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Fernando Capacete

Biografía

Capacete, Fernando. Málaga, 1772 – ?, s. xix. Mili­tar, caballero laureado de San Fernando.

A los doce años entró como soldado joven en el Re­gimiento de Sevilla, en el que se mantuvo los siguien­tes veintitrés años.

Entre 1784 y 1792 prestó servicio de guarnición en Orán y Ceuta, alcanzando en 1785 los empleos de cabo segundo y primero y en 1788, los de sargento segundo y primero.

A partir de 1793 tomó parte en la campaña contra Francia, asistiendo a diversos hechos de armas y a la retirada del Rosellón, en 1794. En ese mismo año de­ fendió el castillo de Bellegarde, en el que fue hecho prisionero en el mes de septiembre, consiguiendo fugarse en junio del año siguiente y regresar a España.

Entre 1797 y 1801 volvió a guarnecer la plaza de Ceuta, siendo en 1800 promovido a subteniente.

Participó en la Guerra de la Independencia, hallán­dose en 1808 en la batalla de Medina de Rioseco (Va­lladolid), al mando del 3.er Tercio del Regimiento de Voluntarios de León. Tras su ascenso a teniente de­fendió el puente de Logroño, siguiendo la retirada del ejército hasta Calahorra y Tudela y uniéndose segui­damente al Ejército de la Izquierda, con el que se re­tiró a Galicia. Antes de terminar el año participó en el ataque a Villafranca del Bierzo (León) y en la rendi­ción de su fortaleza en el mes de marzo de 1809.

En agosto siguiente tomó parte en el ataque a La Bañeza (León) y un mes después en la marcha del Ejército de la Izquierda a través de Portugal hasta lle­gar a Ciudad Rodrigo (Salamanca). En octubre si­guiente resultó contuso de bala de fusil en la batalla de Tamames (Salamanca) y un mes después participó en los ataques del Carpio y de Medina del Campo (Valladolid), en la retirada del ejército a Alba de Tor­mes (Salamanca) y en la batalla de igual nombre, en la que se integró en el cuadro que con la vanguardia formó el general Mendizábal para oponerse a la caba­llería francesa, defendiendo a continuación la plaza de Alba de Tormes y retirándose seguidamente a Ciudad Rodrigo.

De marzo a junio de 1810 guarneció la plaza de Badajoz, siendo al año siguiente ascendido a coman­dante y agregado al Regimiento de Cazadores del Rey, encomendándosele el mando de la vanguardia de la 3.ª división del 6.º ejército, con la que realizó varias salidas por la provincia de León.

En 1812 defendió la plaza de Astorga (León), sitiada por el enemigo, de donde salió en el mes de julio con dicha vanguardia a la expedición de Benavente y Za­mora, poniendo sitio al fuerte de Toro y retirándose posteriormente a Astorga, que se había rendido, por lo que pasó a las inmediaciones de Burgos. En el mes de septiembre fue nombrado coronel del Regimiento de Aragón, con el que, tras reorganizarlo, prestó servi­cio de guarnición en diversas plazas de Galicia.

En agosto de 1814 se trasladó a León, regresó cuatro meses después y partió para Andalucía en febrero de 1815, guarneciendo San Fernando (Cádiz) durante unos meses hasta ser nombrado comandante mili­tar de Huete (Cuenca), nombramiento que quedó sin efecto, pasando agregado sucesivamente a varios cuerpos, desempeñando al mismo tiempo el cargo de vocal del Consejo de Oficiales Generales en Cádiz y el de comandante militar del Cordón Sanitario de Rota con ocasión de la epidemia de 1819.

Al llegar noticias a Cádiz del levantamiento de Riego en Las Cabezas de San Juan y de que había sido ocupada la Isla de León por fuerza armada, el teniente de Rey de la plaza, general Rodríguez Valdés, y el ge­neral Álvarez-Campana, segundo cabo de Andalucía, adoptaron el día 3 de enero medidas para defender la plaza, movilizando a la antigua Milicia Urbana de Cá­diz, a la que se unieron artilleros de tierra y de los bu­ques amarrados en el puerto, así como infantes de esta última procedencia, marchando un grupo de ellos a ocupar la Cortadura bajo el mando del teniente Luis Fernández de Córdoba, consiguiendo rechazar a las tropas enviadas por Quiroga.

El 6 de enero, el coronel Capacete embarcó hacia la plaza de Cádiz con toda la tropa de dicho Cordón, mandando antes inutilizar la artillería del castillo de Santa Catalina del Puerto y del Fuerte de la O, trasla­dando la munición a Cádiz, donde se presentó al gobernador militar interino, Alonso Rodríguez Valdés, quien le encargó el día 8 la formación del Batallón Provincial de la Lealtad. En la noche del día siguiente deshizo la tentativa de sublevación iniciada por el co­ronel Nicolás de Santiago y Rotalde para sorprender a los cuarteles de Puerta de Tierra, consiguiendo arre­batarle dos piezas de cañón a los revoltosos.

