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Gaspar Torrella

Biografía

Torrella, Gaspar. Valencia, 1452 – Roma (Italia), c. 1520. Médico.

Fue el tercer hijo de Ferrer Torrella, médico que había estudiado en la Universidad de Montpellier y ejercía con notable fortuna en Valencia. Firme partidario de la incorporación de la técnica a la Universidad según el modelo de las universidades italianas y de la propia Montpellier fue, desde su fundación en 1499, uno de los impulsores de la introducción de la enseñanza de la cirugía en el Studi General, la universidad de la ciudad, la cual incorporó en forma de cátedra la “Lectura” o Escuela de Cirugía que ya existía en Valencia y que impartía desde su creación en 1462 una enseñanza teórica y práctica por parte de médicos universitarios, reforzada por la disección de cadáveres. Esta última práctica fue concedida por privilegio real en 1478 al colegio o gremio de cirujanos- barberos de Valencia, cuya actividad pasó de este modo de “oficio” a “arte” o técnica, con un valor social positivo al superar un planteamiento meramente artesanal.

El hijo mayor, Jerónimo, estudió en la Universidad de Siena y compaginó la medicina con las matemáticas y la astrología, siendo titular de la primera cátedra de medicina de la Universidad de Valencia y médico del Rey de Aragón Fernando el Católico. El segundo hijo, llamado probablemente Ausía, ejerció la medicina en Cagliari (Italia). Gaspar Torrella realizó sus estudios introductorios de lengua y filosofía en Valencia. Posteriormente cursó medicina en las universidades de Siena y Pisa en la década de 1470, aunque no obtuvo el título de magister hasta 1483, tras cursar una súplica al papa Sixto IV y acceder a ella el pontífice. Acabados sus estudios se trasladó a Valencia, ciudad en la que ejerció como médico hasta 1473, año en el que el cardenal valenciano Rodrigo Borja, legado del pontífice Sixto IV a las cortes de Castilla y Aragón, le propuso como médico personal, regresando ambos a Roma. Aquí Torrella realizó estudios eclesiásticos y fue ordenado sacerdote en 1487. Cinco años después, y a la muerte del papa Inocencio VIII, Rodrigo Borja fue elegido su sucesor bajo el nombre de Alejandro VI. Como persona de confianza del recién nombrado Pontífice, Torrella recibió diferentes beneficios eclesiásticos, entre ellos el obispado de Santa Justa, en Cerdeña, en 1494, con carácter vitalicio, y la condición de prelado doméstico y protomédico, cargo este último que compartía con otros hispanos como Alejandro de Espinosa, Andreu Vives y Pere Pintor. Durante toda su vida hubo de compaginar su actividad médica con sus obligaciones eclesiásticas.

Como ha señalado J. Arrizabalaga, Torrella pertenece a la primera generación de médicos que utilizó la imprenta para la difusión del saber. El hecho de vivir en Roma, centro muy activo en la edición de libros y su relación con mecenas intelectuales como César Borgia, hijo de Alejandro VI, de quien era médico personal, le permitió publicar todos los escritos de él conocidos entre 1497 y 1507, cinco libros de contenido médico y uno de cuestiones astrológicas; todas sus obras se enmarcan dentro de la corriente de pensamiento del galenismo avicenista, vigente en estos años en el mundo académico italiano y en ella pueden rastrearse importantes influencias de la tradición platónica.

El primero de sus escritos salía de la imprenta romana el 28 de noviembre de 1497 bajo el título de Tractatus cum consiliis contra pudendagram seu morbum gallicum y lo dedicó a su señor “Reverendísimo e ilustrísimo padre en Cristo Dr. D. César de Borgia, diácono, cardenal de Valencia, con el título de Santa María”, víctima ya en esta época del mal francés o sífilis y a quien Torrella había tratado con éxito de su enfermedad, hecho que contribuyó a la difusión de esta obra y aumentó el prestigio del médico valenciano. En la introducción el autor reconoce la importancia de esta curación: “Nadie puede poner en duda lo mucho que [a ti, César Borgia] te debe el género humano, pues en tu tiempo y por tu causa, la enfermedad que todos consideraban incurable, no sólo es ahora conocida en su esencia, sino también en el modo de su curación. Por este conocimiento, precisamente, los infectados confiarán y tendrán buena esperanza [...]. De todo lo anterior se deduce claramente que tu señoría reverendísima ha curado a los infectados y preservado a los sanos, debido a la esperanza de salud”.

