Tordesillas, Gaspar de. ?, f. s. xv – 1562 post. Entallador.
Gaspar de Tordesillas fue un entallador muy activo del foco de escultura de Valladolid. Su apellido no indica necesariamente que naciera en esta villa vallisoletana, pues es un apellido corriente en vallisoletanos de la época, sin que se pueda ver relaciones familiares con el artista. Un homónimo se casó en 1565 en San Andrés con María Varona, y es citado en 1572 y 1590, fechas avanzadas para poder identificarle con él. En 1564 se cita un carpintero llamado Juan de Tordesillas. No se sabe la fecha exacta de su nacimiento, pero debió de ser a finales del siglo xv, puesto que, en 1540, cuando actúa de testigo del pintor Pedro de las Heras en un pleito que éste tenía, declara tener más de cuarenta años. En 1548, en el Pleito de la Antigua indica que tenía más de cincuenta años. De su familia, se conoce a su yerno, Francisco de Velasco, que colaboró con él en el sepulcro de Pedro González Alderete.
Gaspar de Tordesillas era analfabeto, lo que no es extraño entre los artistas del siglo xvi, pero sorprende que por su actividad de retablista tenía que saber dibujar, por lo que no parece difícil que pudiera delinear su nombre. Se sabe que pertenecía a la parroquia de Santa María de la Antigua, donde había un núcleo de artistas, con los que tenía amistad, como el pintor Antonio Vázquez, con quien colaboró en distintas obras, quizá por un contrato de compañía entre ambos. También con el pintor Pedro de las Heras, para quien actuó de testigo en algún pleito y en su testamento de 1557, en que es nombrado curador de sus hijos. De igual manera, tuvo buenas relaciones con el entallador Miguel de Malinas, vecino de Tordesillas.
La primera mención de Tordesillas lo sitúa trabajando fuera de la ciudad, pues se sabe que intervino al frente del retablo de San Miguel de Oñate (Guipúzcoa), en el que intervinieron los escultores Martín de Iragorri y Juan de Olazarán y los entalladores Andrés de Mendiguren y Juan de Ayala. Se ignora el motivo de su presencia en una obra en la que estaban trabajando artistas vascos. Ya en Valladolid, comenzó una carrera intensa con el contrato en 1536 con Juan Gutiérrez Alderete, escribano de la Chancillería, de un retablo de la capilla de su madre Isabel Hernández Alderete en la iglesia del Salvador de Simancas, obra que se conserva y que es un bello retablo encastrado en el arco sepulcral, con pinturas de Antonio Vázquez. Debe de ser suyo también el retablo del Cristo en la misma iglesia, pues el estilo es similar y también lleva pinturas de Vázquez, aunque la escultura del crucifijo debió de ser subarrendada a un buen escultor, muy cercano al propio Alonso Berruguete.
Su prestigio le llevó a participar en 1543 en los arcos de recibimiento de la ciudad de Valladolid al príncipe Felipe y a María de Portugal. En torno a 1542-1543 realizó algunas obras para su parroquia, tal y como declara en el Pleito de la Antigua, lo que volverá a hacer en 1554 y 1556. En 1545 valoró favorablemente la traza de Juni para el retablo de esta iglesia, que desencadenó el citado litigio con el escultor Francisco Giralte. En 1548 declaró a favor de Juni en este pleito e indicaba que conocía a ambos contendientes “por vista y habla”, si bien alabó el arte juniano. En 1547 realizó el retablo de san Antonio Abad en el Monasterio de San Benito de Valladolid, donde también debió de participar Juni en la escultura titular. Este mismo año tomó a censo y renta siete pares de casas en la plaza de la Rinconada al Monasterio de San Benito. Esto indica unas posibilidades económicas saneadas para poder emprender esta operación inmobiliaria. En 1550 las traspasó a Pedro de Salamanca.
Antes de 1550 hizo un retablo para el Monasterio de Santa Clara de Tordesillas, vendido ese año a Gaspar de Alderete, patrono de la capilla funeraria de la iglesia de San Antolín de la misma villa. El mismo año se estaba encargando del bulto sepulcral de Pedro González Alderete para la misma capilla tordesillana, ya montado en 1560. En 1562 sostuvo un pleito con el patrono por disensiones en los pagos.