El día 12, Quiroga tomó el arsenal de la Carraca y el día 24 hubo un intento de asalto a la plaza, cayendo presos Álvarez-Campana y Rodríguez Valdés. A con­tinuación, militares y paisanos a favor de la Constitu­ción se dirigieron a la Puerta de Tierra para ocuparla, intento que fue frustrado por el coronel Capacete al mando del recién creado Batallón de la Lealtad, que consiguió liberar a ambos generales.

El 7 de marzo siguiente fue rodeado el Palacio Real de Madrid por la multitud, negándose el general Ba­llesteros a usar las armas para dispersarla. Ante ello, Fernando VII se vio obligado, el 10 de marzo, a jurar la Constitución.

Mientras tanto, en los días 9, 10 y 11 de marzo el coronel Capacete se opuso en Cádiz a la jura de la Constitución que se intentaba restablecer en la plaza, ejemplo que siguieron varios jefes y cuerpos de la misma.

Enviados Arco Agüero y López Baños a Cádiz como parlamentarios de los constitucionalistas, fueron reci­bidos en la Cortadura por simpatizantes, trasladándose a conferenciar con el general Freire de Andrade, go­bernador militar de la provincia, momento en que fuerzas de los batallones de Guías y Leales, adictas al Rey, comenzaron a disparar sobre la multitud. Arco Agüero y López Baños fueron detenidos y puestos en libertad cinco días más tarde al llegar a Cádiz la noti­cia del juramento del Rey.

El coronel Capacete embarcó el día 17 con su bata­llón y se dirigió a Rota, para después pasar a Sanlúcar de Barrameda y seguidamente a Ayamonte, donde el 25 de abril entregó el mando al segundo jefe del ba­tallón, teniente coronel Regalado Castañola, por or­den del capitán general de Andalucía. Apresado en El Puerto de Santa María, fue conducido a las Cuatro Torres de la Carraca, encausándosele por su actua­ción el 10 de marzo pasado y manteniéndosele inco­municado durante tres años y dos meses, habiendo recaído sobre él la pena de garrote y no admitiendo la amnistía concedida por Riego.

El 22 de junio de 1823 consiguió fugarse acom­pañado del oficial que le custodiaba, presentándose en Jerez de la Frontera al general en jefe de la van­guardia del Ejército aliado, siendo nombrado gober­nador político y militar de El Puerto de Santa Ma­ría. A continuación se le dio el mando del Batallón de la Lealtad número 1, que organizó en Jerez de la Frontera, y que dejó por haber sido nombrado nue­vamente gobernador de El Puerto de Santa María, cargo que conservó hasta febrero de 1824, en el que con el empleo de brigadier fue puesto al frente del Batallón de la Lealtad.

En el mes de octubre de 1824 se le concedió la Cruz de San Fernando de 2.ª clase, Laureada, al coronel Capacete y al grupo de oficiales que habían interve­nido en los combates de Cádiz de los días 24 de enero y 10 y 11 de marzo de 1820, en cuyo decreto de con­cesión se decía lo siguiente: “El Rey nuestro Señor se ha enterado del extraordinario y particular mérito contraído por el general, jefes, oficiales y soldados que de los muros de Cádiz se propusieron derramar su úl­tima gota de sangre sosteniendo heroicamente sus so­beranos derechos en los memorables días 24 de enero y 10 de marzo de 1820, y de la horrorosa prisión que sufrieron, siendo muchos condenados a varias penas y último suplicio por los satélites del pretendido go­bierno revolucionario; y queriendo S.M. darles un público testimonio del singular aprecio que le han merecido tan distinguidos servicios, conformándose con lo que sobre el particular le ha propuesto el Con­sejo Supremo de la Guerra, a consecuencia de lo ma­nifestado por la Junta de Clasificación, creada en Se­villa a este efecto, ha tenido a bien resolver: ”1.ª Que a todos los individuos militares cuya re­lación nominal dirigió la misma Junta, se les expida por el Consejo las correspondientes Reales Cédulas de Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fer­nando del mismo modo que los propone, y el escudo de distinción acordado en el Real Decreto de 14 de diciembre último.

”[...] ”6.ª y último. Que todos los individuos que ten­gan la honra de llevar la referida cruz, juren ante la autoridad que se la coloque que no han pertenecido ni pertenecen a ninguna secta o sociedad de masones, comuneros o cualquier otra; constituyéndose después de hecho el juramento en la responsabilidad más es­trecha, si en algún tiempo se descubriese, para sufrir el castigo de perjuro con el señalado en las Reales Ordenanzas”.

Estuvo casado con María Escobar.

 

Fuentes: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. C-1113.

 

JoLuis Isabel Sánchez