Fernández de Acellana y Aranguren, Saturnino. Logroño (La Rioja), 7.IX.1827 – Madrid, 21.VII.1885. Mariscal de campo, procedente de Ingenieros.
Ingresó en la Academia de Ingenieros de Guadalajara en septiembre de 1846, de donde salió como teniente el 22 de septiembre de 1852, después de completar los estudios reglamentarios. Destinado al entonces único Regimiento del Arma, el Regimiento Real de Zapadores-Minadores, concurría con él en la acción de Vicálvaro, el 30 de junio de 1854, por cuyos hechos fue recompensado con el empleo de capitán de Infantería. En 1858, estuvo trabajando en las obras de construcción del Fuerte de Isabel II o de “La Mola” en Mahón, aunque seguía destinado en el Regimiento de Zapadores-Minadores.
Participó en la Guerra de África (1859-1860), ganando la Cruz de San Fernando de 1ª clase por su comportamiento en las acciones realizadas desde el 12 al 25 de diciembre de 1859, concedida según una Real Orden de 4 de enero de 1860, así como el ascenso a 2º comandante de Infantería por su actuación en las batallas de los Castillejos, donde se ocupó de abrir caminos a la Artillería, así como en la de Tetuán. Terminada la guerra, pasaba con destino al Distrito de Baleares como responsable de la dirección de las obras de construcción del citado fuerte de Isabel II.
En 1863 se le destinaba a la Dirección Subinspección de Navarra, en la Comandancia de Ingenieros de Pamplona, y en junio de 1868 pasaba al Primer Regimiento de Ingenieros (el Segundo se había creado en 1860) con guarnición en Madrid. Destino que ejerció por muy poco tiempo, ya que en noviembre de ese mismo año era nombrado ayudante de campo del capitán general de Aragón. Sin dejar el cargo, participaba en la represión de la sublevación republicana, ocurrida en Zaragoza los días 7 y 8 de octubre de 1869, acción por la que era recompensado con el empleo de teniente coronel del ejército y, posteriormente, mandaba en noviembre de ese año, una columna cuya misión era apaciguar a los pueblos cercanos a Zaragoza.
En octubre de 1871, era nombrado ayudante de órdenes del ministro de la Guerra y, al siguiente año, pasaba a prestar sus servicios como oficial de la Clase de Terceros del Ministerio de la Guerra, situación que abandonaba con carácter voluntario en 1873.
Promovido a comandante de Ingenieros en marzo de 1873, pasaba con destino al tercer Regimiento de Ingenieros, incorporándose a su unidad en Pamplona, en abril de ese año, en el marco de la Tercera Guerra Carlista. Al día siguiente de su incorporación, salía de operaciones, siendo cogido como prisionero de los carlistas en un encuentro ocurrido el 5 de mayo. Canjeado muy poco después, se le destinaba a las inmediatas órdenes del capitán general de Valencia, pasando a principios de septiembre a formar parte del ejército que sitiaba a la plaza de Cartagena (Guerra Cantonal), donde se le nombraba jefe del ala izquierda de la línea de sitio. En su puesto, rechazó numerosas salidas de los sitiados, apoderándose a viva fuerza de las posiciones de Sierra Cartagenera y de la del Calvario, y, posteriormente, del fuerte de San Julián, que se rindió la víspera del día que lo hizo la plaza de Cartagena. Pasaba más tarde a la brigada de vanguardia del 2º Cuerpo de Ejército del Norte, con el que participaba en marzo de 1874 en el ataque a las alturas de Galdamés, en el de Murrieta y en el de San Pedro Abanto, acciones por las que fue recompensado con su promoción a brigadier del ejército. Asistía poco después a la toma de Montalbán y entrada en Bilbao. A partir de ese momento, al mando de una brigada, estuvo operando en ambas orillas del río Ebro, hasta junio de 1875 en que pasaba destinado al ejército de Cataluña, donde consiguió pacificar la zona de Granollers. De nuevo, en diciembre de 1875, se le enviaba con su brigada al ejército del Norte, donde, después de numerosas acciones, el 27 de febrero de 1876 se enfrentaba en Valcarlos (Navarra) a las fuerzas del pretendiente carlista, obligándolas a internarse en Francia.
Terminada la guerra, en abril de 1876, era promovido a mariscal de campo, siendo nombrado comandante general de la Primera División del Distrito de Aragón, de donde pasaba al siguiente año a mandar una División de Castilla la Nueva. Nombrado en febrero de 1881, 2º Cabo (cargo inmediato posterior al de Capitán general) de la isla de Puerto Rico, permaneció en su nuevo destino hasta febrero de 1884, en que volvía a la Metrópolis, estableciéndose “de cuartel” en la corte. Figura como vocal de la Asamblea de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, en el Escalafón general, Reglamento de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo de 1885. Fallecía ese año en Madrid.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), exps. personales.
Escalafón General. Reglamento de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, Madrid, Imprenta del depósito de la Guerra, 1885; L. de Sequera Martínez, Historial de las Unidades de Ingenieros en Ultramar (la Campaña de 1898), Madrid, Talleres del Centro Geográfico del Ejército, 1999; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), n.os 63-66 (2001 y 2002).
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño