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Antonio Zubia y Casas

Biografía

Zubia y Casas, Antonio. La Habana (Cuba), 24.IX.1890 – Tetuán (Marruecos), 12.V.1919. Aviador militar.

Hijo del general de brigada Juan Zubia Bessecourt y de Amparo Casas Núñez, por lo que no es extraño que el 31 de agosto de 1905 ingresase en la Academia de Infantería de Toledo. El 13 de julio de 1908, al finalizar sus estudios académicos, fue promovido al empleo de segundo teniente de Infantería y destinado al Regimiento de Infantería de Línea Gravelinas n.º 41, localizado en Badajoz. Dos años más tarde ascendió a primer teniente y se le confirmó su destino en el citado regimiento.

A primeros de mayo de 1913, fue comisionado al aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid), para comenzar las prácticas como observador de globo. Terminado el programa de enseñanza teórico y práctico de observación, con estudios de cartografía, croquizado, fotografía y ascensión en globo libre, volvió a su Regimiento de Badajoz, donde el 1 de septiembre fue de nuevo llamado para formar parte en el 4.º curso de pilotos que se realizó en Cuatro Vientos. Durante el resto del año 1913, continuó en el aeródromo realizando vuelos de perfeccionamiento como piloto aviador militar de 2.ª categoría. Obtuvo el título de piloto aviador el 3 de marzo de 1914. Un mes más tarde, el 8 de abril, al regresar de un vuelo a Zaragoza que había efectuado ese mismo día, por mal tiempo, tuvo que aterrizar por emergencia en Esteras de Medinaceli (Soria). Dos días más tarde, al despegar para Cuatro Vientos, sufrió un accidente en el que el aeroplano quedó destrozado y el piloto Zubía resultó con la rotura del peroné y el maleolo del pie izquierdo. A causa de este accidente permaneció de baja hasta julio de este mismo año de 1914. Durante su convalecencia se dispuso que continuase destinado en el Regimiento de Gravelinas n.º 41 y prestara sus servicios en la Aeronáutica Militar.

En agosto de 1914 fue destinado al aeródromo de Arcila (Marruecos), pero no llegó a incorporarse, pues se dispuso que pasara a prestar servicio, como ayudante de profesor de Vuelo, al Aeródromo de Cuatro Vientos. En septiembre se le concedió una Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, pensionada, por los especiales méritos contraídos en el servicio de Aviación.

Ascendió a capitán de Infantería el 16 de marzo de 1915 y fue destinado al Batallón de 2.ª Reserva de Tortosa n.º 73. De nuevo, unos días después, volvió en comisión de servicio a la Aeronáutica Militar. En marzo de 1917 se le concedió una Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, pensionada, por los servicios prestados como jefe de escuadrilla en la zona de Tetuán desde mayo de 1915 a enero de 1916. Continuó efectuando vuelos durante 1917, tanto de aeródromo como viajes. La Aeronáutica le encargó seleccionar un terreno en Soria para que, en agosto, una sección de la Escuela Central de Tiro pudiera realizar sus prácticas.

En 1918, al declararse la huelga en Correos y militarizarse el Servicio, Zubia quedó afecto a la Central de Correos de Madrid, donde llevó a cabo la vigilancia de los servicios postales durante el mes de marzo. En junio fue declarado apto para el ascenso a comandante y en julio se le concedió adicionar a la Medalla de Melilla que ya poseía, el pasador “Tetuán”. En octubre de ese mismo año, se le expidió el título de observador de aeroplano.

Cuando se incorporó a Cuatro Vientos, era el tiempo que la Escuela de Vuelo consideraba que ser piloto no era sólo volar, sino que aviador era algo más; aviador era el que poseía la ciencia necesaria para realizar las misiones con los aviones fuera del entorno del aeródromo. Por ello los jefes solicitaron autorización al mando superior para preparar viajes en patrulla. En ellos debían participar todos los aviadores antes de ser destinados a las escuadrillas de África.

