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Beatriz de Castilla

Biografía

Beatriz de Castilla. ?, c. 1244 – Almoster (Portugal), 7.VIII.1306. Reina de Portugal.

Era hija ilegítima de Alfonso X el Sabio y de María Guillén de Guzmán. Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento. Una carta de Guadalupe, del 31 de diciembre de 1244, revela que en ese momento ya había nacido. Partiendo de la suposición de que Beatriz nació en 1244, tendría nueve años cuando llegó a Portugal. Se sabe que su madre aún estaba viva en 1262, porque el 4 de octubre de ese año hizo su testamento, mientras estaba retirada en el monasterio de Santa María la Real de Alcocer, del que fue fundadora.

En ese testamento otorgó todos sus bienes a su hija Beatriz, lo que deja entender que no tuvo otros hijos de Alfonso X.

Alfonso III de Portugal contrajo matrimonio en mayo de 1253 con Beatriz, a pesar de encontrarse casado con Matilde, condesa de Boloña. Ésta protestó al papa Alejandro IV en contra del escándalo de bigamia de su marido. El Papa ordenó, en 1258, la separación de los esposos, que aún no vivían juntos. Tenía Beatriz en esa época unos catorce años. Ni siquiera la muerte de Matilde, ocurrida en ese año, aplacó los ánimos, pues Alfonso III había contraído un matrimonio incestuoso, por ser pariente de Beatriz en cuarto grado de consaguinidad. En mayo de 1260, los obispos y los cabildos del reino dirigieron una exposición al papa Urbano IV para que levantase el interdicto que pesaba sobre Portugal, pues el Rey y Beatriz eran padres de dos hijos. Con el propósito de convencer al Papa, se desplazó a Roma una embajada constituida por los obispos de Lisboa y de Coimbra. Contó también Alfonso con el apoyo del monarca de Francia, el futuro san Luis, y de Teobaldo, rey de Navarra.

Finalmente, una bula papal de 1263 encontraba una solución para la disputa. Beatriz recibió una educación de su marido con el mayor desvelo. Se supone que el matrimonio fue consumado en 1258, cuando la Reina cumplió catorce años. La primera hija de la pareja fue Blanca. Algunos años más tarde hubo guerra entre Alfonso III y su suegro Alfonso X. La paz fue firmada en 1263 con la concesión del Algarbe a Dionís, nieto de Alfonso X el Sabio, aunque la cesión definitiva ocurrió en 1267 cuando, en su visita al rey de Castilla, Alfonso III cedió a su suegro los castillos de Aroche y Aracena.

No existen testimonios sobre algún tipo de intervención de Beatriz en el reinado de su marido, que falleció el 23 de noviembre de 1279, a los sesenta y ocho años de edad. Su viuda contaba apenas treinta y cinco años. Había entre ellos una diferencia de treinta y tres años. En el testamento del Rey, del 23 de noviembre de 1271, nombraba a la Reina su principal testamentaria, utilizando para el efecto palabras que mostraban un gran aprecio hacia ella. Alfonso III determinó que su cuerpo fuese sepultado en Alcobaça. Sin embargo, los restos mortales del monarca permanecieron, por un espacio de dos años en Santo Domingo de Lisboa, antes de su traslado definitivo a Alcobaça en 1289.

Alfonso III donó en vida a Beatriz las villas de Alenquer, Torres Novas y Torres Vedras, con ocasión de su matrimonio. La donación de Torres Vedras ocurrió en 1259. Por la carta de Elvas del 25 de noviembre de 1267, concedió Alenquer a su esposa, con todos sus derechos y rentas. Refiere el monarca, el 28 de junio de 1277, que habiendo concedido a su mujer las villas de Alenquer, Torres Vedras y Torres Novas, le otorga el patronato de sus iglesias. Por carta de 22 de enero de 1279, poco antes de morir, le concedía la alcaldía de esas villas. Beatriz por concesión de la orden de Santiago, recibía las rentas de Arruda. Era aún poseedora de algunas propiedades en Lisboa.

Al fallecer Alfonso III, le sucede su hijo Dionís, que se encontraba cerca de los dieciocho años, una edad que le permite gobernar. Un documento, al parecer auténtico, revela que Beatriz presidió, por un breve espacio de tiempo, un consejo de la regencia que el 13 de abril de 1279 ya no existía.

Un documento dado en Palmela el 27 de marzo de 1279 muestra que la Reina acompañó a su hijo en la primera parte de sus viajes por el reino. El 3 de abril Dionís efectuó un contrato con los judíos en Marateca, cerca de Palmela. Existe constancia de que la Reina acompañaba al Rey, y de que habían viajado juntos hasta Torres Vedras, tierra de la Reina. Es admisible que la Reina residiese en Torres Vedras, en donde era dueña de unos pazos que mandó edificar.

