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Francisco Bores López

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Biografía

Bores López, Francisco. Madrid, 6.V.1898 – París (Francia), 10.V.1972. Pintor.

Nació en el número 34 de la calle Barquillo de Madrid. Era el tercero de cuatro hermanos, de una familia acomodada, relacionada con la diplomacia, la abogacía, la ingeniería y la política. Su padre era natural de Antequera (Málaga); su madre era originaria de Valladolid. Tras una infancia privilegiada, realizó estudios en el colegio de la Concepción de Madrid.

Una vez aprobado por libre el bachillerato, cuyo título obtuvo en 1915, comenzó a preparar, más por tradición familiar que por convencimiento personal, el curso preparatorio para ingresar en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Estudió y aprobó por libre “unas cuantas asignaturas de Derecho”, pero al año siguiente dejó ambas carreras inacabadas para dedicarse a la pintura. En 1916 ingresó en la academia de Cecilio Pla, donde permaneció tres años. Hizo sus primeros estudios con modelos y con compañeros como Pancho Cossío, Manuel Ángeles Ortiz y Joaquín Peinado, mientras realizaba al mismo tiempo copias de Tiziano, Velázquez y Goya en el Museo del Prado. En 1922 participó por primera vez en la Exposición Nacional de Bellas Artes o Salones Oficiales. A partir de 1923 Bores se relacionó con los ultraístas.

Frecuentaba los círculos literarios, la Residencia de Estudiantes y participaba en tertulias. Entabló amistad con los poetas y artistas de la época (de los que realizó retratos, dibujos con tinta china) y, desde ese momento hasta 1928, colaboró publicando grabados en madera y xilografías en distintas revistas, como Alfar, Horizonte, Tobogán, Revista de Occidente. También asistió en 1923 a la Academia libre de Julio Moisés donde coincidió con Dalí y Benjamín Palencia.

Participó en la Primera Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos, celebrada en el Palacio de Exposiciones del Retiro de Madrid, en mayo y junio de 1925, con dieciséis óleos y acuarelas. Sin embargo, al constatar el rechazo unánime del público así como su falta de interés hacia el joven arte —como el de Dalí, Moreno Villa, Palencia o Alberto—, Bores decidió marcharse a París, donde se reunió con su amigo Cossío en el verano de 1925. Nada más llegar, sufrió un primer revés al ver sus obras rechazadas en el Salón de Otoño.

Conoció a Picasso y a Juan Gris (éste moriría poco después). Sin negar la influencia que sus dos compatriotas ejercían sobre él, el cubismo no parecía atraerle tanto como el surrealismo, cuya aparente espontaneidad respondía más a sus aspiraciones estéticas. También le atraía el fauvismo de Derain y sobre todo Matisse, a quien le uniría una amistad basada en una admiración recíproca.

En 1927 año en que se trasladaba de estudio ilustró el libro de poemas de José María Hinojosa La rosa de los vientos (Málaga, Litoral). Los cambios de estudio serían una constante en la vida de Bores hasta 1937, año en que se instaló en su estudio de la villa Saint- Jacques donde permanecería hasta su muerte. Estableció los primeros contactos con los marchantes Jacques Bernheim y Léonce Rosenberg, además de con las galerías Pierre y Percier y empezó a vender sus obras.

Con la celebración de su primera exposición individual en la Galería Percier se le brindó la oportunidad de conocer al crítico y editor Tériade, que le publicó un artículo elogioso en la revista Cahiers d’art, y que se convertiría en el más entusiasta defensor de su obra y en uno de sus más entrañables amigos. En Madrid aparecía La Gaceta Literaria en la que se publicaban un artículo sobre su obra de Benjamín Jarnés y el de Tériade, traducido.

Aconsejado por Tériade, que no había dudado en afrancesar su nombre de origen griego, Bores siguió sus pasos y añadió un acento sobre la e de Bores para mantener la pronunciación de su nombre en francés.

Aumentaba el círculo de sus amistades: Jules Supervielle, Max Jacob, Jean Cocteau, Raymond Radiguet, Paul Éluard, Christian Zervos, Man Ray... La vida artística y literaria de la época en París giraba en torno a los cafés de la Rotonde, du Dôme, de la Coupole, de la Closerie des Lilas, ubicados en el barrio de Montparnasse, lugares de encuentro para las diversas colonias, como la griega (Zervos, Tériade) o como la española con los artistas españoles residentes en París, entre muchas otras. Ese mismo año, expuso en el Salón de las Tullerías y en el primer Salón de los Verdaderos Independientes y participó en Nueva York en una exposición colectiva, junto a Viñes y a André Beaudin, pintor francés con quien mantendría a lo largo de los años una relación muy estrecha, tanto en lo personal como en lo profesional. Ilustró con un retrato, grabado en madera por Georges Aubert, el libro de poemas de Jules Supervielle Saisir (París, NRF). A partir de 1929, empezó a pintar de manera menos abstracta y daba comienzo a lo que el propio Bores llamó la pintura-fruta. Expuso en el Salón de los Superindependientes y participó en varias colectivas en el Jardín Botánico de Madrid, en Zúrich y en París.

