Aranda Grimaldo, Juan de. Osuna (Sevilla), 18.V.1604 ant. – Panamá, c. 1676. Oficial mayor de la Secretaría o Escribanía de Cámara de la Real Audiencia de Panamá, procurador del número de la Real Audiencia de Panamá, escribano de Cámara de la Audiencia, procurador general de la ciudad de Panamá, veinticuatro del cabildo de Panamá, hombre de fortuna.
Juan de Aranda Grimaldo fue bautizado en la iglesia colegial de Osuna el 18 de mayo de 1604. Según la información que se le hizo en 1631, los testigos declararon que era hijo legítimo de Juan de Aranda y Francisca Ortiz de Grimaldo, vecinos que fueron de la villa de Osuna, en Andalucía. Uno de los testigos sitúa su residencia en la calle de Antequera de dicha ciudad.
Empezó su carrera en Panamá como oficial mayor de la Secretaría o Escribanía de Cámara de la Real Audiencia, cuyo titular era el capitán Pedro González Rangel. Allí trabajaba desde 1633, y el 28 de noviembre de 1636 se le confirmó el título de escribano tras hacérsele el correspondiente examen. En 1634 fue defensor de los bienes de Sebastián Antonio de Pardo. En 1639 era procurador del número de la Real Audiencia de Panamá. En 1645 aspiraba a la receptoría de dicha Audiencia, lo que no consiguió. Sin embargo, para 1669 y durante los primeros años de la nueva Panamá, firma como escribano de Cámara de la Audiencia, cargo que ocupaba interinamente, ya que para esos mismos años, una de las dos Escribanías de Cámara la ejercía Lucas Romero Parrilla y la otra, Gabriel Martínez de Salas. En 1673 Aranda es elegido por el cabildo de Panamá procurador general de la ciudad. Su ascendente carrera burocrática fue típica del funcionario peninsular que se establece en Panamá en el siglo xvii.
En la nómina de prestamistas a la Corona en 1655- 1656 aparece con una considerable aportación de 10.774 pesos, lo que evidencia holgados bienes de fortuna. Aranda se hallaba en Panamá durante la invasión del pirata Henry Morgan en enero del año 1671. La ciudad quedó totalmente destruida y tuvo que ser abandonada. Sólo dos iglesias y conventos situados en los extremos de la ciudad, algunos bohíos de esclavos y las caballerizas de las mulas quedaron en pie. Los vecinos pasaron dos años de indescriptibles penurias por falta de cobijo y alimentos, y sufriendo varias pandemias que redujeron la población a cerca de la mitad. Finalmente, en 1673 los vecinos se mudaron a la nueva Panamá.
A Aranda Grimaldo se le recuerda en la historia panameña sobre todo por ser el escribano que registró el Acta fundacional de la nueva Panamá. Había logrado sobrevivir a la destrucción de la vieja ciudad, y se encuentra entre los fundadores de la nueva Panamá.
Para la consagración de la ciudad se levantó un acta, de la cual dio fe como escribano real y notario; también estaba a cargo interinamente de la Escribanía de Cámara de la Audiencia. En la ceremonia fundacional, el 21 de enero de 1673, se encontraban presentes el presidente de la Audiencia, gobernador y capitán general Antonio Fernández de Córdoba, el obispo Antonio de León, el licenciado Sebastián Alfonso de Velasco, fiscal de la Audiencia, fray Martín de Prado, predicador de la Orden franciscana, el capitán Nicolás Navarro, el alférez del cabildo Juan de Ysasi, “y otras muchas personas que concurrieron”, entre ellas, el deán Luis Delgado Osorio, Manuel de Quiñones Osorio, chantre, provisor y vicario general del obispado.
En 1676 Aranda Grimaldo dio testimonio en uno de los más sonados duelos del siglo en Panamá, ocurrido entre el tesorero Lucas Romero Parrilla y el capitán Atondo celebrado en 1676, declarando allí que tenía setenta años, aunque de hecho ya había cumplido setenta y dos pues nació en 1604. En su deposición para este duelo, declaraba ser dueño de una estancia situada a las faldas del cerro Ancón (a la vista de la nueva ciudad de Panamá), donde tenía un pequeño bohío, y según confiesa, cuando hacía “mucho calor” acostumbraba bañarse en Río Hondo, situado en sus cercanías.
Poco después concluye su vida activa.
Se ignora con quién casó y si tuvo descendencia. En 1686, Pedro de Aranda Grimaldo, tal vez hijo suyo, o acaso hermano, firma una carta al Rey junto con otros capitulares, aunque su nombre no vuelve a aparecer después entre los miembros del cabildo.
Juan de Aranda Grimaldo forma parte del grupo de inmigrantes peninsulares que llegan a Panamá entre las décadas de 1630 y 1660, casi siempre como militares o como funcionarios. Echan allí raíces, hacen carrera, acumulan fortuna, y se incorporan a la elite local por vía del matrimonio, convirtiéndose con el tiempo en pilares de la sociedad colonial, como lo fueron los siguientes: Antonio de Mohedas y Alvarado, Sebastián Gómez Carrillo, el propio Juan de Aranda Grimaldo, Lucas Romero Parrilla, Francisco González Salado, Diego Sánchez de Quiroga, Juan Vicencio Justiniano, Agustín Grillo, Justiniano Justiniani, Diego Carcelén Fernández de Guevara, Juan de Oriamuno Guillán y otros más. Todos, sin excepción, permanecieron en Panamá, formando familia y allí fueron finalmente enterrados.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Panamá 57, Información presenta por J. Aranda Grimaldo para la confirmación de su título de escribano; Escribanía de Cámara 452B, Pleito sobre el cobro de tarifas en las ventas del camino a Portobelo; Panamá 79, Autos del Cabildo de Panamá, referentes a la mudanza de la ciudad, 11.V.1673; Panamá 76, Certificación del préstamo de vecinos de Panamá al Fisco, por 461.482 pesos, años 1655-1656; Contaduría 1485A, Testimonio de Autos del duelo entre Lucas Romero Parrilla y el capitán Atondo; Panamá 31, Real Cédula del 15.XI.1682 sobre precedencias en Panamá.
A. Castillero Calvo: “Los últimos grupos de poder en Panamá la Vieja”, “Factores de cambio y permanencia en la sociedad”, y “La destrucción de Panamá la Vieja”, en Sociedad, Economía y Cultura Material, Historia Urbana de Panamá la Vieja, Buenos Aires, Editorial e Impresora Alloni, 2006, págs. 808, 845 y 992.
Alfredo Castillero Calvo