En el momento de la muerte de su hermano, el infante Sancho de Castilla, obtuvo de su padre el derecho a heredar la Corona de ese reino, a pesar de los derechos que pertenecían al primogénito del difunto príncipe, en conformidad con la doctrina de las Siete Partidas promulgadas por su abuelo. Sustentado en sus pretensiones por la mayoría del pueblo, recibió el gobierno del reino en las Cortes de Valladolid, en abril de 1282; entonces procedió a la deposición del viejo rey Alfonso X el Sabio, que apenas recibió el apoyo de Badajoz y Sevilla. Aquí se refugió con el pequeño séquito que todavía le restaba fiel.

Cuando Beatriz se dio cuenta de la triste situación en que se encontraba su padre, decidió viajar a su encuentro.

Este desplazamiento provocó alguna contrariedad con su hijo Dionís, que el 22 de junio de 1282 celebró su matrimonio con Isabel de Aragón, mientras que Beatriz se encontraba en Serpa el 9 de octubre de ese año. Todo esto parece indicar que Beatriz no estuvo presente en las bodas reales de su hijo, por encontrarse entonces de camino a Sevilla. Su llegada a la ciudad andaluza se verificó en noviembre del mismo año. El día 8 de ese mes, el rey Alfonso X publicó la sentencia en que desheredaba al príncipe heredero Sancho. Entre los firmantes de la decisión figuran el mayordomo y el canciller de Beatriz. La circunstancia de que no conste la firma de la hija del monarca parece deberse a que la Reina no llegó a Sevilla hasta finales de ese año de 1282. Las diligencias de Beatriz apuntaban a que su hijo, el rey Dionís, apoyase a su padre Alfonso X, lo que no resultó posible, dado que el monarca portugués quiso mantenerse neutral en la contienda castellana.

Por razones del momento, Dionís, en la intimidad, apoyó a Sancho, lo que causó un profundo desacuerdo entre Beatriz y su hijo. En reconocimiento a la dedicación de Beatriz a su padre, éste le donó, el 4 de marzo de 1283, el territorio de Niebla, lo que tendría efecto a partir de la muerte del Rey con vigencia en vida de su hijo. Las negociaciones de paz fueron confiadas a la reina Beatriz y a María de Molina, mujer del infante Sancho. Alfonso X murió el 4 de abril de 1284.

Aún en vida, Alfonso X hizo donación a su hija, el 4 de marzo de 1283, de Moura, Serpa, Noudar y Mourão. Existen indicaciones de que Sancho IV no cumplió en la concesión del condado de Niebla con Beatriz, según había sido el deseo de Alfonso X. Los últimos años de Beatriz fueron atribulados debido a los constantes desacuerdos entre sus hijos y a la Guerra Civil de 1287 y 1299.

Falleció, al parecer, en Almoster, el 7 de agosto de 1306, a los cincuenta y cinco años. Fue sepultada en Alcobaça.

La reina Beatriz tuvo numerosa descendencia. La primogénita, Blanca, siguió la vida religiosa y fue abadesa de Lorvão y de las Huelgas de Burgos, donde falleció. Fernando nació en 1260 y falleció en 1262.

Dionís sucedió a su padre Alfonso III. Alfonso, que nació el 6 de febrero de 1263, fue señor de Portalegre, Castelo de Vide, Arronches, Marvão y Lourinhã, y murió el 2 de noviembre de 1312. Sancha nació el 2 de febrero de 1264 y falleció en 1302, cuando acompañaba a su madre a Sevilla. María, nacida el 21 de octubre de 1264, profesó a los veinte años en el monasterio de los canónigos de Santa Cruz de Coimbra, donde falleció el 6 de junio de 1304. Y Vicente, del cual apenas se sabe, nació el 22 de enero de 1268, falleció muy joven y fue sepultado en Alcobaça.

 

Bibl.: F. F. de la Figanière, Memorias das Rainhas de Portugal, Lisboa, Typographia Universal, 1859; A. Brandão, Cronicas de D. Sancho II e D. Afonso III, introd. de A. de Magalhães Basto, Porto, Civilização, 1940; R. de Pina, Cronica de D. Dinis, Porto, Civilização, 1945; A. Herculano, História de Portugal, notas críticas de J. Mattoso, t. III, Lisboa, Bertrand, 1980; M. González Giménez, Alfonso X el Sabio, Madrid, Ariel, 2004; J. Valdeón Baruque, Alfonso X el Sabio. La forja de la España Moderna, Madrid, Temas de Historia, 2004.

 

Humberto Baquero Moreno

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