Paredes Golfín, Sancho de. Cáceres, ú. t. s. XV – 1546. Camarero mayor de Isabel la Católica, regidor, contino.
Pertenecía a la ilustre familia de los Golfines, pues era hijo de Alonso Golfín, destacado personaje en la vida cacereña y leal servidor de los Reyes Católicos, en cuya casa se alojaron Isabel y Fernando cuando estuvieron en esa villa. El apellido Paredes provenía de su madre y fue consecuencia de un engaño. Su citado padre Alonso Golfín casó con Mencía de Tapia, hija del caballero trujillano Sancho de Paredes. Este prometió hacer heredero al hijo de Mencía, y por ello le impusieron el nombre de Sancho y el apellido de Paredes, en honor a su abuelo materno. Pero éste volvió a casar otra vez, y de este matrimonio nació el famoso y forzudo Diego García de Paredes, a quien Cervantes llamó el Hércules y Sansón de España, y a quien su padre dejaría finalmente por heredero.
Sancho de Paredes Golfín fue primeramente regidor de Cáceres y luego, por mediación de su padre, entró al servicio de los Reyes Católicos, quienes lo hicieron contino de su casa. Su cercanía a las personas de los monarcas, su fidelidad y sus grandes cualidades hicieron que éstos se fijaran en él y le encomendaran puestos de confianza. Así, en 1498 lo nombraron teniente de camarero, y más tarde le dieron la tenencia de varios lugares y castillos con la administración de justicia de ellos. Fue luego camarero de Isabel la Católica y es uno de los que firmaron como testigos del célebre testamento de esta Soberana, donde aparece como Sancho de Paredes.
Muerta la reina Isabel, el Rey Católico se vio precisado a poner casa a su nieto el infante Don Fernando, futuro emperador, a pesar de ser muy niño aún, pues había nacido en 1503. También Golfín fue nombrado camarero del infante, de quien sería luego mayordomo mayor. Del mismo modo, casi todos los hijos e hijas del camarero se criaron en la cámara de Isabel la Católica como pajes y damas suyos, y a todos ellos la Soberana hizo grandes mercedes, dejando dotadas a las hijas, niñas entonces, para cuando casaran. En esta época, tuvo Golfín destacada intervención en un curioso asunto que le encomendó Fernando el Católico como persona de confianza suya que era. Había en Salamanca, donde a la sazón estaba Sancho, una mujer en hábito de beata de quien se decía que hacía milagros, y algunos obispos a escondidas del Rey habían sacado un breve pontificio para investigar el asunto. Don Fernando solicitó otro breve del Papa y ordenó a los obispos que suspendieran el conocimiento de esta materia, a lo que los prelados se negaron. Fue entonces cuando el Rey encargó a Golfín hacer gestiones ante los obispos para tratar de convencerlos, advirtiéndoles que, de no obedecer, perderían las temporalidades de sus obispados, es decir, las rentas y beneficios de éstos. Y es que, como se trataba de un asunto de fe, su conocimiento correspondía a la Inquisición, organismo que dependía directamente de la Corona y no de la Iglesia, aunque los inquisidores fueran eclesiásticos.
Estuvo en el cargo de mayordomo mayor del infante hasta 1517 en que, muerto el Rey Católico, el cardenal Cisneros, gobernador del Reino, dispuso que por ser Golfín persona de edad se retirase a descansar a su casa, haciendo constar, sin embargo, la gran satisfacción con la que había servido. El infante Fernando guardó siempre gran afecto a Sancho de Paredes Golfín, a quien más tarde, siendo ya rey de Hungría y de Bohemia, haría grandes mercedes, no sólo de tipo material, sino también protegiendo a sus hijos y nietos, especialmente a Álvaro de Sande, quien luego sería célebre general de Carlos V y de Felipe II.
Sancho de Paredes Golfín murió muy anciano en Cáceres, y aunque había cesado como camarero hacía años, fue conocido siempre con esa denominación tan honrosa. Incluso el edificio cacereño que se conoce hoy como Palacio de los Golfines de Abajo, donde él vivió, fue llamado durante los siglos siguientes las “casas del camarero”.
Bibl: P. de Ulloa Golfín, Memorial de la calidad y servicios de la casa de Don Álvaro Francisco de Ulloa Golfín (“Memorial de Ulloa”, firmado por don José de Pellicer y Tovar), Madrid, 1675, fols. 113v.-117v.; M. A. Ortí Belmonte, Cáceres bajo la Reina Católica y su camarero Sancho Paredes Golfín, Badajoz, Diputación Provincial, Institución de Servicios Culturales, 1955; J. M. de Mayoralgo y Lodo, Conde de los Acevedos, Cien personajes cacereños de todos los tiempos; Hoy, diario de Extremadura, Badajoz, 2004, n.º 19.
José Miguel de Mayoralgo y Lodo, Conde de los Acevedos