En 1552 declaró de testigo a favor de Inocencio Berruguete, en el pleito que éste tenía con Pedro González de León por unos bultos funerarios. Indicaba que conocía a Inocencio desde hacía más de ocho años. En 1553 había terminado un retablo para San Martín de Valvení (Valladolid), que estaba listo para ser tasado. Se conservan algunos restos del ensamblaje y un Calvario de escultura, así como pinturas de su habitual compañero Antonio Vázquez. El mismo año de 1554 fue testigo del pleito entre varios entalladores vallisoletanos en el que se denomina “entallador de imaginería”. En 1557 se encargó de tasar el retablo que había hecho Leonardo de Carrión para Ana de Tarsis en la iglesia de San Antón de Valladolid. En 1562 arrendó unas casas en la plaza del Almirante, último dato biográfico suyo conocido.
No se sabe cuál pudo ser la formación de Gaspar de Tordesillas. Fue un entallador retablista, autor de ensamblajes y de su decoración, por lo que en sus retablos predomina la imaginería de pintura, generalmente servida por su compañero Antonio Vázquez. Si se formó en Valladolid, su aprendizaje pudo hacerse en el taller de Pedro de Guadalupe en torno a 1510, pues éste era el maestro más afamado de la ciudad, pero no puede excluirse también una relación con talleres burgaleses. Sería entonces probable su colaboración como oficial en la sillería del coro abacial del Monasterio de San Benito, dirigida por Andrés de Nájera. Después fue muy fuerte la influencia de Alonso Berruguete sobre él, como se muestra en su tipo de columnas abalaustradas, muy estilizadas, o en muchos motivos decorativos. Incluso no puede olvidarse una posible relación con la escuela abulense, amante de las decoraciones abigarradas que emplea en algunas de sus obras. No parece un escultor, pues él siempre se declara entallador, y en un caso concreto se define como “entallador de imaginería”, lo que parece indicar que pudiera hacer pequeños relieves y esculturas en algunos casos concretos. En las que aparecen en sus retablos hay un estilo crispado y abocetado, que indican contactos con la estética berruguetesca. Los cuatro evangelistas y los guardapolvos del retablo de San Martín de Valbení son de un canon corto y cabezas cuadráticas, lo que podría sugerir el suministro de modelos por Francisco Giralte. Pero ante todo, Tordesillas es un buen entallador, que hace bellísimas labores de ornamentación en las que emplea mezclados los grutescos con sátiros, hipocampos, claveras, bichas y atributos bélicos. En el sepulcro de Pedro González Alderete debió de colaborar un buen escultor.
Obras de ~: Retablo de San Miguel, Oñate (Guipúzcoa), 1536; Retablo de Isabel Fernández Alderete en El Salvador, Simancas (Valladolid), 1536; Obras para la iglesia de la Antigua, Valladolid, 1542-1543, 1554 y 1556 (despar.); Arcos de recibimiento al príncipe Felipe y a María de Portugal, 1543 (desapar.); Retablo de san Antonio Abad del Monasterio de San Benito, Valladolid, 1547; Ensamblaje del retablo de la capilla de los Alderete en San Antolín, Tordesillas (Valladolid), antes de 1550; Sepulcro de Pedro González Alderete en San Antolín, Tordesillas (Valladolid), 1550; Retablo de la iglesia, San Martín de Valbení (Valladolid), 1553; Retablo del Cristo en el Salvador, Simancas (Valladolid), s. f. (atrib.); Retablo del Hospital, Dueñas (Palencia), s. f. (atrib.); Retablo del Descendimiento de la iglesia de San Miguel, Medina del Campo (Valladolid), s. f. (atrib.) (desapar.); Retablo de Santa María del Castillo, Olmedo (Valladolid), s. f. (atrib.); Retablo de la Crucifixión de San Miguel, Olmedo (Valladolid), s. f. (atrib.); Retablo del sotocoro de Santiago, Valladolid, s. f. (atrib.).
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Jesús María Parrado del Olmo
