Marsans Comas, Enrique. Barcelona, 1908 – 2.II.2002. Empresario turístico. Artífice y pionero del turismo español.
Hijo y nieto de los propietarios de la Banca Marsans y Rof, nacida en 1892. El abuelo de Enrique creyó pronto en el turismo y por ello fundó en 1910 Viajes Marsans Rof. Enrique, con una buena formación académica y gran aptitud para los idiomas, empezó a trabajar en la Banca con tan sólo diecisiete años y fue en 1928 cuando se consagró en exclusividad al negocio de la agencia de viajes, que por entonces había conseguido ya el prestigio suficiente para independizarse del Banco.
En 1928, en las postrimerías de la belle époque, el optimismo y la vitalidad social seguían generando turismo.
En abril de ese mismo año se creó el Patronato Nacional de Turismo decretando, en relación a las Exposiciones Iberoamericana de Sevilla y a la Internacional de Barcelona convocadas para 1929, como “primordial y urgentísima la promoción y organización de viajes que faciliten su visita”. El mismo año 1929 fue considerado en España como “Año del Turismo” y con su desarrollo el Patronato declaró conseguido el “primero y más difícil de sus objetivos: convertir el Turismo en tema nacional”.
Durante la Segunda República, la Agencia Marsans contaba ya con sucursales en Granada, Madrid, Palma de Mallorca, Sevilla, Córdoba, Figueras y Gerona, además de once delegaciones en otras tantas provincias. La Guerra Civil supuso la paralización total del turismo y el cese temporal de la actividad de la agencia, no así su disolución.
En 1939, acabada la Guerra Civil, se creó un Servicio Nacional de Turismo y se escogió a Enrique Marsans para que, desde su Secretaría General, estructurase su organización. Según él mismo declaró más tarde, su cometido de entonces fue “hacer informes, pasear a la gente, y dar la impresión de que sabíamos algo de turismo”. Durante la Segunda Guerra Mundial, la Agencia Marsans organizó los tránsitos desde los Pirineos a Lisboa, como puente hacia América, además de los viajes de novios, la acomodación de refugiados y los recorridos interiores. Pasada la contienda, Viajes Marsans, en un gesto muy valorado de honradez comercial, se esforzó, y, en buena parte, consiguió devolver a los clientes localizados, los anticipos que tenía recibidos de ellos al inicio de la lucha.
En los dificilísimos años de la década de 1940, Enrique conjugó la actividad de Viajes Marsans con la misión asumida por la hostelería española, volcada en abrir para el país las puertas que la política cerraba. Y así, participó en la atracción de los grandes congresos de 1948 que iniciaron en España el nuevo turismo.
En 1953, como presidente y director general de la empresa Viajes Marsans, se hizo con la totalidad de sus acciones y empezó otro nuevo desarrollo, desdoblando el domicilio social entre Barcelona y Madrid e instalándose en el extranjero. Este mismo año consiguió traer y organizar en España el II Congreso Internacional de la Federación Nacional de Agencias de Viaje (FIAV), logrando restablecer la armonía entre todas las agencias europeas, lo que le valió la aclamación unánime para la presidencia internacional. Enrique visitó todas las naciones europeas, elaboró un Memorandum sobre todos los problemas comunes, desechando las particularidades y cuando, en Suiza, pidió el relevo, se encontró con que de los treinta y seis vocales que se habían contabilizado en el Congreso de España, la FIAV contaba ya con ciento sesenta.
Su mayor éxito fue la organización en España del Congreso de la poderosa asociación norteamericana American Society of Travel Agents (ASTA). Se inauguró en Madrid el 19 de octubre de 1957 con asistencia de dos mil congresistas. Enrique Marsans era consciente y proclamaba que para el despegue de nuestro turismo, era necesaria la colaboración americana.
En este Congreso, al que envió un mensaje especial el presidente Eisenhower, se sentaron las bases que durante muchos años rigieron los movimientos del turismo mundial.
Los años siguientes consolidaron la apertura y el “boom” de la industria turística en España. Las agencias de viaje españolas crecieron y su organización gremial alcanzó niveles modélicos. Enrique Marsans, víctima recuperada de un infarto de miocardio, cedió sus acciones de Viajes Marsans, pero supo mantener su personal actividad turística y, con ella, el magisterio perenne hasta su fallecimiento el 2 de febrero de 2002.
Bibl.: VV. AA., Marsans 1910-1985, Madrid, Viajes Marsans, 1986; J. Vila Fradera, La Gran Aventura del Turismo en España. Vivencias y reflexiones de un observador durante casi medio siglo, Barcelona, Editur, 1997; P. Galindo Vegas, Historias del Turismo Español. Los pioneros, Madrid, Epesa, 2000.
Pedro Galindo Vegas