En diciembre de 1930 se casó con Raïa Perewozka, natural de Vilna (Lituania), a la que había conocido dos años antes en el Café du Dôme; viajaron a la Costa Azul con Tériade y pasaron unos días con Picasso en Cagnes-sur-Mer. Seguía pintando paisajes y bodegones del natural. En 1931 celebró una exposicion individual en la Galería Georges Bernheim, cuya mención en la prensa fue muy notable con artículos de Tériade y Zervos en Cahiers d’art y expuso en varias colectivas. Seguía participando cada año en el Salón de los Surperindependientes, donde acudiría anualmente hasta 1938 y luego de manera más esporádica.

En el mes de septiembre de 1931 nació en Lucerna (Suiza) su hija Carmen.

Firmó un contrato con el marchante suizo Max Berger, director de la Galería Vavin-Raspail, relación que mantendría hasta su cierre en 1934 con la celebración de dos individuales. Por entonces conoció a los escultores Henri Laurens y Alberto Giacometti y al diplomático, traductor y escritor Paul Petit, autor de La vie intellectuelle (París, octubre de 1932), fiel admirador y amigo que colaboró muy activamente como embajador en Dinamarca en introducir su obra en ese país y en Suecia y darla a conocer a través de varias muestras. Pasó las vacaciones del verano de 1933 en Varangeville con su familia y Pierre Reverdy, coincidiendo allí con Georges Braque y su mujer. En 1934 expusó con André Beaudin y Salvador Dalí en la Zwemmer Gallery de Londres, donde celebraría una muestra individual un año más tarde y participó en la exposición Minotaure en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas. Ilustró con un aguafuerte el libro de poemas de Louis Bauguion Coeur au Zénith (París, Cahiers libres); realizó la cubierta del número 5 de Minotaure, revista fundada y dirigida por Tériade y Albert Skira, y colaboró con cuatro dibujos en el número 12 de Cruz y Raya. Seguiría ilustrando al año siguiente el libro de poemas de Jean Paul Collet La vie même (París, G.L.M.) y colaborando con dibujos en La Bête noire, revista fundada por Tériade y Maurice Raynal (1935-1936). En su pintura le dio más importancia al tema, “Temas imaginarios” que adquirirían relevancia en la forma de tratar la obra; testimonio de ello sería L’Essayage (Souvenir imaginaire), un retorno a las escenas de interior y a la síntesis del espacio, uno de los cuadros preferidos del artista y que el MoMA de Nueva York compró en el año 1947.

En 1935 participó en la exposición Peinture et Sculpture en el Colegio de España en la Ciudad Universitaria de París y se establecieron los primeros contactos con Daniel-Henry Kahnweiler, director de la Galería Simon de París, con la firma de un contrato renovable. Ese mismo año, y por razones económicas, se marchó a Madrid con su familia a casa de su madre, donde permanecerían hasta el estallido de la Guerra Civil. Consiguió mantener los contactos con el marchante Kahnweiler y mandarle cuadros suyos.

Sin embargo, ante los acontecimientos políticos decidió regresar a París con su familia. En 1936 participó en la exposición L’art espagnol contemporain en el Jeu de Paume de París y celebró su primera muestra individual en Estados Unidos.

En 1937 nació su hijo Daniel, llamado así en referencia a Daniel-Henry Kahnweiler, por la gran estima que le tenía. Celebró su primera exposición individual en la Galería Simon y participó en varias colectivas, entre ellas en el Pabellón de España en el Petit Palais (París). En 1938 y 1939, volvía a exponer en Estados Unidos.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Bores decidió marcharse con su familia a San Juan de Luz, donde se veía casi a diario con Matisse. De vuelta a París, participó en la muestra Vingt jeunes peintres de tradition française, primera exposición de vanguardia celebrada en la Galería Braun en 1941 sin autorización de los alemanes. Empezó a trabajar con la Galería Alfred Poyet y con la Galería Renou et Poyet, donde expondría en 1944. Ante el empeoramiento de la situación en Francia, decidió poner su familia a salvo en España mientras él se quedó en París pintando y viéndose con sus amigos españoles y con el fotógrafo Georges Brassaï.

Con la presentación del libro Cinq peintres d’aujourd’hui (Borès, Beaudin, Gischia, Estève, Pignon) (París, editor André Léjard, octubre de 1943) en la Galería de France, Bores junto con Beaudin se perfilaban como jefes de fila de su generación.

A partir de la Segunda Guerra Mundial y en los años sucesivos, aunque no se afilió nunca a ningún partido político, se adhirió a organizaciones en contra del racismo y del antisemitismo y participó en subastas benéficas. Su presencia en numerosas exposiciones colectivas e individuales, tanto en Francia como en Dinamarca y Suecia y en otros lugares, fue constante y consolidó su prestigio como figura indiscutible de primera línea de la escena artística parisiense. Los museos franceses empezaron a comprar pinturas suyas, política que seguirían hasta los años sesenta, consiguiendo una representación muy significativa de su obra repartida entre museos y el Fondo Nacional.

