Montero, Ramón. Fuencarral (Madrid), 1.IX.1777 – Madrid, 30.III.1848. Canónigo, obispo de Hierápolis y Coria, arzobispo de Burgos, escritor y político.
Estudió Gramática y Humanidades en las Escuales Pías de Getafe, y Filosofía en el Seminario de San Fulgencio (Murcia). Se doctoró en Teología por la Universidad de Alcalá y durante algún tiempo sustituyó algunas cátedras de Teología y Disciplina Eclesiástica.
Ya ordenado sacerdote, fue nombrado párroco de El Pardo, obteniendo posteriormente, por oposición, una canonjía en Segovia y la lectoralía de La Granja.
Durante la ocupación francesa, el Gobierno josefino lo nombró canónigo de Burgos, sinecura que rechazó, motivo por el cual fue perseguido y se vio obligado a retirarse a Loeches, donde ejerció de capellán de monjas durante tres años. En 1812 asistió a las Cortes de Cádiz, en calidad de diputado por la provincia de Madrid. Regresó a La Granja hasta que en 1823 fue designado canónigo de Jaén y Toledo.
Fernando VII le encomendó la dirección del Hospicio de Madrid, lo nombró secretario de la junta y vocal de la Real Junta Consultiva del Gobierno. Fue nombrado abad de la Colegiata de San Ildefonso de La Granja y preconizado obispo titular de Hierápolis el 13 de marzo de 1826. Sobre él escribía el nuncio Giustiniani (1769/1843): “Su promoción se debe a los manejos de la Corte más que a las cualidades del candidato”, si bien, así lo reconocía, nada tenía que decir contra sus sanos principios y ejemplar conducta.
El 14 de mayo de 1826 fue consagrado como tal en Madrid por el arzobispo de Tarragona, Echanove, su predecesor en la abadía de La Granja.
El 15 de marzo de 1830 fue trasladado al Obispado de Coria, padeciendo allí persecución política a consecuencia de sus frecuentes escritos, publicados en la revista La Voz de la Religión (2, 4, 1838: 57-144; 3, 1, 1839: 169-177 y 261-298; y 4, 4, 1840: 52-56), contra las novedades eclesiásticas introducidas por los gobiernos liberales de la regencia de María Cristina. Escribió también en contra de las malas costumbres, libros, espectáculos que tenía por inmorales y contra la difusión del protestantismo en el país. En 1840 fue encarcelado en Badajoz y en 1843 después de haber sido liberado fue de nuevo perseguido. El 2 de marzo de 1844, Gregorio XVI le nombró asistente al solio pontificio y el 4 de octubre de 1847 Pío IX le hizo arzobispo de Burgos, el trigésimo segundo, desde 1574, en sustitución del administrador apostólico Severo Leonardo Escofet. Expiró, sin embargo, en Madrid sin haber llegado a ocupar su nueva sede, de la que había tomado posesión por poderes pocos días antes de su óbito. Fue sepultado en la iglesia parroquial de su localidad natal. El presbítero Francisco Ruiz y Esteve leyó su elogio fúnebre.
Obras de ~: Artículos en La Voz de la Religión, 2, 4 (1838), págs. 57-144; 3, 1 (1839), págs. 169-177 y 261-298, y 4, 4 (1840), págs. 52-56.
Fuentes y bibl.: Informaciones aportadas por F. J. Pastor Muñoz (Madrid), arqueólogo, 2007.
V. Cárcel Ortí, “Montero, Ramón”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de la Historia Eclesiástica de España, suplemento I, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, Madrid, 1987, pág. 514; file://D:/perfil Usuario/ fjPm3/Commadri/MisVideos/ArchidiocesisdeBurgos-Wikipedia, la enciclopedialibre.htm.
Fernando Gómez del Val