Cámara, Petra. La Flamenca, La Perla de Sevilla. Sevilla, 1827 – ?, ú. t. s. xix. Bailarina bolera.
Petra Cámara debutó en Málaga alrededor de 1844, pasó luego a Cádiz y a Sevilla, su ciudad natal, donde permaneció hasta su presentación en el Teatro Español de Madrid en 1849. Ese año bailó también en el Teatro de la Comedia de la capital española. Al año siguiente se reconstruyó el Teatro Variedades de Madrid con toda urgencia, pues la compañía de baile que dirigía Antonio Ruiz —y que también era su primer bailarín— tenía por primera figura a Petra Cámara, que protagonizó Escenas de Chamberí, estrenada el 19 de noviembre con coreografía del propio Ruiz y música de Oudrid, Hernando, Barbieri y Gaztambide.
En 1851, Petra Cámara estrenó en el Teatro Lírico Español, antiguo Teatro del Circo de Madrid, situado en la plaza del Rey, el papel protagonista del ballet La Jácara con música de Francisco Asenjo Baribieri y coreografía de Antonio Ruiz. Fue una “función a beneficio de la bailarina Petra Cámara”, es decir, en su honor; La Jácara era un ballet con argumento, con textos de Rafael Márquez, cuya estructura era la siguiente: “1.º Introducción por el cuerpo de baile; 2.º La Jácara bailada por Petra Cámara; 3.º Vito, por la Cámara, coros y cuerpo de baile; 4.º Bailable por todas las parejas; 5.º Fantasía española por la Cámara y Antonio Ruiz; 6.º Guaracha por las señoras del cuerpo de baile; 7.º Arandito, por la Cámara y Ruiz; 8.º Final, por la Cámara, Ruiz y el cuerpo de baile”.
Ese año fue además contratada por la compañía de Manuel Guerrero y debutó en París en el Gymnase Dramatique con gran éxito. La primera función tuvo lugar el 13 de mayo de 1851 y su programa incluía varios cuadros compuestos por Danzas andaluzas y La feria de Sevilla, El olé gitano y el Polo del contrabandista.
Sus actuaciones fueron muy aplaudidas por público y críticos. La compañía se trasladó entonces a Versalles y volvió a París con el mismo programa hasta el 30 de junio. De allí fueron a Londres a bailar en la Exposición Universal, para después volver a París a comienzos de octubre para actuar, según parece, con Mariano Camprubí. Pasaron luego a Bruselas, a la Corte del duque de Sajonia-Coburgo, y a Viena, donde actuaron en un teatro del barrio de Trieste.
Allí se encontró con Pepita Oliva. Viajaron después a Praga y llegaron por último a Copenhague para actuar en el Teatro Popular. Petra viajaba con su madre y con su hermano, a pesar de que su hermana, Ana Cámara, era también bailarina.
En 1852 bailó El Rumbo Macareno en el Teatro del Príncipe de Madrid, con coreografía de Antonio Ruiz, mientras que, en 1853, la compañía regresó a la capital francesa para actuar en el Gymnase Dramatique con Manuel Guerrero, Muñoz, Riquelme, Teresa, Ana, Justa, Gabriela y Juana, con un programa en el que se estrenaba La granadina, que interpretaba Petra Cámara. De nuevo los críticos cayeron a sus pies y la llegaron a comparar con Marie Taglioni.
Las actuaciones se prolongaron hasta finales de julio, para, después, en septiembre, trasladarse a Bruselas y en diciembre del mismo año bailar en Viena La madrileña, El olé y una fantasía nacional.
En la temporada de 1854 coincidieron en París tres compañías españolas que dominaron el panorama coreográfico durante los meses de junio y julio: la de Pepa Vargas y la de Manuela Perea, la Nena, que competía con la de Cámara que seguía actuando en el Gymnase. “La Petra Cámara ha conseguido, sin duda ninguna, el más alto grado de perfección”, escribe un crítico. Regresó a Madrid y formó pareja con Manuel Guerrero.
En la temporada siguiente, la compañía volvió a París.
Durante el mes de junio actuó en el Porte Saint- Martin; Petra bailó la cachucha y el bolero. Contrataron a Manuela Perea como artista principal, a Concepción y a Dolores Ruiz y a Antonio Ruiz, que asumió la dirección de la compañía.
Volvería a París en 1865 para actuar en el Variétés hasta principios de julio, nuevamente acompañada de Guerrero. Allí tuvo lugar su última actuación en la opereta de Serru con música de Oudrid titulada A chacun son tour. De este modo, Petra Cámara formó parte de la nómina de las bailarinas boleras que llevaron a París el baile nacional y supieron fusionar con éxito los estilos español, francés e italiano para ofrecer al público lo que demandaba en aquel momento.
Su estilo, solidez técnica y elegancia la convirtieron en mito de escritores románticos como Gautier o Alejandro Dumas, a quien dio un sonoro bofetón cuando se inclinó para besarla la mano en su camerino de París.
Fue retratada por el pintor Théodore Chásserieau (1819-1852) en 1852. También la retrató el pintor Cachin. Se conservan de ella varias litografías francesas y españolas, e inspiró a Gautier uno de sus más fulgurantes Esmaltes, “Inès de las Sierras. À la Petra Camara”, en el que el poeta devuelve la vida a Inés de las Sierras tal como hace Petra cuando baila “impassible et passionée, fermant ses yeux morts de langueur, et comme l’Inès assassinnée, dansant un poignard dans le coeur!”; y le dedicó algunas líneas en títulos como Histoire de l’art dramatique en France depuis vingt-cinq ans, Constantinopla, Voyage en Russie, Les beaux-arts en Europe, L’art moderne o Loin de Paris. La citó Galdós en alguna de sus obras.
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Covadonga de Quintana Bermúdez de la Puente