La sífilis era considerada en la época como una enfermedad nueva, es decir, desconocida por los autores clásicos, bien por ser de aparición reciente, bien por no haberla detectado en su momento. Debe su nombre al hecho de ser difundida en Italia por las tropas del Rey de Francia Carlos VIII durante su retirada del reino de Nápoles en el otoño de 1495. Gaspar Torrella fue uno de los primeros descriptores de esta enfermedad, junto con Joseph Grünpeck, que ofreció una interpretación astrológica del origen de la sífilis y Niccolo Leoniceno, autor de una obra de carácter erudito que contrasta con la orientación clínica y terapéutica de Torrella. Su Tractatus está dividido en dos libros, de similar extensión, y cuatro tratados. En el primero de ellos se interpretan las posibles causas de la sífilis. La opinión mayoritaria en la época abogaba por una causa superior, bien por castigo divino, bien por una conjunción astral desfavorable, opiniones defendidas por teólogos y astrólogos respectivamente. Torrella se decantaba, sin embargo, por el contagio, es decir, por la adquisición de la enfermedad mediante el contacto individual. Éste no siempre era directo, ya que la sífilis podía contraerse por mantener relaciones sexuales con personas enfermas y por contacto del lactante con una nodriza infectada, pero también por proximidad, en el caso de permanecer cerca de un sifilítico. Junto a la infección por contagio, Torrella defendió asimismo la posibilidad de enfermar por llevar un régimen de vida inadecuado.

En la segunda parte de la obra, se describen los síntomas de la enfermedad a través de cinco historias clínicas, escogidas de entre los diecisiete enfermos que el autor aseguraba haber tratado con éxito entre los meses de septiembre y octubre de 1497; muestran diferentes formas clínicas de la sífilis y, por tanto, distintas pautas terapéuticas. Estos relatos pertenecen al género de los consilia, habituales en la medicina bajomedieval, en los que se hacía una descripción clínica y se indicaba el tratamiento adecuado del caso expuesto; escritos por médicos con experiencia, su intención era didáctica y se dirigían a los médicos noveles. La primera de las historias recogida por Torrella, que algunos investigadores identifican como la del propio César Borgia, comienza con una descripción de las manifestaciones iniciales de la enfermedad, la primera en la literatura médica sobre el mal francés. En todos los relatos clínicos, se subrayan las que, para Torrella, son las principales manifestaciones de la enfermedad: la lesión primaria, el dolor y las alteraciones cutáneas. El tratamiento sigue el esquema galénico habitual e incluye dieta y fármacos; en el régimen de vida aconsejado a través de la dieta, destacan para Torrella los beneficios que supone para la buena evolución del enfermo la confianza en su propia curación; entre los fármacos, el autor recomienda el habitual ungüento de mercurio.

En 1498, Torrella viajó a la corte del rey Luis XII de Francia como médico de César Borgia. Durante su estancia de un año pudo aumentar sus conocimientos sobre la sífilis, ya que la enfermedad afectaba a gran número de príncipes europeos con los que sin duda se relacionaría. También este año es nombrado bibliotecario de la Biblioteca Apostólica Vaticana por designación de Alejandro VI, cargo que mantuvo hasta 1500. En este mismo año de 1498 vio la luz una nueva edición del Tractatus a instancias del obispo de Avranches (Normandía), quien probablemente también padeciera la enfermedad. Esta vez la obra se publicó bajo otro título, De morbo gallico cum aliis, y asimismo fue dedicada a César Borgia. En ella introducía algunas modificaciones fruto de la experiencia acumulada en el año transcurrido y planteaba el problema del tratamiento del dolor en la enfermedad, aún no resuelto. A este asunto dedicó una nueva obra, de carácter divulgativo, publicada en 1500 con el título de Dialogus de dolore cum tractatu de ulceribus in pudendagra evenire solitis, en donde dos personajes Vulgus (el pueblo) y Medicus (el médico) dialogan intentando esclarecer por qué el dolor recidiva en la sífilis con tanta frecuencia. La obra se completa con un breve tratado, dedicado nuevamente a César Borgia, sobre las complicaciones clínicas de las lesiones cutáneas del morbus gallicus, las llamadas “úlceras malignas”, cuya gravedad en opinión del autor: “hace temblar no sólo a doctos o empíricos cirujanos, sino también a los enfermos que tantísimo padecen por su causa”. Torrella ya no defiende el uso exhaustivo de las unciones mercuriales como tratamiento al haberse comprobado sus efectos secundarios, responsables de la muerte, entre otros, de Alfonso Borgia, hermano del Pontífice y previene de los impostores que ofrecen falsos remedios, perjudiciales para los enfermos. Como medida preventiva señala el control de las prostitutas sifilíticas, al considerar que el contagio venéreo es la causa principal de la enfermedad. Estas mujeres serían ingresadas “en alguna casa u hospital hasta que fueran curadas por médicos asignados para ello. Esta enfermedad cruel y contagiosa podría así ser eliminada”.

En 1502 murió el papa Alejandro VI. Su sucesor Julio II, a quien Torrella había curado de la sífilis, lo mantuvo como médico personal y prelado doméstico, a pesar de su oposición a los integrantes de la corte borgiana, que purgó sistemáticamente. Dos años después, Torrella escribió un Consilium de peste con motivo de una pestilencia que azotó Roma en 1504 y que resumía anteriores tratados sobre la enfermedad.

