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Zdenko Formanek

Biografía

Formanek, Zdenko. Praga (República Checa), 1889 – Madrid, 1954. Diplomático checoslovaco destinado en España.

Nacido en el seno de una familia burguesa y católica, Zdenko Formanek estudió en la Universidad de Praga y se doctoró en Derecho, ingresando en el Cuerpo Diplomático tras la independencia de Checoslovaquia.

El 1 de marzo de 1928 entró en funciones como primer secretario de la legación checa en Madrid, siendo enviado extraordinario y ministro plenipotenciario Vlastimil Kybal. En numerosas ocasiones fue nombrado encargado de negocios ad interin, especialmente en períodos de ausencia de su inmediato superior. En esas circunstancias, Formanek asumió la dirección de su legación al estallar la Guerra Civil en julio de 1936, al trasladarse el ministro titular, Robert Flieder, a San Juan de Luz. Dotado de serenidad y buen juicio —según el testimonio de sus coetáneos—, el encargado de negocios checo aceptó realizar una generosa interpretación del derecho de asilo diplomático —al igual que la mayoría del Cuerpo Diplomático extranjero—, protegiendo a más de doscientos cuatro españoles, entre mujeres, hombres y niños, a los que salvaguardó de la represión desatada en el Madrid republicano. En este sentido actuó de acuerdo a los criterios de otros jefes de misión como el encargado de negocios de Noruega, F.

Schlayer, al cual salvó la vida durante la guerra. Ante el avance de las tropas nacionales sobre la capital, a comienzos de noviembre de 1936, Formanek consultó con sus superiores sobre la posibilidad de asilar a familias republicanas. También realizó gestiones para salvar la vida de cónsules honorarios checos —españoles en su mayoría— amenazados en la zona vasca dominada por el Frente Popular.

Las excelentes relaciones oficiales entre Checoslovaquia y la República Española fueron utilizadas por Formanek para lograr la evacuación de la mayor parte de sus asilados en abril de 1937. Una expedición partió de Madrid, rumbo a Valencia, donde un barco francés trasladó a los refugiados a Marsella, bajo la supervisión del encargado de negocios checo. Desde allí, las mujeres, niños y ancianos se trasladaron a la España nacional mientras treinta y ocho hombres en edad militar, acompañados de nueve mujeres —entre ellas la propia esposa de Formanek—, eran conducidos hacia Sedmihorky, localidad a cien kilómetros de Praga, tal y como se estipulaba en el acuerdo con el Ministerio de Estado. A finales del mes de agosto, los diez militares asilados que aún permanecían en la legación checa de Madrid fueron traspasados a la embajada francesa mientras —a petición del ministro Álvarez del Vayo— Zdenko Formanek era sustituido en su cargo por el escritor Z. Nemecek, más favorable a la causa republicana. En el mes de octubre, el contraespionaje republicano interceptó dos cartas que demostraban que el diplomático checo ayudaba a otras legaciones a asilar a personas de derechas, siguiendo consejos dictados, desde San Sebastián, por Félix Schlayer, encargado de negocios de Noruega expulsado por el Frente Popular. A comienzos del año siguiente, Formanek abandonó el país, al ser destinado al Ministerio checo de Relaciones Exteriores.

El 27 de enero de 1939, Praga reconoció de jure a la España nacional y la legación en Madrid fue puesta bajo la protección de Francia hasta el final de la guerra.

Dos meses más tarde, el Gobierno informaba a su homólogo español que enviaría como representante a Z. Formanek, el cual regresó a su puesto, pese a que el escenario político sufrió una grave convulsión cuando, a mediados de mes, Hitler ocupó el resto del Estado checoslovaco, convirtiéndolo en un protectorado.

En consecuencia, la representación en España fue entregada a los alemanes, pero Formanek permaneció como hombre de confianza del Gobierno checo exiliado en Londres por desacuerdo con la ocupación nazi. Las autoridades españolas aceptaron su estancia en Madrid a condición de que no ejerciera ningún tipo de actividad manifiestamente antialemana, por lo que le renovaron periódicamente la validez de su pasaporte. Al ser un hombre discreto, Formanek recibió todo tipo de facilidades del Ministerio de Asuntos Exteriores. Además, por decreto de 6 de septiembre de 1940, tanto él como su esposa Eugenia Formenkova fueron condecorados con la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia, con distintivo negro y blanco, libre de gastos, por los méritos contraídos por su labor de protección diplomática y evacuación del grupo de españoles durante la Guerra Civil.

En la posguerra, Formanek realizó toda clase de gestiones humanitarias con los brigadistas checos encarcelados en los campos de San Pedro de Cardeña y Miranda de Ebro. Su objetivo era evitar que fueran cedidos a las autoridades alemanas, ya que su destino era la muerte o los trabajos forzados.

Entregó dinero, mantas, ropas y alimentos a sus compatriotas mientras impedía que las autoridades franquistas los enviaran a Praga, lo que consiguió finalmente. Mantuvo intensos contactos con la embajada británica, por lo que se sospechó de su colaboración en actividades de espionaje a favor de los aliados. Entregó parte del antiguo archivo de la legación checoslovaca al nuevo representante de Eslovaquia, Josef Cieker, pero Zdenko Formanek, como enviado del Gobierno checo en el exilio, actuó como su agente de hecho y en julio de 1944 fue reconocido como su ministro plenipotenciario, con tarjeta de identidad, franquicia diplomática y demás prerrogativas oficiales.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno checoslovaco canceló sus comunicaciones y relaciones con la España franquista en enero de 1946, reconociendo siete meses más tarde al Gobierno republicano en el exilio como el único legal. La progresiva sovietización del país y el golpe de Estado comunista en febrero de 1948 certificaron definitivamente la ruptura.

Zdenko Formanek, católico y liberal, se negó a volver a Praga, declarándose embajador en el exilio de una Checoslovaquia libre. A su peculiar embajada acudieron todos aquellos checos que necesitaban documentación oficial, ayudas, asesoramiento jurídico y becas de estudio. De esta manera, en diciembre de 1949, Formanek organizó y presidió un Comité de Asistencia a los Refugiados Checoslovacos, formado por ocho miembros. El diplomático checo, a pesar de ser anticomunista, estuvo muy poco vinculado al Comité de Naciones Oprimidas por el Comunismo que se organizó en España, y al que pertenecieron todos los embajadores oficiosos de los gobiernos exiliados de los países del este europeo. No se prodigó en actos sociales, manteniendo una vida discreta desde el estallido de la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores (Madrid), Estado, caj. RE. 140, carp. 5; R. 672, exp. 9; R. 789, exp. 35; R. 1.060, exp. 216; R. 1.064, exp. 14; R. 3.358, exp. 18; exps. personales, leg. 357, carp. 24.673.

F. Casares, Argentina-España (1936-1937), Buenos Aires, Editorial Poblet, 1937, pág. 205; J. Rubio, Asilos y canjes en la Guerra Civil Española, Barcelona, Planeta, 1979; M. Eiroa Sanfrancisco, Las relaciones de Franco con Europa Centro- Oriental (1939-1955), Barcelona, Ariel, 2001; A. M. Moral Roncal, El asilo diplomático en la Guerra Civil Española, Madrid, Actas, 2001; P. Száraz, “El caso de los refugiados en la legación checoslovaca de Madrid y en Checoslovaquia durante la Guerra Civil Española”, en Cuadernos Republicanos, 60 (2006), págs. 73-92.

 

Antonio Manuel Moral Roncal