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Rafael Tristany y Parera

Biografía

Tristany y Parera, Rafael. Barón de Altet, conde de Aviñó (I), marqués de Casa Tristany (I). Ardèvol (Lérida), 16.III.1814 – Lourdes (Francia), 17.VI.1899. Teniente general carlista.

Era sobrino del mariscal de campo carlista Benito Tristany y Feixas. Su condición de primogénito de una sólida familia de propietarios rurales le deparó una educación superior a la media de la época: después de estudiar las primeras letras en su pueblo y en Guissona, cursó tres años de latinidad en el Colegio Real de Gerona. Tomó parte muy activa en la Primera Guerra Carlista, en las filas de don Carlos, al lado de sus tíos Miguel y Benito. En septiembre de 1835 era teniente coronel. Asistió a la academia militar que los carlistas habían instalado en Borredà. Combatió en la conquista de Solsona (abril de 1837) y cayó herido en Biosca. En enero de 1840 fue nombrado ayudante de campo de su tío Benito y en marzo pasó a las órdenes de Cabrera en el Maestrazgo, con el que combatió en dos acciones en la Cenia. Regresó a Cataluña con las fuerzas de Cabrera. Acabada la guerra, se ocultó cerca de su casa junto con otros familiares que también habían combatido en las filas carlistas.

En julio de 1845 pasó a Francia y al año siguiente regresó a Cataluña con instrucciones del general Ignacio Brujó para su tío Benito con objeto de iniciar el levantamiento que supondría la Segunda Guerra Carlista. Combatió con su tío hasta la muerte de éste en mayo de 1847. Rafael y tres de sus hermanos recogieron los restos de su partida, que fueron engrosando poco a poco, moviéndose siempre por el Solsonés y sus alrededores. La guerra se incrementó y tomó mayor fuerza con la comandancia de Ramón Cabrera, que entró en Cataluña en junio de 1848. Tristany se puso a sus órdenes y participó, al mando de dos batallones, en la importante acción de Aviñó (Barcelona) contra la fuerza del coronel Manzano (16 de noviembre). La contribución de Tristany a la victoria resultó decisiva y por ello fue agraciado con el título de conde de Aviñó. El 13 de enero de 1849 entró en Cardona e hizo prisionera a la guarnición. El marqués del Duero, capitán general de Cataluña, intentó sobornarle y para ello se valió del barón de Abella, pariente lejano de los Tristany; el barón le ofreció entrar en el ejército liberal con el grado de coronel y el pago de todos los préstamos que hubiera tomado para sus gastos de guerra. Pero Tristany le hizo prender y lo entregó a Cabrera, que mandó fusilarle (23 de febrero de 1849). A mediados de marzo se inició otro intento de soborno, esta vez por mediación del coronel del ejército liberal Leonardo de Santiago, que entró en contacto con un hermano de Tristany. Rafael Tristany fingió aceptar el trato y se apoderó de los 280.000 reales que debían servir para sobornar a los mandos carlistas y los usó en provecho de la causa carlista. Para resarcirse de esta pérdida, el gobierno liberal se incautó de los bienes de Tristany. Pero la guerra tocaba a su fin y el 18 de mayo de 1849 Rafael Tristany entró en Francia.

El 18 de julio de 1855, en pleno bienio progresista, volvió a entrar en España, siguiendo órdenes de Cabrera, con el cargo de comandante de la provincia de Barcelona y acompañado de sus hermanos Ramón, Antonio y Juan Francisco. Sería una lucha de escasa entidad, con numerosas conspiraciones fracasadas y la lucha propiamente dicha circunscrita casi únicamente a Cataluña. Por esto algunos hablan de “guerra de los Tristany”. Rafael logró reunir apenas doscientos hombres. El 24 de agosto entraron en Biosca y se apoderaron de 25.000 reales, y el 12 de diciembre se dio el combate de Castellfullit de Riubregós, que le fue desfavorable y en el que perdió a su hermano Antonio. En enero de 1856 luchó de nuevo en Pinós. Ante la inutilidad de la lucha y siguiendo órdenes de Carlos (VI), el 14 de abril regresó a Francia.

