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Amelia Torre de la Fuente

Biografía

Torre de la Fuente, Amelia. Amelia de la Torre. Illana (Guadalajara), 12.VI.1905 – Madrid, 12.VII.1987. Actriz.

Empezó en compañías de teatro de aficionados, representando entre otras piezas El abuelo, de Galdós. Hizo el papel de una de las dos nietas de la historia, Dolly. La neófita actriz contaba entonces dieciséis años.

Jacinto Benavente la eligió, ya como actriz profesional, para uno de los papeles principales de su comedia Cuando los hijos de Eva no son los hijos de Adán, en la compañía de Rosario Pino. Su gran salto interpretativo lo dio en 1933, destacando en el estreno de Bodas de sangre en el madrileño Teatro Infanta Beatriz, como dama joven en la compañía de Pepita Díaz, en el papel de La muerte. A la hora de que se repartieron los papeles estaba presente en los primeros ensayos el propio autor. Amelia de la Torre quedó deslumbrada ante Federico García Lorca. También en la Ciudad Condal estrenó dicha obra, y entonces fue La novia. Asimismo estrenó en Barcelona, en 1935, Doña Rosita la soltera, que en Madrid no se presentó por entonces.

Se hizo muy amiga de la eximia actriz Margarita Xirgu, que la llevó unos años en su compañía representando las últimas obras de García Lorca en Hispanoamérica: La zapatera prodigiosa, Yerma y el resto del repertorio. Lamentó no haber podido estrenar en Buenos Aires, con aquella compañía, la obra póstuma lorquiana, La casa de Bernarda Alba, porque por esas fechas nació su hijo Enrique, fruto de su matrimonio en 1943 con el primer actor y galán de la Xirgu, Enrique Diosdado.

También interpretó Bodas de sangre para la gran pantalla en 1938. Fue su debut en el cine bajo las órdenes del director argentino Edmundo Guibourg. En Buenos Aires el matrimonio vivió catorce años. A su regreso a España en 1950 dejaron atrás una importante labor en tierras de habla hispana donde representaron lo mejor del teatro clásico español y contemporáneo. Amelia era consciente, y así lo reconocía, que entonces se habían olvidado de ella y tenía que empezar casi de nuevo, a ganarse al público.

Amelia fue contratada —junto a su esposo— por el director Luis Escobar para el Teatro María Guerrero.

Enrique era el primer actor, la primera actriz, Elvira Noriega, y Amelia de la Torre, la segunda. Debutaron con Don Juan Tenorio, montaje con decorados de Salvador Dalí. Hizo el papel de Lucía. Luego tuvo un papel de más envergadura con La dama boba y también en La heredera (1951). Y en las siguientes temporadas: La plaza de Berkeley (1952) y La riada (1957).

En 1952 volvió a probar suerte en el cine cuando Alejandro Perla contó con el matrimonio para llevar Don Juan Tenorio a la gran pantalla y, después, en 1954, sin su marido en una película de León Klimowsky que llevaba por título El tren expreso. Pero, Amelia de la Torre no se prodigó demasiado en el cine. En total su filmografía consta de dieciocho títulos, entre los cuales destacan Plácido, de Luis García Berlanga (1961); La Celestina, de César F. Ardavín (1968); Tormento, de Pedro Olea (1974), donde obtuvo el Premio del Sindicato Nacional del Espectáculo; La vaquilla, de Berlanga (1984) y la última, Padre nuestro, de Francisco Regueiro (1985).

A comienzos de los años sesenta el matrimonio formó compañía propia, estrenando el Teatro Bellas Artes, de Madrid, que era del empresario y director José Tamayo. A Barcelona fueron dos temporadas al Windsor. En otras ocasiones tenían que separarse por efecto de sus respectivos contratos. En esos años, Amelia de la Torre actuó en La viudita naviera y El jardín de los cerezos (1960); Eloísa está debajo de un almendro (1961) y La bella malmaridada (1962).

En el madrileño Teatro Recoletos dieron a conocer El príncipe durmiente, donde ella fue premiada por su interpretación. Estrenó Dulce pájaro de juventud, junto a Arturo Fernández. Y el empresario y director teatral José Tamayo la contrató para Madre coraje.

Y en 1963, dirigida por José Luis Alonso en el madrileño Teatro María Guerrero, Amelia de la Torre se consagró con su magnífica representación de La loca de Chaillot. Una de sus más grandes creaciones, si no la mejor. Y en esa misma temporada, en dicho escenario también, estrenó la primera obra de Antonio Gala: Los verdes campos del Edén, obra en la que también trabajó en 1966 para Televisión Española, su primera aparición en la pequeña pantalla, donde a posteriori sería recordada por su interpretación en la serie Villanueva y su gente (1979). Luego, El carrusel, de Víctor Ruiz Iriarte; La casa de los siete balcones, de Casona; La malquerida, de Benavente; La muchacha del sombrerito rosa, primavera en la plaza de París e Historia de un adulterio, de Víctor Ruiz Iriarte; El canto de la cigarra y El cielo dentro de casa, de Alfonso Paso; Noviembre y un poco de yerba, de Antonio Gala; El triunfador, de Torcuato Luca de Tena; y La Celestina, de Fernando de Rojas. Sus últimas apariciones en los escenarios fueron en La muchacha sin retorno (1974); Kitú (1977); Siempre no es toda la vida (1979); El engañao (1981); Anselmo B y Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1985).

Tenía Amelia de la Torre una gran capacidad tanto para el drama como la comedia. Su sentido del humor lo aplicaba con gestos y ademanes muy personales en las situaciones cómicas que debía representar, aportando su peculiar tono de voz, algo nasal, que resultaba inconfundible.

 

Bibl.: M. Román, Los cómicos, vol. II, Barcelona, Royal Books, 1995, págs. 80-82; C. Aguilar y J. Genover, Las estrellas de nuestro cine, Madrid, Alianza, 1996, págs. 633-634; J. García de Dueñas, “Torre, Amelia de la (Amelia Torre de la Fuente)”, en J. L. Borau (dir. y coord.), Diccionario del cine español, Madrid, Alianza-Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, 1998, pág. 859; A. J. Castro Jiménez, Sagas españolas del espectáculo, Madrid, Centro Cultural de la Villa, 2003, pág. 297.

 

Manuel Román Fernández

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