En 1505 vio la luz en Roma y Salamanca un tratado sobre otra nueva enfermedad titulado Consilium de egritudine pestifera et contagiosa ovina cognominata nuper cognita hyspani modorrilla vocant. Versaba sobre una epidemia conocida popularmente como modorrilla al producir “alienación de la mente y alteración de los sentidos interiores” y que, tras causar estragos en la flota castellana de Flandes que traía a la princesa Juana de Castilla y a su marido el archiduque Felipe de Austria, se había difundido por todo el norte de la Península. Torrella dedicó esta obra a Fernando Álvarez, médico de Fernando el Católico y catedrático de la Universidad de Salamanca, quien había publicado un Regimiento contra la peste (c. 1500). Su descripción de esta enfermedad se basó en las observaciones clínicas recogidas por el médico Juan López de Ybar y diversos colegas españoles e italianos y en ellas se destacaba que: “empezaba por una calentura muy remisa, delirio y perturbaciones de los sentidos: al día segundo se aumentaban los síntomas con gran dolor de cabeza, ansiedad y congojas: experimentábase al mismo tiempo frío glacial en las estremidades y un calor abrasador en lo interior. Al tercer día todo aumentaba: el delirio era atroz, unos lloraban, otros reían; quienes permanecían atónitos con los ojos fijos y abiertos; algunos se exasperaban hasta el extremo de maltratarse queriendo sacarse los ojos [...]. Todos morían si no lograban sudar copiosamente”.

En 1506 escribió su última obra médica, Pro regimine seu preservatione sanitatis. De esculentis et poculentis dialogus, un tratado de dietética que seguía fielmente la tradición de los regímenes de salud medievales. Escrito en forma de diálogo, fue dedicado al papa Julio II. Un año después se publicó su último texto conocido, un juicio universal dedicado a César Borgia y escrito en 1502 a modo de epístola. Trataba sobre “los portentos, prodigios y presagios, los defectos del sol y de la luna y los cometas”. Se editó a instancias de Giovanni Gozadini, datario papal, interesado por las posibles consecuencias de la presencia de un cometa en el cielo de Roma en el verano de 1506.

En 1512, y ya retirado desde hacía unos años de su actividad médica, asistió a una de las sesiones del V Concilio de Letrán en calidad de obispo de la diócesis de Santa Justa. Tras varios años con graves problemas de salud, falleció en Roma hacia 1520.

 

Obras de ~: Tractatus cum consiliis contra pudendagram seu morbum gallicum, Roma, 1497; De morbo gallico cum aliis, Roma, c. 1498; Dialogus de dolore cum tractatu de ulceribus in pudendagra evenire solitis, Roma, 1500; Qui cupit a peste non solum preservari sed et curari hoc ligat consilium, Roma, 1504; Consilium de egritudine pestifera et contagiosa ovina cognominata nuper cognita quam hyspani modorrillam vocant, Roma, 1505; Pro regimine seu preservatione sanitatis. De esculentis et poculentis dialogus. Roma, 1506; Judicium universale. De portentis: presagiis: et ostentis: rerumque admirabilium: ac Solis et Lune defectibus et Cometis, Roma, 1507.

 

Bibl.: F. Canto y Blasco, Recuerdo apologético de Gaspar Torrella, Valencia, Imprenta Ferrer de Orga, 1880; L. Zdekauer, Lo Studio di Siena nel Rinascimento, Milano, 1894, pág. 181; E. L. Zimmermann, “An Early English Manuscript on Syphilis. A Fragmentary Translation from the Second Edition of Gaspar Torrella’s Tractatus cum consiliis contra pudendagram seu morbum gallicum”, en Bulletin of the History of Medicine, 5 (1937), págs. 461-482; J. Bignami Odier, La Bibliothèque Vaticane de Sixte IV à Pie XI. Recherches sur l’histoire des collections de manuscrits, Città del Vaticano, 1973, págs. 27, 38, 320, 348; A. F. Verde, Lo Studio fiorentino, 1473-1503. Richerche e documenti, Firenze-Pistoia, vol. III/1, pág. 329, vol. IV/1, pág. 139, 1973; J. M. López Piñero, “Gaspar Torrella”, en J. M. López Piñero et al. (dirs.), Diccionario histórico de la ciencia moderna en España, vol. II, Barcelona, Editorial Península, págs. 356-358, 1983; J. Arrizabalaga, “De morbo gallico cum aliis”: another incunabular edition of Gaspar Torrella’s, Tractatus cum consiliis contra pudendagram seu morbum gallicum”, en La Bibliofilia, Firenze (1987), págs. 145-157; J. Arrizabalaga, “Medicina universitaria y Morbus Gallicus en la Italia de fines del siglo xv: el arquiatra pontificio Gaspar Torrella (c. 1452-c. 1520)”, en Asclepio, 40 (1988), págs. 3-38; J. Mico Navarro, “Gaspar Torrella (1452-1520), médico del Papa Alejandro VI y autor de uno de los primeros tratados sobre la sífilis”, en Médicos, 45 (1995), págs. 7-10; J. Arrizabalaga, “Práctica y teoría de la medicina universitaria de finales del siglo xv: el tratamiento del mal francés en la corte papal de Alejandro VI Borgia”, en Arbor, 153 (604-605) (1996), págs. 127-160.

 

María José Báguena Cervellera

 

Relación con otros personajes del DBE