En 1951 entró a formar parte del grupo de artistas de la Galería Louis Carré de París. Se abrió para el artista un largo período de estabilidad y sosiego en el que siguió pintando y en el que realizó varias muestras individuales. Sus constantes investigaciones en torno a la luz y al espacio desembocarían en los años cincuenta en lo que la crítica denominó “la manera blanca”. En 1955 destaca su primera colaboración en el premio del Carnegie Institute de Pittsburgh con una obra elegida para el cartel del evento, experiencia que repetiría en 1958.

En los años sesenta realizó una serie de litografías para una edición de obras completas de Albert Camus (París, André Sauret editor, Imprimerie Nationale, 1962) y la escenografía de Le Soleil des eaux sobre un poema de René Char y música de Pierre Boulez para el Centro Coreográfico Nacional de Amiens (Francia). El editor Tériade publicó una monografía sobre su obra, con texto de Jean Grenier y litografías originales.

Con el cierre de la Galería Louis Carré en 1964, se acababa también para Bores una etapa de colaboración constante y contratos permanentes con marchantes que había mantenido a lo largo de toda su carrera. En los años sucesivos trabajó con la Crane Kalman Gallery de Londres y participó en colectivas, con la Galería Villand et Galanis y con la Galería Georges Bongers de París; siguió su trabajo de ilustrador con una serie de cinco linograbados para el Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca (Stuttgart, Manus Presse) y realizó vidrieras para la capilla del Seminario de Montbrison (Francia). Siguió el ritmo de las colectivas, tanto en Francia con su participación anual en el Salón de Mayo, como fuera de las fronteras francesas.

En 1966, fue nombrado Officier de l’Ordre des Arts et des Lettres e ilustró Le Neveu de Rameau de Diderot (Berlín, Propyläen). Celebró su primera y última exposición individual en la Galería Theo de Madrid en 1971, al haber rechazado siempre exponer en España por convicciones personales. El Estado francés le propusó realizar una exposición antológica en el Grand Palais de París, pero el fallecimiento del artista el 10 de mayo de 1972 impidió que el proyecto se llevase a cabo.

Francisco Bores falleció a los setenta y cuatro años de edad y está enterrado en el cementerio de Montparnasse.

Su obra está representada en museos del mundo entero y está considerado como el jefe de fila de la Escuela de París de su generación.

 

Obras de ~: Coin de chambre, 1925; Nature morte au lapin, 1926; Nature morte sur le mur, 1927; Nu gris, 1927; Le Vent, 1930; Course de taureux, 1932; L’Essayage (Souvenir imaginaire), 1934; Déjêuner sur l’herbe, 1936; Intérieur rose, 1936; Espagne 1937, 1937; Femme Dans sa chambre, 1937; Le Bar de matelots, 1938; Jour de printemps, 1939; L’Été, 1944; Le Pêcheur, 1951; Intérieur, 1951; Femmes sur la plage, 1953; Ambiance bleue, 1955; Journée d’été, 1956; La Table blanche, 1957; La Table bleue, 1958; Nature morte aux pinceaux, 1958; Fraises et Citrons, 1962; Composition à la carafe, 1964; Paysage d’automne, 1965; Dans l’arène, 1965; Composition, 1967; Femme au citron, 1970; Nature morte, 1971.

 

Bibl.: E. Tériade, “Francisco Borès”, en Cahiers d’art (Paris), n.º 3 (1927); B. Jarnés, “La pintura de Francisco Bores”, en La Gaceta Literaria, n.º 21 (1927); M. Berger, “Borès”, en Les Arts plastiques (Paris), n.º 10 (1930); E. Tériade, “Le développement de l’oeuvre de Borès”, en Cahiers d’art, n.º 2 (1931); A. Lhote, “Borès à la Galerie Georges Bernheim”, en La Nouvelle Revue Française (Paris), n.º 213 (1931); M. Raynal, “Borès”, en Minotaure (Paris), n.º 7 (1935); G. de Torre, “La pintura de Bores”, en Saber Vivir (Buenos Aires), n.º 104 (1953); J. Grenier, “Francisco Borès”, en L’Oeil (Paris), n.º 21 (1956); Borès, Paris, Verve, 1961; J. Gállego, “Monsieur Bores-Español de Paris”, en Revista de Occidente (Madrid), n.º 15 (1977); J. Lassaigne, “Borès ou l’équilibre”, en Demeures et Châteaux (Paris), n.º 18 (1982); J. M. Bonet, Diccionario de las vanguardias en España 1907-1936, Madrid, Alianza Editorial, 1995, págs. 110-111; E. Carmona, “Bores, el placer de la pintura”, en Descubrir el Arte (Madrid), n.º 8 (1999); F. Calvo Serraller, Las cien mejores obras del siglo XX. Historia visual de la pintura española, Madrid, Tf. Editores. Sociedad Estatal España Nuevo Milenio, 2001, págs. 146 y 165; H. Dechanet, Catálogo razonado Pintura, Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 2003, 2 vols.

 

Hélène Dechanet Bores

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