Hijo primogénito de Jaime I y de Leonor de Castilla, hija de Alfonso VIII. A pesar de haber sido anulado el matrimonio de sus padres por razones de parentesco, ya que ambos eran biznietos de Alfonso VII de Castilla, Alfonso fue reconocido como heredero del Reino de Aragón y del condado de Barcelona el 29 de abril de 1229, en plenos preparativos para la conquista de Mallorca. Mateu Ibars lo califica como “el primer Procurador general como heredero de su padre y como tal Gobernador general del Reino de Valencia” (J. Mateu Ibars, 1963: 51). Los posteriores repartos realizados por Jaime I entre sus hijos habidos con su segunda esposa, Violante de Hungría, Pedro y Jaime, en 1247 fueron menguando la herencia de Alfonso, hasta reducirla únicamente al reino de Aragón.

Alfonso, completamente opuesto a estas divisiones, fue enviado por su padre al frente de cien caballeros catalanes al sitio de Sevilla en 1248, pasando después a ayudar al infante Alfonso de Castilla en el sometimiento del reino de Murcia. [...]