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Enrique Suñer y Ordóñez

Biografía

Suñer y Ordóñez, Enrique. Poza de la Sal (Burgos), 26.XI.1878 – Madrid, 26.V.1941. Médico, catedrático, pediatra.

Hijo de médico rural, estudió el bachillerato en el instituto de Burgos, trasladándose posteriormente a Madrid, influido por su padre y su madre como él mismo reconoció, para seguir en la Facultad de San Carlos los estudios de Medicina. Durante la carrera fue un aventajado alumno interno, volcándose en la asistencia a las cátedras más diversas y, entre ellas, a las de Santiago Ramón y Cajal, Benito Hernando y Federico Olóriz. Su vocación por la medicina fue muy grande como lo refleja en el libro que ya escribió por entonces titulado El aprendiz de médico. Una vez acabada la licenciatura ganó por oposición una plaza de ayudante de Clínica, obteniendo rápidamente el título de doctor con la calificación de sobresaliente, con un trabajo sobre Localización y funciones de los centros ópticos en el hombre.

A la inusitada edad de veinticuatro años obtuvo por oposición la Cátedra de Patología General de la Facultad de Medicina de Sevilla, y nada más tomar posesión, solicitó una pensión para ampliar estudios en Alemania.

Decepcionado de la escasez de medios que había en Sevilla, cuando se reincorpora, acude a un concurso de méritos para una Cátedra de Enfermedades de la Infancia que había sido convocada en la Facultad de Medicina de Valladolid. Es a partir de este momento y tras obtener dicha Cátedra, cuando se dedica totalmente a la Pediatría, especialidad en la que alcanzó un gran prestigio.

En 1921, vacante la Cátedra de Enfermedades de la Infancia de Madrid, regentada anteriormente por Francisco Criado Aguilar, opositó de nuevo obteniendo la plaza. Su labor en Madrid fue realmente importante.

En 1925, se creó por su iniciativa la Escuela Nacional de Puericultura, de la que fue su primer director.

Se encargó de su organización consiguiendo en poco tiempo dotarla de una estructura muy moderna.

Este centro estuvo funcionalmente anejo a la Cátedra de Pediatría que regentaba, con lo que la formación práctica de los alumnos se realizaba en esta última.

Allí se formaron numerosos puericultores y enfermeras especializadas que hicieron una enorme labor en esos años y posteriores. A partir de este núcleo, se fueron creando las Escuelas Provinciales de Puericultura y siempre bajo su iniciativa siendo él su verdadero dinamizador.

Su capacidad de enseñar y atraer le hizo crear una de las escuelas españolas de pediatría de mayor solera, formándose en ella multitud de pediatras, entre los que destacaron Rafael Ramos Fernández, Tomás Sala Sánchez, Ciriaco Laguna Serrano y Francisco Zamarriego García, los tres primeros catedráticos de dicha disciplina en la universidad española.

Durante la Guerra Civil, se trasladó a San Sebastián donde obtuvo cargos de responsabilidad como vicepresidente de la Comisión Nacional de Cultura y Enseñanza, teniendo que asumir responsabilidades de reorganización de las Universidades en ausencia del presidente que se encontraba fuera de España, así como presidente de la Real Academia Nacional de Medicina. También en ese período bélico fue nombrado presidente del Consejo General de Médicos de España dada su experiencia en los temas colegiales, pues había sido antes de la guerra presidente del Colegio de Médicos de Valladolid. En su etapa de presidente del Consejo reorganizó el Colegio de Huérfanos de Médicos. Acabada la Guerra Civil, dirigió temporalmente el Instituto Cajal, la Asamblea Suprema de la Cruz Roja y fue miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Alcanzó prestigio también en el extranjero llegando a ser miembro de la Societé Medicale del Hospitaux de París y de varias academias europeas.

