Mancha Escobar, Carlos. La Raya (Murcia), 17.VIII.1827 – Cartagena (Murcia), VI.1888. Arquitecto.
Vinculado a la ciudad de Cartagena, protagonizó la renovación urbanística y arquitectónica que tuvo lugar en la comarca, a mediados del siglo xix, gracias al desarrollo minero e industrial. Contribuyó a configurar la fisonomía de la ciudad con mansiones y viviendas para la burguesía en un eclecticismo clasicista, al mismo tiempo que realizó una serie de trazados que definieron su reordenación urbanística.
Nacido en La Raya, población cercana a la ciudad de Murcia, realizó sus estudios de Arquitectura en la Escuela de Arquitectura de Madrid, donde se tituló en 1854. Empezó su carrera como ayudante de obras públicas en la construcción de la carretera Albacete- Cartagena, pero en 1856 ocupó el cargo de arquitecto municipal de Cartagena, en el que se mantuvo prácticamente hasta su muerte. Acaparó, además, otros cargos en la ciudad, como arquitecto de beneficencia, del cementerio, del ferrocarril o del parque de artillería.
A pesar de proceder de una familia de clase media, se integró con facilidad en la burguesía y participó activamente en la vida social.
En 1866 diseñó el Cementerio de Nuestra Señora de los Remedios, cuyas obras dirigió, además de realizar numerosos panteones de familia en colaboración con el escultor Francisco Requena.
En 1868 proyectó el cementerio de La Unión y reestructuró la Alameda de San Antón, a la entrada de la ciudad. A partir de 1870, su trabajo se concentró en la vivienda, casas de pisos o mansiones palaciegas en las arterias principales del casco antiguo. Entre las primeras, cabe destacar la casa Cacciaro o la de Pedro Casiano, y entre las segundas, la de la familia Spottorno o la de la familia Pedreño, de 1872. En esta misma década firmó importantes proyectos de reforma urbana, como la apertura de la calle Príncipe de Vergara y de la calle Gisbert, perpendiculares al mar, y la de San Diego, fundamentales en la cohesión de una ciudad portuaria fragmentada por el relieve. La recuperación y conservación del patrimonio también le interesó: en 1877, reedificó la capilla mayor de Santa María y, junto al ingeniero Baldasano, proyectó la reconstrucción de la catedral.
Fue elegido académico correspondiente de San Fernando dos años después. En la década de 1880 contribuyó al equipamiento de la ciudad y de las poblaciones del entorno, como La Unión y Portmán, con la construcción de mercados. Asimismo realizó edificios industriales en los que empleó el ladrillo, material apreciado por el arquitecto. A pesar de que en su trayectoria se observa un sentido pragmático de la arquitectura, hizo incursiones en el mundo del diseño, asociándose tanto con escultores como con pintores.
Obras de ~: con J. Pascual, Diseño de la decoración del techo del teatro Romea, Murcia, 1862; con J. Pascual, Proyecto de retablo para el altar mayor de la catedral, Murcia, 1864; Proyecto de reestructuración de la Alameda de San Antón, Cartagena, 1865; Cementerio de Nuestra Señora de los Remedios, Cartagena, 1866; Cementerio de Nuestra Señora del Rosario, La Unión, Murcia, 1868; Casa Cascciaro, Cartagena, 1870; Casa Spottorno, 1870; Casa Pedreño, 1872; Proyectos de apertura de las calles Príncipe de Vergara y Gisbert, Cartagena, 1876; Casa de Brígida Moreno, 1877; con Baldasano, Proyecto de reconstrucción de la catedral de Cartagena, 1877; Reedificación de la capilla mayor de la iglesia de Santa María, Cartagena, 1878; Casa de los hermanos de Simón Martín, Cartagena, 1878; Casa en la calle San Fernando, 1879; Ayuntamiento, La Unión, 1880; Casa de Pedro Casiano, Cartagena, 1881; Mercados de la Merced y del Parque, Cartagena, 1881; Mercados de la Unión y Portmán, 1881; Casa Conesa, Cartagena, 1886.
Bibl.: Redacción, “Necrológica”, en El Eco de Cartagena, 28 de junio de 1888, pág. 1; A. Baquero Almansa, Los profesores de las Bellas Artes Murcianos, Murcia, Imprenta Sucesores de Nogués, 1913, págs. 397-399; A. E. Pérez Sánchez et al., Tierras de España. Murcia, Madrid, Fundación Juan March, 1975, págs. 306-307; F. J. Pérez Rojas, “Arquitectura y Urbanismo”, en VV. AA., Historia de la Región Murciana, vol. VIII, Murcia, Mediterráneo, 1980, págs. 366-379; D. Nicolás Gómez, Arquitectura y arquitectos del siglo xix en Murcia, Murcia, Ayuntamiento y Colegio Oficial de Arquitectos de Murcia, 1992, págs. 145-146; A. Moreno Atance, Cementerios murcianos. Arte y arquitectura, Madrid, Universidad Complutense, 2005, págs. 224-230 y 582-589.
Ana Moreno Atance