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José Félix Huerta y Calopa

Biografía

Huerta y Calopa, José Félix. Alcalá de Henares (Madrid), 17.III.1886 – 1.VIII.1979. Alcalde, abogado, magistrado, escritor.

Fue uno de los cuatro hijos varones del matrimonio formado por Félix Huerta Huerta y Antonia Calopa Albareda. Tras realizar sus estudios de bachillerato en el colegio de los escolapios instalado en el colegio mayor de San Ildefonso, Universidad de Alcalá, cursó la carrera de Derecho en la Universidad Central de Madrid, donde se licenció.

Hombre de profundas convicciones monárquicas que nunca ocultó, casó con Raimonde Laberreau, de cuyo matrimonio no nacieron hijos.

Desde muy joven ejerció el periodismo y en 1912 era colaborador de El Imparcial de Madrid, mientras desempeñaba la carrera judicial, para pasar más tarde como juez a Oviedo y Segovia. En 1925 publicó su estudio sobre los contratos de arrendamiento de fincas urbanas y el 31 de marzo de 1927 fue nombrado miembro correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. En 1931, al advenimiento de la República, dimitió como juez, impulsado por sus ideas monárquicas.

Al concluir la Guerra Civil en 1939, fue nombrado alcalde del Ayuntamiento provisional de Alcalá de Henares, puesto en el que posteriormente fue ratificado, y además fue elegido diputado provincial, cargos que desempeñó hasta 1941.

En su corta etapa como alcalde de Alcalá de Henares desarrolló una febril actividad para restañar en la ciudad las heridas de la Guerra Civil: abrió una “Suscripción para la Reconstrucción de Alcalá”, que encabezó personalmente con 10.000 pesetas, costeó una nueva imagen de la patrona de la ciudad, la Virgen del Val, para sustituir la destruida al comienzo de la guerra, y fundó en 1939 la sociedad Los Amigos de Alcalá, para impulsar la vida cultural complutense.

En 1939, y en su condición de alcalde, se trasladó a Burgos para exponer personalmente a Franco sus proyectos para recuperar la Universidad de Alcalá, convirtiéndola en Universidad Hispanoamericana, en lugar de reconstruir la Ciudad Universitaria de Madrid, destruida totalmente durante la guerra. Este proyecto se completaba con la restauración del palacio arzobispal complutense, para adaptarlo como residencia permanente del jefe del Estado, y la construcción de una autovía entre Alcalá y Madrid que se llamaría avenida de la Hispanidad, donde se ubicarían todas las embajadas de los países americanos. Posteriormente pidió la instalación en Alcalá de la Academia General del Aire, también sin éxito.

Con motivo del incendio que sufrió el palacio arzobispal de Alcalá en agosto de 1939, envió un duro telegrama al jefe del Estado, que tuvo como consecuencia inmediata la visita a la ciudad, al día siguiente, del ministro de Educación José Ibáñez Martín, acompañado del director general de Bellas Artes Juan Contreras, marqués de Lozoya, y del director general de Arquitectura Pedro Muguruza Otaño, y, posteriormente, la restauración del edificio. Igualmente logró que el Consejo de Ministros aprobara el proyecto de abastecimiento de aguas a Alcalá, que se realizó unos años más tarde, con aportación de cuatro quintas partes de su costo por el Estado, resolviendo así un secular problema de la ciudad.

Dentro de sus logros culturales hay que reseñar la recuperación del Libro de Bautismos de la antigua parroquia de Santa María la Mayor, en el que se conservan las partidas de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra y sus hermanos, que se hallaba custodiado por un particular llamado Juan Raboso. También adquirió el ejemplar de la Biblia Políglota Complutense que posee el Ayuntamiento de Alcalá.

Siendo presidente de la Sociedad de Condueños de los Edificios que fueron Universidad, el 1 de junio de 1941, recibió un homenaje multitudinario de la ciudad que le había nombrado, casi por aclamación, Hijo Predilecto tanto por sus esfuerzos en el enaltecimiento de su ciudad como por su carácter conciliador y afable trato para todos los vecinos, haciéndosele entrega de un magnífico álbum ilustrado por el pintor Félix Yuste, conteniendo las firmas de centenares de alcalaínos. Pero aquel mismo año dimitió como alcalde de Alcalá al intentarse desde Madrid cambiar a los concejales de su corporación municipal. Entonces se reincorporó a la carrera judicial y pasó por los juzgados de Zamora, Las Palmas, Sevilla y, como presidente de Sala, por las Audiencias de Barcelona y la Coruña, hasta que fue nombrado magistrado del Tribunal Supremo en 1953 y presidente honorario de su sala quinta. En 1959 marchó a Biarritz (Francia), donde llevó a cabo una discreta oposición al régimen de Franco. Regresó a Alcalá de Henares en 1976, donde murió en agosto de 1979.

 

Obras de ~: El contrato de arrendamiento de fincas urbanas, Madrid, Mundo Latino, 1925; Sobre la dictadura, Madrid, Mundo Latino, 1930; Acotaciones en los márgenes, pról. de José Francos Rodríguez, Madrid, 1939; Defensa de España, Biarritz, 1964 (col. Complutense, vol. I); Sobre la Justicia, Biarritz, 1965 (col. Complutense, vol. II); Defensa de la paz, Biarritz, 1966 (col. Complutense, vol. III); Poemas proféticos, Biarritz, 1969 (col. Complutense, vol. IV).

 

Bibl.: Diario El Alcázar, Madrid, 26 de marzo de 1940, pág. 2; Hoja Oficial del Lunes, Madrid, 25 de marzo de 1940, pág. 1; R. Serrano Súñer, Memorias, entre el silencio y la propaganda. La historia como fue, Barcelona, Planeta, 1977, págs. 384 y 386; A. Marchamalo Sánchez y M. Marchamalo Maín, El Ilustre Colegio de Abogados de Alcalá de Henares, Alcalá de Henares (Madrid), Colegio de Abogados de Alcalá de Henares, 1999 (3.ª ed.), págs. 229-232.

 

Antonio Marchamalo Sánchez

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