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Antonio Arguinzóniz Izcoa

Biografía

Arguinzoniz Izcoa, Antonio. Durango (Vizcaya), 4.I.1817 – 7.V.1888. Político.

Hijo de José Joaquín y de María Josefa Eizcoa, natural del Valle del Maíz de Mechioacán (México). Finalizados los estudios de primeras letras, estudió en la Universidad de Oñate y en la de Alcalá de Henares, cursando la carrera de Derecho, durante la primera guerra civil carlista. En 1843 accedió a la alcaldía de Durango. Su ideología se fundaba en la defensa de la “bandera católica” y el sistema foral vigente, en el marco de una Monarquía tradicionalista.

En las Juntas Generales celebradas en Guernica en 1844, cuando sólo contaba veintisiete años, fue elegido diputado general. Intervenía con frecuencia en la gestión de los asuntos de Vizcaya, principalmente en las Juntas Generales. Se presentó a las elecciones a diputado a Cortes para combatir lo que proyectaba el Gobierno de O’Donnell: el reconocimiento de Italia, que según opinión de A. Arguinzoniz, injustamente había usurpado los Estados Pontificios.

El 8 de diciembre de 1865, resultó electo por Vizcaya diputado al Congreso y renovó su escaño en las elecciones de 1867.

En 1869 fue elegido por sufragio universal masculino, en calidad de miembro del partido carlista y permaneció como diputado hasta 1871. Después del fracaso de la insurrección carlista de 1870 en la que fueron encarcelados y destituidos los dos diputados generales, los carlistas no cejaron en su estrategia de insurrección armada. El 21 de abril de 1872 protagonizaron en la comarca de Durango una rebelión armada.

Los insurrectos se dirigieron a Guernica y nombraron una Diputación general, siendo Antonio Arguinzoniz el corregidor (1 de mayo de 1872). Los gritos de los alzados eran: “¡Viva la Religión! ¡Vivan los Fueros! ¡Viva España! ¡Abajo el extranjero!”. Pero fracasaron y A. Arguinzoniz fue uno de los dirigentes carlistas, junto a Fausto Urquizu y Juan E. Orue que defendió el convenio de Amorebieta, negociado directamente con el general liberal Franciso Serrano (24 de mayo de 1872).

Los liberales de Vizcaya rechazaron el acuerdo y dimitieron de sus cargos en la Diputación Foral y Ayuntamiento de Bilbao. El convenio acordaba el desarme de los insurgentes y su indulto. Sin embargo, con este actitud A. Arguinzoniz se ganó la enemistad de muchos correligionarios carlistas, entre los que cabe señalar el marqués de Valdespina, por lo que durante la posterior guerra apenas intervino, pues marchó a Valencia con la excusa de arreglar asuntos familiares.

Después de la guerra se retiró de la actividad pública y su hijo defendió su actuación y su memoria en un libro sobre el alzamiento carlista y el Convenio de Amorebieta.

Murió el 7 de mayo de 1888.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Diocesano de Guipúzcoa, Derio, 45001 9-226.

J. Agirreazkuenaga, Bizkaiko errepidegintza. Hazkunde ekonomikorako azpiegitura lanak. 1818-1876, Bilbao, Giltz liburuak, 1987; A. M. Arguinzoniz, El alzamiento carlista de Bizcaya en 1872 y el Convenio de Amorebieta, Durango, Museo de Arte e Historia, 1990 (Primera edición 1889), págs. 19-25; J. Agirreazkuenaga (dir.), Diccionario biográfico de los Diputados Generales, burócratas y patricios de Bizkaia (1800-1876), Bilbao, Bizkaiko Batzar Nagusiak-Juntas Generales de Bizkaia, 1995.

 

Joseba Agirreazkuenaga Zigorraga

 

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