Schlayer Gratwolh, Félix Edouard. Reuthinger (Alemania), 20.XI.1873 – Torrelodones (Madrid), 25.XI.1950. Ingeniero, inventor y diplomático.
El ciudadano alemán Félix Schlayer llegó a España el 24 de septiembre de 1895, instalándose en Barcelona hasta su traslado a Madrid siete años más tarde. En un principio se dedicó al comercio, siendo socio de la casa Ahles y Cª, encargada de la importación de maquinaria agrícola. Con el paso del tiempo fundó su propio negocio, Schlayer Heliaks, S. A., promocionando trilladoras y tecnología de su invención. El 30 de agosto de 1910, la legación del Reino de Noruega solicitó el exequatur como cónsul honorario para Schlayer al rey Alfonso XIII, cargo que desempeñó hasta el 31 de mayo de 1920, en que fue suprimido dicho empleo.
Coleccionista de arte y decidido impulsor de las relaciones culturales hispano-germanas, fue socio fundador del Colegio Alemán (Oberrealschule) de Madrid, siendo presidente de su Schulgemeinde desde 1908 hasta 1932, en que fue sustituido por Albert Ahles, consejero de embajada. Gracias a sus donativos, junto a los de otros mecenas, se publicaron más de veinte conferencias impartidas por científicos e intelectuales alemanes en el Centro de Intercambio Intelectual Germano-Español. Asimismo, Schlayer formó parte del Grupo Alemán de la Unión Intelectual Española formada, entre otros, por el embajador Welczeck, W. Ullmann, el profesor Obermaier, el consejero Ahles, y hombres de negocios como A. Adams y A. von Voss.
El 24 de mayo de 1935 fue nombrado, nuevamente, cónsul honorario de Noruega en España, con domicilio en Torrelodones, aunque tenía sus oficinas y negocios en la capital. Al estallar la Guerra Civil, Schlayer decidió proteger a hombres, mujeres y niños amenazados en el Madrid republicano. De esta manera —al igual que otros embajadores y cónsules— aplicó una generosa interpretación del asilo diplomático, amparando a más de novecientos españoles en distintos pisos y casas, protegidos por la bandera noruega.
Asimismo, junto a los representantes chileno y argentino, visitó cárceles, mejoró el rancho de los encarcelados, logró la salida de prisioneros a los que amparó en su legación y aseguró la vida de numerosas prisioneras de la Cárcel de Mujeres de Madrid, entrevistándose con las más altas autoridades republicanas del momento, como Augusto Barcia, Juan Negrín —entonces ministro de Hacienda—, Santiago Carrillo y La Pasionaria.
El cónsul fue nombrado encargado de negocios ad interim por el Gobierno de Oslo, en un momento en que Schlayer necesitaba aumentar su cobertura diplomática, pues pronto se enfrentaría con las autoridades republicanas. Un momento de tensión se produjo cuando en el aeropuerto de Barajas fue detenido el abogado Ricardo de la Cierva con salvoconducto noruego, el cual fue posteriormente asesinado, pese a las protestas de su protector. Finalmente, su descubrimiento de las fosas con los miles de fusilados en Paracuellos y Torrejón de Ardoz, junto al doctor Henny, así como la divulgación de la noticia ante el Cuerpo Diplomático extranjero y la Cruz Roja Internacional, le granjeó la enemistad de los ministros Giral y Álvarez del Vayo, que solicitaron a Oslo el relevo de Schlayer. El Gobierno noruego retrasó al máximo esa petición, con la esperanza de que fuera su encargado de negocios quien organizara la evacuación de los cientos de asilados bajo su bandera. Al año siguiente, las autoridades republicanas impusieron la condición que los hombres en edad militar evacuados fueran internados en campos de concentración en Noruega, a lo que el Ministerio de Relaciones Exteriores nórdico se negó rotundamente. Por ello, Schlayer trató de lograr el apoyo de la Marina francesa y de la argentina para —previo pago por los propios asilados del coste de viaje— fueran trasladados a Marsella y, con la colaboración del Gobierno de París, internados en un campo de prisioneros. Al fracasar el plan, propuso realizar canjes entre refugiados y prisioneros republicanos de la “España nacional”, bajo el arbitraje de la Cruz Roja.