Enrique Suñer fue un magnífico pediatra en el que sus profundos conocimientos de la Medicina interna brillaban continuamente, siendo además de un gran clínico, cirujano infantil, práctica que abandonaría más tarde. Gran trabajador, con profunda pasión por la escritura, su producción de libros fue importante, con independencia de los muchos artículos originales y de divulgación que publicó a lo largo de su vida.

De todas sus obras, destacó de forma sobresaliente su libro escrito durante su etapa en Valladolid, Enfermedades de la infancia, aparecido en 1918 editado en tres volúmenes, y que fue obra de referencia en la Pediatría de la época, tanto en España como en Hispanoamérica, además de ser galardonada por la Real Academia Nacional de Medicina con el premio de la Fundación Dr. Pedro María Rubio por su gran calidad y aportaciones novedosas. Este libro causó auténtico impacto en su momento por la claridad de la exposición y orden de las enfermedades y conceptos y por su enorme capacidad de síntesis ofreciendo al lector los más modernos avances que se habían producido hasta ese año en dicha especialidad. Otras publicaciones que merecen ser destacadas son Physiopathologie de l´appareil digestiv du nourrisson, Lecciones elementales de Patología General, Enfermedades de la infancia: doctrina y clínica, Curso de Medicina Infantil, La salud del niño: puericultura fundamental, y Fisiología clínica de la nutrición del lactante. En ellas incorporó todo lo nuevo que existía en pediatría en esos momentos, sobresaliendo por ser enormemente didácticos y no existir prácticamente pediatra que no los tuviera como libros de estudio y consulta.

En 1928 ingresó como académico de número en la Real Academia Nacional de Medicina. Su discurso de ingreso versó sobre Notas médico-psicológicas sobre educación infantil, sucediendo a Ricardo Pérez Valdés y contestándole Tomás Maestre y Pérez. En 1937, fue nombrado, en plena Guerra Civil, presidente de la misma con el objetivo de reorganizar la vida de la Academia, estando en esa Junta junto a Santiago Carro García y Leonardo de la Peña. Durante la Guerra Civil, la Academia tuvo sus sesiones en San Sebastián, donde mantuvo su sede provisional. Acabada ésta, y ya en Madrid, fue nombrado su presidente, cargo que desarrolló hasta su fallecimiento. Poco antes de producirse éste, inauguró el curso de la Academia en 1941 con el discurso Notas para el estudio de la personalidad de Ramón y Cajal.

 

Obras de ~: Lecciones elementales de Patología General, Madrid, Imp. de Ricardo Rojas, 1902; Curso de Medicina Infantil, Madrid, R. Álvarez, 1909; Enfermedades de la infancia: doctrina y clínica, Valladolid, Cuesta, 1918; La tuberculosis ganglio pulmonar en la infancia, Valladolid, Cuesta, 1918; Enfermedades de la infancia, Valladolid, Talleres Tipográficos Cuesta, 1918; La salud del niño: puericultura fundamental, Madrid, Fax, 1932; Herencia y educación, Madrid, Julio Cosano, 1932; Fisiología y clínica de la nutrición del lactante, Madrid, Imprenta Aldecoa, 1932; La crianza del niño: seis lecciones de puericultura, San Sebastián, Editorial Española, 1939; La nutrición del lactante, Madrid, SAETA, 1941; El aprendiz de médico, Madrid, Barcelona, Publicaciones EMS, 1941.

 

Bibl.: L. de la Peña y Díaz, “Sesión en memoria del Excmo. Sr. D. Enrique Suñer y Ordóñez”, en Anales de la Real Academia Nacional de Medicina (1941), págs. 120-125; M. Consuelo Brusi, Estudio bio-bibliográfico del Profesor Don Enrique Suñer, tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense-Facultad de Medicina, 1957; V. Matilla, Galería de Presidentes de la Real Academia Nacional de Medicina, Valencia, Artes Gráficas Sole, 1982, págs. 199-211; M. Díaz-Rubio, 100 médicos españoles del siglo xx, Madrid, You & Us, S.A., 2000.

 

Manuel Díaz-Rubio García

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