Torío y Herrero, Torcuato. Torcuato Torío de la Riva. Villaturde (Palencia), 1.IV.1759 – Madrid, 29.III.1820. Calígrafo, revisor de letras antiguas, escritor de privilegios, pedagogo y archivero.
Torcuato Torío y Herrero —más tarde intercaló entre ambos el apellido “de la Riva”, perteneciente a una abuela suya— se formó como calígrafo en tierras vallisoletanas. Hijo del labrador Torcuato Torío y de Isabel Herrero, sus primeros estudios los cursó en Carrión de los Condes, y en vista de su buena disposición, su tío Pedro de la Riva lo reclamó desde Valladolid, donde se instruyó en Filosofía, Teología y Jurisprudencia. Aquí también se dedicó a la copia y transcripción de documentos antiguos, bajo la eficaz protección de Rafael Floranes, quien además le guió en estudios de Historia y Diplomática. A los veinte años llegó a Madrid, en comisión de servicios. Aprovecha el tiempo para perfeccionar su escritura al lado de los padres escolapios, siendo su maestro Juan Antonio Rodríguez. Antes de regresar a Valladolid, contrajo matrimonio con Josefa Torres, sobrina del fiscal del Consejo Ordóñez, con la que tuvo cuatro hijos, Marceliano, Antonio, Catalina y María Camila. De nuevo en tierras castellanas, se ejercitó en la reproducción de originales de su Chancillería, a la vez que impartía clases de Escritura.
A finales de 1782, una vez obtenida la plaza de oficial segundo en el archivo de Vicente Joaquín de Moscoso Osorio, conde de Altamira, se estableció de forma definitiva en Madrid. Más tarde obtuvo la categoría de oficial mayor, hasta que en 1806 cesó en dicha actividad. Durante estos años aprendió francés, italiano, inglés y matemáticas en la Academia de San Fernando.
Al unísono de su quehacer archivero, fue ocupando otros cargos: revisor y lector de letras antiguas en 1786; escritor de privilegios del Consejo y Cámara de Castilla y del Consejo y Cámara de Indias en 1802 y 1803, respectivamente; vocal de la Junta Central de Primera Enseñanza y examinador de maestros de primeras letras en 1806; y revisor de firmas y letras sospechosas en 1807. Asimismo, perteneció a la Sociedad Económica Matritense.
La invasión francesa provocó su marcha de la capital del Reino. Regresó en 1811, desempeñando de forma eventual los puestos de secretario de la Junta interina de Administración y Gobierno de la Hacienda Pública y archivero de Rentas Generales y de la Superintendencia de Hacienda.
Cuando finalizó la Guerra de la Independencia y Fernando VII fue restablecido, Torcuato Torío fue nombrado en 1814 oficial segundo del archivo de la Secretaría de Estado y del Despacho de la Guerra en el Departamento de Indias, obteniendo los honores de oficial archivero cinco años después.
Tras otorgar testamento el 6 de febrero de 1811 y codicilo el 25 de marzo de 1820, falleció en Madrid cuatro días después.
Además de diversas traducciones, de su amplia producción escrita destaca, sin duda, la obra Arte de escribir por reglas y con muestras, publicada en 1798 gracias a la protección y recursos económicos del conde de Altamira. Mediante un privilegio de Carlos IV, en 1801, fue declarada oficial para la enseñanza, ordenando que fuesen distribuidos ejemplares por todas las escuelas, colegios, academias y universidades.
La fama adquirida por Torío —el príncipe de la escritura— le supuso tener sus propios discípulos, entre los que destacaron José de Iturzaeta, José Hermenegildo Zafra, José Asensio y Manuel Giraldos. Heredero de Palomares en el arte de escribir, este célebre pendolista y preceptista palentino ha tenido el mérito de su exposición teórica y de la composición de sus notables muestras de caligrafía, por lo que está considerado como el gran reformador de la escritura española, gracias a su destreza en el manejo de la pluma.
Obras de ~: Nuevo arte de escribir, Madrid, 1783; Gobierno del hombre de negocios a quien las ocupaciones disipan el tiempo, Madrid, Imprenta de Benito Cano, 1788; Arte de escribir por reglas y con muestras, según la doctrina de los mejores autores antiguos y modernos, extranjeros y nacionales, Madrid, Imprenta de la Viuda de Joachin Ibarra, 1798; Ortología y diálogos de caligrafía, aritmética, gramática y ortografía castellana, Madrid, Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1801; Colección de muestras de letra bastarda, inglesa, italiana, etc., Madrid, 1804; Catecismo o explicación breve de los misterios y de las principales verdades de la religión, Madrid, 1808; Tratado de caligrafía, Madrid, Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1818; Colección de muestras de letra española, París, Lib. Garnier, 1856.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Consejos, legs. 1500, 2575 y 3135; Estado, leg. 3248; Archivo General de Indias, Mapas y Planos, Escritura y Cifra, 9 y 10; Archivo Histórico Diocesano de Madrid, Parroquia de San Martín, Defunciones, lib. 31.
E. Cotarelo y Mori, Diccionario biográfico y bibliográfico de calígrafos españoles, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1914-1916, 2 vols. (ed. facs. t. II, Madrid, Visor Libros, 2004, págs. 272-283); R. Blanco y Sánchez, Arte de la escritura y la caligrafía, Madrid, Perlado, Páez y Cía., 1920 (6.ª ed.), págs. 263-268; J. C. Galende Díaz, “El calígrafo Torcuato Torío de la Riva: Una faceta de su vida profesional”, en Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses, 64 (1993), págs. 497-516; “Torcuato Torío y su aportación a la caligrafía española”, en M.ª V. Calleja González (coord.), Actas del III Congreso de Historia de Palencia, vol. II, Palencia, Diputación Provincial, Departamento de Cultura, 1996, págs. 253-262.
Juan Carlos Galende Díaz