Amigo, Martín. Vitoria (Álava), c. 1630 – Bilbao (Vizcaya), c. 1695. Pintor.
Hijo del dorador de retablos de Vitoria Juan de Amigo, se traslada con él a Bilbao, donde desde el año 1650 se ocupan en policromar el retablo mayor de la basílica de Begoña, que hacía muy poco (1646) habían acabado el retablista Antonio de Alloytiz y el pintor de caballete Gaspar Vistal. Y en pintar historias sacras y retratos se fue especializando Martín, logrando gran reputación en Bilbao, donde comunidades religiosas e instituciones civiles y los particulares recabaron su colaboración muchas veces. Varias de sus obras se conservan, pero otras han desaparecido.
Respecto de los particulares, en lo que parece que tuvo más competencia fue en la tasación de inventarios y lotes de pintura, como los que poseían los potentes comerciantes Gabriel del Barco y Diego de Allendesalazar, en 1677 y 1671, respectivamente.
De su aprendizaje nada se sabe, pero hay que suponerlo en Madrid y bajo la órbita del primer barroco madrileño, el de Rizi, Carreño y otros maestros afines postenebristas: equilibrio entre el claroscuro y los colores acaramelados y matizados, gran sujeción al dibujo, etc. En cuanto a los modelos, con toda evidencia derivan de estampas tanto del manierismo italiano como del flamenco. Sí se conoce, en cambio, su propia actividad docente, pues admite en varias ocasiones a aprendices; en una de ellas, en 1667, “apareja” durante seis años y medio a un chico asturiano, Alonso Barela.
Ese mismo año coincide con la contratación de cuatro pinturas para el consulado de Bilbao: tres santos vinculados a la protección de los negocios del mar (San Pedro, San Andrés y San Nicolás), más Santiago, patrón de la villa (y del propio consulado). Y en 1674 otros dos lienzos, sendos retratos de Fernando el Católico y Carlos V; y dos más en 1688. Años antes, en 1671, fecha en que contrae matrimonio con Luisa Moreno Ybarra, se tiene la noticia de que cuando se pretende hacer el retablo de las Ánimas de la iglesia bilbaína de San Nicolás, se pone como condición que el tallista, Domingo de Garaitaondo, debe reproducir una estampa dibujada por Martín de Amigo.
Evidentemente, el pintor se había convertido para entonces en un referente en Bilbao. No se conserva el retablo.
Otro conjunto es el de dos lienzos (1688) para el retablo mayor del convento de la Concepción en Bilbao, que fueron calcinados durante la Guerra Civil española. No así el Ecce Homo del ático del retablo de la Dolorosa de la Cofradía de la Vera Cruz de Bilbao (1694) —según el modelo tradicional italiano de medio cuerpo— ni la pintura de San Pelayo de la ermita de Beléndiz-Arrazua-Vizcaya, ni un lienzo del Museo de Bellas Artes de Bilbao, de formato bastante grande, ni el que representa un navío en Arcenillas (Zamora). También debió de dominar el retrato del natural, porque hace no muchos años el Museo de Bellas Artes de Bilbao adquirió un grabado de Jacob Sandrart que reproduce la efigie que el pintor Martín de Amigo hizo del mercader alemán Johann Golling, que posa elegantemente vestido y de cuerpo entero sobre un paisaje urbano de la villa.
Obras de ~: San Pelayo, ermita de Beléndiz (Vizcaya), 1680; Lienzo de un navío, sacristía de Arcenillas (Zamora), c. 1680; Ecce Homo, retablo de la Vera Cruz en Santos Juanes (Bilbao), 1694; Expectación ante la promesa del Mesías, Museo de Bellas Artes de Bilbao, c. 1694.
Bibl.: J. Á. Barrio Loza, “Nota sobre un pintor barroco vasco mal conocido: Martín Amigo”, en Urtekaia-Anuario, Bilbao, Museo de Bellas Artes, 1989, págs. 37-40.
José Ángel Barrio Loza