Colarte, Carlos Francisco José. Marqués de El Pedroso (II). Cádiz, 1654 – ?, 29.XII.1740. Comerciante, regidor.
Primogénito del comerciante flamenco Pedro Colarte, de quien heredó el título de marqués, y titular del vínculo-mayorazgo que fundó en 1692, Carlos Francisco se casó en primeras nupcias con Juana Margarita Vint y, en segundas, con Luisa Paula de Morla y Villavicencio (1687), perteneciente a una conspicua familia de regidores del Ayuntamiento gaditano, de la que tuvo cuatro hijos, dos varones y dos mujeres.
A pesar del enorme patrimonio heredado, verá permanentemente constreñido su libre uso, inmovilizado por las fuertes limitaciones que el padre había establecido sobre el mismo. Así, hasta el final de sus días, Carlos Francisco tuvo problemas serios de liquidez y, por ende, ello afectó a cuantos intentos de actividad mercantil en sentido amplio se propuso. No obstante, llevó a cabo algunas operaciones de índole especulativa (préstamos al Cabildo municipal) y crediticia, previa autorización del Rey para que pudiese emplear algunos bienes del mayorazgo. La obtuvo, así, en 1706, pero con la condición de invertir los beneficios a favor del mismo.
Intentó matricularse como cosechero en el Consulado de Cargadores a Indias, pero no consta su ingreso en la institución. Convino, asimismo, en hacer algunos préstamos a particulares y, sobre todo, a la Corona (por ejemplo, en 1701 y 1726), cuya hacienda se hallaba en casi permanente quiebra. Cuando recibió el fruto de esta última operación (1727) volvió a encontrarse con la misma limitación ya referida. No resulta extraño por tanto que, en el padrón de 1713, aparezca como alguien que “se mantiene del mayorazgo”.
Y no sólo eso: incapaz para hacer frente a sus deudas por falta de liquidez, se vio obligado a recurrir a moratorias e hipotecas. Los apuros monetarios se mantuvieron, pues, hasta sus últimos días, afectando también a su hijo primogénito, Pedro Francisco, a la sazón heredero del título. Las cláusulas que sobre el mayorazgo pesaban seguían constituyendo, a esas alturas, un obstáculo infranqueable. La otra cara de la moneda es la apariencia exterior, marcada, como en el caso de Pedro Colarte, por la presencia en su casa de un nutrido grupo de sirvientes y cocineros. A ello hay que añadir el cargo de regidor en el Ayuntamiento gaditano que heredara de su padre antes del fallecimiento de éste, pero que apenas ejerció.
Fue enterrado, por causas desconocidas, en la iglesia de San Francisco, fuera del panteón familiar en Santo Domingo.
Bibl.: M. Bustos Rodríguez, Burguesía de negocios y capitalismo en Cádiz: Los Colarte (1650-1750), Cádiz, Diputación Provincial, 1991.
Manuel Bustos Rodríguez