Se organizaron frecuentes vuelos individuales desde Madrid a provincias, pero, de ellos, el que tuvo mayor trascendencia fue el que se organizó en mayo de 1915. El vuelo fue proyectado en tres etapas: Madrid-Alcázar de San Juan; Alcázar de San Juan-Albacete y Albacete- Los Alcázares. En el regreso aterrizarían en los mismos campos. Participaron dos patrullas de aviones, una de tres aviones “Farman” y otra de tres “Lhoner”.

Como piloto de la segunda patrulla, fue seleccionado el capitán Zubia, a quien acompañaría, como observador, el capitán Luis Moreno Abella. El capitán Zubia voló la primera etapa, llegó el primero, pero se vio obligado a tomar tierra en la carretera general de Madrid a Albacete, con la suerte que no rompió el aparato. La carrera la ganó el infante Alfonso de Orleans, piloto de Lhoner, que hizo el viaje sin toma de tierra intermedia. Con este viaje, los aviadores fueron los mensajeros de la juventud del Ejército, que tenía fe en la común tarea a realizar en todas las regiones de España y así lo entendieron en los recibimientos multitudinarios que recibieron.

Antonio Zubia quería ser de los mejores y no desaprovechaba la ocasión para participar en los eventos aeronáuticos que se organizaban. Así, cuando el capitán de Infantería Guillermo Delgado Brackembury ofreció una copa de plata para el piloto que realizase el recorrido Cuatro Vientos (Madrid) a Tablada (Sevilla) en un solo vuelo y en el menor tiempo, Zubia no dudó en intentarlo. El 23 de enero de 1919, el capitán Zubia como piloto y el capitán Luis Delgado Brackembury, hermano de Guillermo, como observador, despegaron de Madrid y llegaron a Sevilla en dos horas y cuarenta y un minutos, a pesar de haber sufrido una rotura del radiador del motor una hora antes de finalizar el vuelo. No fue el ganador por menos de un cuarto de hora, pero dejó constancia de su buen hacer, ya que realizó el vuelo siguiendo la línea recta y no apoyándose en la línea del ferrocarril. Asimismo, cuando la empresa francesa De Dion- Bouton, dedicada a la construcción de motores de aviación, que había vendido un lote de motores a la Aviación Militar Española, donó una copa para el que consiguiese batir la marca de altura. Los requisitos de la convocatoria se hicieron en febrero de 1916 y la prueba consistía en batir la marca de altura, llevando a bordo un pasajero de más de 65 kg de peso.

El capitán Antonio Zubia, el 19 de febrero de 1919, en un biplano Maurice Farman MF-7, llevando de pasajero al teniente Fernando de la Macorra, alcanzó la altura de 4370 metros sobre Cuatro Vientos, volando dos horas y quince minutos. Al terminar el año sin que ningún otro piloto batiese la marca, el capitán Zubía se adjudicó la copa Dion-Bouton y el premio de un cronógrafo de oro.

Para continuar las operaciones que llevaba a cabo la Aviación Militar en Marruecos, el capitán Zubia, en abril de 1919, se incorpora al aeródromo de Tetuán. Allí quedó prestando servicios de su clase como piloto, efectuando vuelos de bombardeo sobre Dxar el Jaba, Uama y Ahiba, y observando hogueras entre los poblados, en terreno sembrado muy próximo a edificaciones. El 12 de mayo de este mismo año, cuando despegaba para bombardear algunos poblados de Wad-Ras, sufrió un accidente, debido a la rotura de un ala del avión que volaba, que le causó la muerte instantánea a él y al observador que le acompañaba, el capitán Guzmán.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico del Ejército del Aire, Hoja de Servicios.

España Automóvil (Madrid) (mayo de 1913); Heraldo Deportivo (Madrid) (febrero de 1919); Aeroplano (Madrid), n.os 11 y 12 (1946); J. Goma Oruña, Historia de la Aeronáutica Española, Madrid, Prensa Española, 1946.

 

Adolfo Roldán Villén

 

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