En 1856 fue a Nápoles y a continuación a Módena, donde el duque Francisco V le encomendó varias misiones diplomáticas. Cuando el ducado fue invadido por las fuerzas piamontesas (1859), Tristany siguió al duque en su exilio. Pasó después a Trieste, residencia de la Corte carlista, y de allí a París, con instrucciones para participar en el intento carlista que fracasaría en el episodio de San Carlos de la Rápita (abril de 1860). En noviembre de 1861, por consejo de la princesa de Beira, viuda de Carlos (V), Tristany entró al servicio de Francisco II de Nápoles, que le nombró mariscal de campo. Tristany penetró en la región de los Abruzzos con el encargo de reanimar la lucha en favor del Rey y de aglutinar a las dispersas fuerzas guerrilleras. Obtuvo las victorias de Monte Cataldo, Campodimelle y Castello Nouvo, pero en uno de sus viajes secretos a Roma para recibir instrucciones (junio de 1863) fue detenido por las fuerzas francesas que ocupaban la ciudad y encerrado en el castillo de Sant’Angelo, para ser deportado después a Francia.

En noviembre de 1868 entró a formar parte del Consejo privado de Carlos (VII). Acompañó al Rey en el viaje que de París debía llevarle a ponerse al frente de una sublevación en Cataluña en la que participaban carlistas y oficiales del Ejército. Fracasado el alzamiento antes de producirse, el Rey, con Tristany y el resto del corto séquito, pisó simbólicamente tierra española en pleno Pirineo (julio de 1869). Rafael participó en la reunión de Vevey (abril de 1870), que supuso la retirada definitiva de Cabrera y la firme decisión de ir a la guerra. A Tristany se le encomendó organizar la lucha en la provincia de Tarragona.

El Pretendiente dio la orden de preparar el alzamiento para el 21 de abril de 1872, y, el 12 de mayo, Rafael Tristany fue nombrado comandante en jefe de las fuerzas catalanas. Tristany entró inmediatamente en Cataluña para asumir un cargo que mantendría hasta finales de mayo de 1875. En junio se halló en Sant Feliu de Pallarols, Amer y Anglès. El 18 se unió a Savalls y juntos rindieron a los voluntarios de Sant Hilari Sacalm. En la segunda mitad del año tomó el mando directo de las fuerzas de Tarragona y el 18 de octubre derrotó a Maturana en Prades y el 17 de noviembre entró en Montblanc. Fue ascendido a teniente general. En 1874, sus acciones bélicas más destacadas fueron la conquista de Vic (enero) la entrada en Manresa, aunque no pudo retenerla (4 de febrero), la toma de Vendrell (4 de marzo) y la derrota de la Columna Weyler (Cardona, 16 de diciembre). El 1.º de octubre de 1873 creó la Diputación del Principado de Cataluña, que él presidía formalmente, aunque delegó esta función. Y justo un año más tarde, en Olot, proclamó en nombre de Carlos (VII) la recuperación de los fueros de Cataluña. En febrero de 1875 pactó con Martínez Campos el Convenio y Tratado para la seguridad y ayuda a enfermos y heridos de ambos bandos y promovió el intercambio de prisioneros. Al ser sustituido en el mando supremo por Savalls, pasó al cuartel real, donde asumió el puesto de jefe de la Casa Militar del Rey y participó personalmente en el sitio de Getaría, donde ganó la Gran Cruz Laureada de San Fernando. El Rey le concedió el título de marqués de Casa Tristany. Ya al final de la guerra, en plena descomposición de las fuerzas carlistas, el Rey volvió a nombrar a Tristany comandante supremo de Cataluña con la misión de reanimar la lucha, pero, a pesar de su entrega y entusiasmo, nada pudo hacer.

Se exilió a Francia, donde contrajo matrimonio con una dama francesa. Al enviudar se estableció en Lourdes, donde falleció. En 1913 sus restos fueron trasladados al cementerio de Ardèvol y depositados en el panteón familiar.

 

Bibl.: M. Ferrer, Historia del tradicionalismo español, Sevilla, Madrid, Editorial Católica, 1941-1979; A. Albònico, La mobilitazione legittimista contro el regno d’Italia: la Spagna e il brigantaggio meridionale postunitario, Milán, Giuffrè, 1979; A. Llorens i Solé, Solsona en les guerres del segle xix a Catalunya, Barcelona, Fundació Salvador Vives Casajuana, 1981; C. López Hurtado, Els Tristany d’Ardèvol, carlins irreductibles. Genealogia, Barcelona, Columna, 1993.

 

Josep Maria Mundet i Gifre