma Audiencia. En 1768 se encuentra en Madrid, donde es abogado de los Reales Consejos. Junto con su hermano Manuel José, residía en la calle del Carmen. Manuel José ocupaba a la sazón el cargo de archivero de la Secretaría de Estado y del Despacho Universal de Indias. Manuel José fue el más destacado de los hijos de Tomás Francisco de Ayala, quien alcanzó la elevada posición de ministro de Capa y Espada del Real y Supremo Consejo de Indias. En 1785 residía en la calle de la Cava Baja y para entonces se le concedió la Orden de Carlos III. Tenían un primo de nombre Manuel de Ayala y Zuloaga, caballero de la Orden de Santiago, e hijo de Manuel de Ayala, caballero de la Orden de Calatrava y contador de las Cajas Reales de Lima, quienes habían hecho sus pruebas de nobleza en Rioseco, Logro y Villa de Fuenmayor.

En 1716 Tomás Francisco de Ayala tenía casa en el arrabal de Santa Ana de la ciudad de Panamá. Luego adquiere casa en la calle de La Merced y otra cerca de la Puerta de Mar, donde colocó el escudo de armas familiar. Para esta última incorporó tres casas.

Considerada “de las más opulentas y ricas” y “la mayor de toda la ciudad, fue construida al uso de las casas de Sevilla”; además, era la “única de balconería de hierro”. Su “cuerpo era de cal y canto con arquería”. Pero el cuerpo de madera fue consumido por el “Fuego Grande” de 1737, quedando en ruinas sólo lo de mampostería. Sería recordada luego como “El solar del señor Ayala”. Un año antes había muerto Tomás, y la familia quedó en la indigencia, aunque la casa fue luego adquirida y restaurada en 1745 por el próspero comerciante Martín de Achurra, “que la vivió muchos años”.

Viuda y pobre, Juana de Medina Calderón, para poder subsistir, se vio obligada a vender una hacienda de campo donde tenía recogidas a sus dos hijas religiosas al quedar destruido el convento de monjas por el incendio de 1737. Al final de sus días se encontraba sin ningún hijo varón que la acompañase, pues uno había muerto y los otros dos estaban radicados en España; también habían muerto su único yerno y dos de sus hijas, quedando viva sólo una y ésta se encontraba recluida en el convento de La Concepción. En tal situación, Juana escribió al Rey en 1767 pidiéndole “una asignación anual por los días de su vida”, a cuenta de los 11.000 pesos que la Corona le debía a su marido desde 1702, y por los muchos servicios que éste había prestado. Pero murió en octubre de 1768 sin que esta petición se le hubiese concedido. A la muerte de su madre y de su hermano Félix José el año anterior, y no quedando otros hermanos ni hermanas en Panamá que pudiesen habitarla (salvo Ángela, la monja, que se encontraba en el convento), Manuel José de Ayala decidió crear una capellanía sobre la Casa Ayala de La Merced, lo que consiguió mediante Real Orden de 1776.

Tomás Francisco de Ayala fue el tronco de uno de los grupos de poder más influyente y poderoso de Panamá de fines del período colonial, compuesto por individuos como Juan de Dios Ayala, Tomás Esteban de la Guardia y Ayala, Víctor de la Guardia y Ayala, y los Lasso de la Vega, todos ellos sobrinos de Manuel José de Ayala, a quienes éste ayudó desde Madrid en sus respectivas carreras públicas.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional (Madrid), Orden de Carlos III, exp. 210, Pruebas de Manuel José de Ayala; Archivo General de Indias (Sevilla), Panamá 105, extracto de la causa y expediente de D. Thomás Francisco de Ayala, Madrid, 5 de junio de 1712, Lic. D. Francisco Ramírez Valenzuela, y Consulta del Consejo de Indias, en Sala de Justicia, Madrid, 10 de julio de 1712; Panamá 189, Proceso informativo hecho contra el oidor F. Haro Monterroso por el marqués de Villarrocha, Panamá, 8 de julio de 1707; Panamá 124, Copia del título de tesorero de Tomás Francisco de Ayala, Madrid, 22 de diciembre de 1704; Panamá 106, Consulta del Consejo de Indias sobre causa seguida contra T. F. de Ayala, Madrid, 12 de febrero de 1713; Escribanía de Cámara 464B; Panamá 107, 122, 148, 151, 152, 155, 179, 301; Indiferente General 1714; Quito 231, Probanza de Méritos de Antonio José de Ayala; Escribanía de Cámara 465A, Juicio de Residencia del presidente Gerónimo Badillo, Panamá, año 1723; Panamá 129, Súplica al rey del tesorero T. F. de Ayala, solicitando su jubilación, recibida en el Consejo, Madrid, 17 de agosto de 1735; Panamá 122 y Santa Fe 916, Probanza de Méritos de Félix José de Ayala; Panamá 107, Consulta del Consejo sobre la portería de la Audiencia de Panamá para D. J. de Toledo Gudiño, Madrid, 22 de julio de 1738; Panamá 107, Consulta de Cámara del Consejo sobre D. Félix de Ayala como alcalde mayor de Natá, Madrid, 9 de marzo de 1757; Panamá 155, Consulta del Consejo de Indias, sobre súplica de Félix José de Ayala por su apoderado Manuel José de Ayala, su hermano, sobre la portería de la Audiencia de Panamá, Madrid, 4 de julio de 1755; Panamá 301, Carta de Dª Juana de Medina Calderón al rey, con nota adjunta del gobernador de Panamá Joseph Blasco de Orozco, de Panamá, 3 de julio de 1767; Archivo General de Simancas, Hojas de servicios del Batallón Fijo de Panamá, Panamá, 31 de diciembre de 1794, 31 de diciembre de 1797, y 31 de diciembre de 1800; Guerra Moderna, legs. 7280, cuaderno 2, 7281, cuaderno 9 y 1782, cuaderno 8.

R. Fernández Guardia, “Representación al Rey Nuestro Señor que hace D. Manuel Josef de Ayala (3 de enero de 1794)”, en Revista del Archivo Nacional [San José (Costa Rica)], 7-8 (1906), págs. 413-437; A. Susto, “Manuel José de Ayala”, en Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas (BIIH) (Buenos Aires), 29 (1926), págs. 62-67; J. Manzano Manzano, “Un compilador indiano: Manuel José de Ayala”, en BIIH, XVIII, (julio de 1934-marzo de 1935), págs. 152- 240; G. Lohmann Villena, Los Americanos en las Órdenes Nobiliarias, t. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1947, págs. 277-278; J. Manzano Manzano, Manuel José de Ayala, Compilador y Consejero de Indias (1728- 1805), Panamá, 1951 (Colección Panameños Ilustres); E. de J. Castillero Reyes, Dr. Rafael Lasso de la Vega, Prelado, Legislador y Prócer, Panamá, 1952 (Colección Panameños Ilustres), pág. 9; J. Fábrega, Manuel José de Ayala, el más distinguido jurista indiano, Panamá, Editorial Jurídica Panameña, 1986; A. Castillero Calvo, “La Independencia de 1821, Una Nueva Interpretación”, en Historia General de Panamá, vol. II, El Siglo XIX, Bogotá, Comité Nacional del Centenario de la República de Panamá, 2004, págs. 20 y ss.

 

Alfredo Castillero Calvo

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