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José Servando de Santa Teresa de Mier

Biografía

Mier, José Servando de Santa Teresa de. Monterrey (México), 18.X.1763 – Ciudad de México (México), 3.XII.1827. Fraile dominico (OP), escritor e ideólogo de la Independencia de México.

Nacido en el seno de una familia de la alta burguesía criolla novohispana, en 1780 ingresó en el convento de los dominicos de México, para después pasar al colegio de Porta Coeli, donde estudió Filosofía y Teología, recibiendo el título de doctor en esta última disciplina. Comenzó a ejercer como docente, dando muestras de sus excepcionales dotes como predicador, actividad que marcó el inicio de las múltiples aventuras que protagonizó. Su accidentada vida, que él mismo contribuyó a difundir y magnificar con sus escritos, ha desviado frecuentemente la atención de su novedoso pensamiento político: una ideología en la que se integraba el pasado prehispánico al constitucionalismo español para la construcción de la nueva nación mexicana.

El 12 de diciembre de 1794 pronunció un polémico sermón en el que dudaba de la veracidad de las apariciones de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego, afirmando la existencia de un cristianismo prehispánico. El sermón le valió al fraile ser detenido y procesado, siendo condenado al destierro en España por espacio de diez años, inhabilitado para predicar y enseñar y despojado del título de doctor. Antes de ser conducido a la Península, permaneció preso algunos meses en la fortaleza de San Juan de Ulúa (Veracruz, México).

Llegó a Cádiz en 1795, desde donde fue conducido al convento de Las Caldas (Santander). Logró fugarse, pero fue interceptado y recluido en el convento de San Pablo (Burgos), hasta 1796, año en que fue indultado por intervención del prior, afín a Mier ideológicamente. Viajó a Madrid y pidió que el Consejo de Indias revisara su caso, pero no tuvo éxito y en 1800 fue enviado nuevamente a un convento, esta vez en Salamanca, y de nuevo desobedeció las órdenes, por lo que fue detenido otra vez y encerrado en el convento de franciscanos de Burgos.

Logró fugarse, esta vez con éxito, y huyó a Bayona.

En 1802 viajó a Roma, donde pidió audiencia con el Papa. Como resultado de la reunión, Mier afirma que le fue concedida la secularización, aunque no existen documentos que lo prueben. Regresó a Madrid en 1803, siendo nuevamente apresado a causa de una sátira en defensa de México de la que fue autor.

Fue retenido en Los Toribios de Sevilla en 1804, evadiéndose, para ser una vez más detenido y vuelto a hacer prisionero. Tras fugarse, se recluyó en Portugal, donde fungió como secretario del cónsul español y en 1807 fue nombrado prelado doméstico por el Papa como gratificación por la conversión al cristianismo de dos rabinos acontecida durante su estancia en Bayona años antes.

En 1809, de nuevo en España, ejerció como cura castrense y capellán del batallón de voluntarios de Valencia, participando incluso en algunos combates de la Guerra de la Independencia. En Belchite, fue hecho prisionero por los franceses, escapando al poco tiempo. La regencia de Cádiz le ofreció una pensión, que Mier rehusó aceptar.

En 1811, tras el levantamiento independentista de Hidalgo en México, viajó a Londres con el fin de ganar adeptos para la causa independentista. En la capital británica entró a formar parte de la Logia Lautaro, que tenía como finalidad actuar a favor de la Independencia americana, y conoció a Blanco White y al padre Mina. Con este último regresó a Nueva España, donde se posicionó a favor de los insurrectos, por lo que fue aprehendido por los realistas en la rendición de Soto la Marina. En Ciudad de México fue recluido en la prisión de la Inquisición. Al disolverse esta institución, en 1820, el caso de Mier no había sido resuelto. Considerado peligroso, fue nuevamente condenado al destierro en España, pero huyó durante el trayecto a La Habana, desde donde partió a Estados Unidos.

Regresó a México, ya independiente, en 1822. Se libró de ser procesado gracias a que fue reconocida su intervención a favor del movimiento de emancipación.

Fungió como diputado por Nuevo León, su estado natal. Al ser coronado Iturbide Emperador, Mier fue detenido por considerársele contrario al Imperio.

Fue liberado tras la sublevación republicana de 1823.

El primer presidente, Guadalupe Victoria, le ofreció alojamiento en el palacio presidencial y le asignó una pensión vitalicia, que fue su medio de vida hasta 1827, año de su muerte.

 

Obras de ~: Historia de la revolución de Nueva España, antiguamente Anahuac o verdadero origen y causa de ella con la Relación de sus progresos hasta el presente año de 1813, Londres, Imprenta de G. Glindon, 1813 (ed. intr y notas por A. Saint-Lu y M.ª. C. Beñassy-Berling et al., París, Publ. de la Sorbonne, 1990); Carta de despedida a los mexicanos, Puebla (México), 1821; Memoria político-instructiva, enviada desde Filadelfia en agosto de 1821, a los jefes independientes de Anáhuac, llamado por los españoles Nueva España, Filadelfia, 1821; Memorias del Dr. Servando Teresa de Mier, México, 1856; Escritos inéditos de Fray Servando Teresa de Mier, intr. notas y ordenación de textos por J. M. Miquel i Verges y H. Díaz -Thomé, México, El Colegio de México, 1944.

 

Bibl.: E. O’Gorman, “Pólogo”, en S. Mier, Selección de sus obras, México, Imprenta Universitaria, 1945; A. Reyes, Fray Servando Teresa de Mier, México, PRI, Comisión Nacional Editorial, 1976; E. O’Gorman, “Pólogo”, en S. Mier, Ideario político, México, Biblioteca Ayacucho, 1978; Obras Completas, México, Universidad Nacional Autónoma, 1988; A. Saint-Lu y M.ª C. Beñassy-Berlin et al.,“Introducción”, en S. T. de Miers, Historia de la Revolución de Nueva España, antiguamente Anahuac, 1990; M. Ortuño, Mina y Mier, un encuentro, Jalisco, El Colegio de Jalisco, 1996; J. Hernández Quezada, “No está en mis manos escribir sin vehemencia”. Autobiografía y picaresca en las “Memorias” de Fray Servando, México, Conaculta, 2003.

 

Eva Sanz Jara