Murcia Rubio, Javier. Olmeda del Rey (Cuenca), 12.V.1908 – Madrid, 17.IV.1992. Aviador militar.
Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1925 y fue promovido a alférez en 1928. Ascendido a teniente dos años más tarde. Realizó los cursos de observador en Cuatro Vientos y Los Alcázares, y el de piloto en Alcalá de Henares y Guadalajara, ingresando en la recién creada Arma de Aviación, yendo destinado al Grupo 21, de la 1.ª Escuadra, en el aeródromo de León. Este grupo, reforzado por una escuadrilla de la 2.ª Escuadra, llevó el peso de las operaciones aéreas en Asturias durante la revolución socialista de 1934. El 8 de octubre, al regreso de un vuelo de reconocimiento sobre Campomanes, capotó el Breguet XIX que tripulaba con el capitán Jofre, resultando heridos ambos aviadores.
En julio de 1936 voló desde las primeras semanas en los aviones de su grupo, en misiones de reconocimiento de la franja cantábrica, distinguiéndose el 6 de agosto en el abastecimiento a los defensores del sitiado cuartel de Simancas, en Gijón, y en días sucesivos en los servicios del Alto del León.
Al formarse en octubre una escuadrilla de biplanos Romeo 37, se integró en ella, actuando en los frentes de Andalucía —en Andújar y en el santuario de Nuestra Señora de la Cabeza— pasando luego al centro a los aeródromos de campaña de Prada de Arca y Veladas, sucesivamente, actuando en Seseña y en el paso del Manzanares. En enero de 1937 se formó con los Romeo el Grupo 4-G-12 que operaría desde los aeródromos de campaña de Veladas, Griñón y Delta, en febrero, en la batalla del Jarama, en la que este grupo y los Junkers 52 mantuvieron el apoyo aéreo ante enjambres de caza enemiga y defensas antiaéreas. En marzo pasó a formar parte de la escuadrilla 2-E- 2, de Heinkel 51, con la que actuó en los frentes del sur y, posteriormente, en los de Aragón, siendo uno de los pilotos participantes en la creación de la “Cadena”, el 12 de abril, en el ataque a las posiciones enemigas de la ermita de Santa Quiteria.
Al formarse el Grupo de cazas Fiat CR-32, 2-G-3, quedó Murcia encuadrado en la escuadrilla 2-E-3 con la que actuó en los frentes del norte y de Aragón, participando en los combates en torno a la plaza de Huesca, logrando —ya ascendido a capitán— su primera victoria aérea al abatir un “Chato” en un desigual combate entre ocho aviones nacionales y treinta republicanos de los que fueron abatidos seis. Tomó parte en las batallas de Brunete y Belchite, y en diciembre recibió el mando de la escuadrilla 3-E-3 al formarse ésta; con ella, actuando desde el aeródromo de campaña de Alfamén, el 30 de diciembre, durante una misión de escolta a Romeos y “Pavos”, combatió con la caza enemiga y derribó un “Rata” que cayó en los alrededores de Castralbo.
Sus victorias tercera y cuarta las logró durante la ofensiva sobre Valencia, en un combate con “Ratas” y “Chatos”, derribando dos de éstos, que cayeron cerca de Albentosa, uno, y en los alrededores de Mora de Rubielos, otro. Participó en la batallas del verano, en Extremadura y en la del Ebro, en la que adquirió la categoría de “As”, el 2 de octubre, derribando un “Chato” sobre Gandesa. Terminada la batalla del Ebro recibió el mando de una escuadrilla de monoplanos Messerschmitt Bf-109 estacionada en el aeródromo de Griñón donde acabó la guerra; había realizado en ella 429 servicios y derribado cinco aviones enemigos. Le fue concedida la preciada Cruz de Guerra con Palmas.
Le dieron el mando de un Grupo de caza en la 5.ª Región Aérea, y en 1940 ascendió a comandante. Tres años más tarde fue designado para mandar la 5.ª Escuadrilla Expedicionaria, y marchó con ella al frente ruso en el que apenas tuvo ocasión de actuar, pues el Gobierno de España ordenó la repatriación de las unidades que combatían en aquel frente.
En 1945 —ya ascendido a teniente coronel— estuvo al mando del Grupo de Experimentación en Vuelo, del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), y al ascender a coronel fue nombrado agregado aéreo a las embajadas de España en París y Bruselas. Acabada esta misión, realizó el curso de adaptación a material reactor, y recibió el mando del Ala de Caza n.º 3, de F-86 “Sabre”. En 1960 le fue concedida la Medalla Aérea, y, ascendido a general de brigada en 1965, fue nombrado jefe del Estado Mayor del Mando de la Defensa Aérea, y dos años más tarde, del de la Región Aérea Central. Al ascender a general de división en 1968 recibió el mando de la zona aérea de Canarias, y al alcanzar el empleo de teniente general, fue nombrado capitán general de la 3.ª Región Aérea.
Fijada su residencia en Madrid al pasar a la situación de reserva, falleció en el Hospital del Aire el 28 de mayo de 1992.
Bibl.: J. Salas Larrazábal, La guerra vista desde el aire, Barcelona, Alianza, 1971; VV. AA., Historia de la Aviación española, Madrid, Instituto de Historia y Cultura Aérea, 1988; E. Herrera Alonso, Cien aviadores de España, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000.
Emilio Herrera Alonso