Sin embargo, las dificultades políticas aumentaron y, a comienzos del mes de julio de 1937 —como consecuencia de un enfrentamiento personal entre el diplomático y el director general de prisiones— el Ministerio de Estado le retiró fulminantemente su exequatur. Cuando estaba organizando su salida de Madrid, Félix Schlayer recibió la noticia confidencial de que la policía quería detenerlo, bajo acusación de espionaje, por lo que viajó clandestinamente a Valencia en la noche del 7 al 8 de julio. A pesar de lograr alcanzar un barco francés, las autoridades republicanas le obligaron a bajar detenido del mismo, junto a su esposa. El encargado de negocios de Checoslovaquia, Z. Formanek, realizó todo tipo de gestiones, y así Schlayer pudo salir de la España republicana, tras un incidente que recordó al que —en circunstancias semejantes— había sufrido el embajador de Chile, Aurelio Núñez Morgado.
El 27 de agosto, el Gobierno noruego aceptó la dimisión que el propio ex cónsul presentó, lo cual fue comunicado a su homólogo español al mes siguiente.
Schlayer y su familia residieron en Alemania, mientras impartía conferencias, concedía entrevistas y publicaba sus memorias de guerra, criticando tanto la falta de humanitarismo de sus superiores noruegos como la actuación represiva de las autoridades del Frente Popular. No obstante, sus sustitutos, Dick F. Wesman y Ernest Krogh-Hansen, se encargaron de lograr la evacuación de un buen número de sus asilados durante los dos años siguientes. Según el contraespionaje republicano, en el invierno de 1937 el ex cónsul regresó a España, instalándose en San Sebastián, desde donde intentó facilitar el asilo a otras familias de derechas en Madrid y coordinar su evacuación con ayuda de sus contactos diplomáticos en la capital, como el diplomático checo Z. Formanek.
Regresó a Alemania para, tras la guerra, residir en Torrelodones, Madrid y San Sebastián, prestando declaración en la Causa General el 7 de marzo de 1940.
Félix Schlayer contrajo matrimonio con la barcelonesa Rosa Albages Gallego, de cuyo matrimonio nacieron dos hijos, Clotilde y Carlos. Fue nombrado caballero de la Orden de Isabel la Católica el 23 de mayo de 1904, a propuesta del conde de San Bernardo.
Asimismo, fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Tübingen. Y, por su actuación humanitaria durante la Guerra Civil, las autoridades españolas le otorgaron la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, la Medalla de Oro de la Cruz Roja Española, y la Cruz de 1.ª Clase, con distintivo negro y blanco, de la Orden Civil de Beneficencia.
Finalmente, por decreto de 13 de agosto de 1948, le fue concedida la Gran Cruz de Beneficencia.
El 26 de noviembre de 1950, Schlayer fue enterrado en el cementerio civil de Madrid y, por deseo expreso, no se hizo invitación pública; tan sólo cinco días después de su óbito el conde de Casal firmó su necrológica en el diario ABC. El 20 de junio de 2006 su figura recibió un homenaje público en la Universidad San Pablo-CEU de Madrid, con asistencia de historiadores, periodistas y miembros del Foro por la Reconciliación Histórica.
Obras de ~: “Die Schwierigkeiten des Schulneubaus in Madrid und ihre Überwindung”, en G. Schmidt-Boelitz, Aus deutscher Bildungsarbeit im Auslande, vol. I, Langensalza, Verlag Julius Beltz, 1927, págs. 77-90; Kunstpflege in Württemberg. Surgen u Wünsche hrsg. Von Felix Schlayer Stiftung, Silbergurg, 1928; Diplomat im rotem Madrid, Munich, Herbig F. A. Verlagsbuchhand Lung, 1938 (traducción española con el título Matanzas en el Madrid Republicano, Madrid, Altera, 2006); Ein Schawbe in Spanien. Erinnerungen aus der resten Hälften des 20 Jahrehunderts, Hohenheim Verlag, 2006.
Fuentes y bibl.: Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores (Madrid), Estado, caja RE. 140, carpeta 5; r. 789, exp. 59; r. 961, exp. 40; r. 1352, exp. 29; r. 3.796, exp. 27; Expedientes personales, leg. 280, carpeta 20.557; Condecoraciones, caja 298, exp. 5. Archivo Histórico Nacional (Madrid), Causa General, vol. Embajadas y refugiados, declaración de Félix Schlayer.
J. Rubio, Asilos y canjes en la Guerra Civil Española, Barcelona, Planeta, 1979; J. de la Hera Martínez, La política cultural de Alemania en España en el periodo de entreguerras, Madrid, CSIC, 2002; A. M. Moral Roncal, El asilo diplomático en la Guerra Civil Española, Madrid, Actas, 2001.
Antonio Manuel Moral Roncal