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Aurelio Bibiano Arteta Errasti

Biografía

Arteta Errasti, Aurelio Bibiano. Bilbao (Vizcaya), 2.XII.1879 – México, 10.XI.1940. Pintor.

Arteta fue uno de los pintores más interesantes y significativos del primer “Novecento” con notables aportaciones en el campo del modernismo, el novecentismo y el cubismo sintético.

Según testimonios familiares y orales, Aurelio Arteta nació en el seno de “una familia republicana, liberal y muy vasca”, cuyo padre llegó a la capital vizcaína para trabajar en la Estación del Norte. Eusebio Arteta Labrador era natural de Barbastro (Huesca), y su madre, Petra Errasti Zabala, había nacido en Bilbao. La familia permaneció en Bilbao hasta 1894, cuando su padre Eusebio fue trasladado al depósito ferroviario de la Estación de Valladolid.

Pocos o casi nulos son los datos que se conocen de los primeros estudios realizados por Arteta antes de su ingreso, a la edad de catorce años, en la Escuela de Artes y Oficios de la capital vizcaína, donde permanecerá un año. En la Escuela, promovida por el liberal Pablo de Alzola y Minondo, se tendía a democratizar el arte, a bajarlo de su pedestal y a tomar en consideración las obras de arte industrial y el mercado nacional.

Un nuevo paso supuso la formación artística de Arteta en la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid.

Pocos años, probablemente tres o cuatro (1894- 1898), pero realmente importantes para su formación fueron estos de Valladolid antes de desplazarse a Madrid.

Aquí conoció a quien sería uno de sus mejores amigos a lo largo de toda su vida, al pintor modernista y gran dibujante Anselmo Miguel Nieto (Valladolid, 1881-1964), con quien compartió bohemia y dificultades, ideales e ilusiones, en las primeras etapas de su trayectoria. En la Escuela tuvieron como profesores a José Martí y Monsó y a Luciano Sánchez Santarén, quienes les enseñaron las técnicas artísticas más elementales, entre ellas las artes gráficas. En este primer momento también pintó algunos paisajes de Castilla.

A Madrid llegó Arteta en septiembre de 1898, el año de las desilusiones coloniales. Arteta aspiraba a estudiar en la escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando y allí llegó con pocos medios económicos.

Entre 1898 y 1901 tuvo que ejercer, para vivir y poder estudiar, diversos oficios: pintor de brocha gorda, retocador de grabados, litógrafo, dibujante de periódicos y de revistas de modas y de zapatos, comparsa del teatro Real. Al mismo tiempo se matriculó, como alumno libre en la Escuela de Bellas Artes, de diversas asignaturas; lo que ralentizó su expediente académico.

Alcanzó primera medalla durante el primer curso y se distinguió en dibujo del natural logrando el primer lugar.

De este primer momento se conservan algunos dibujos de personajes de la época, realizados como ilustración a tinta china y plumilla para la prensa, así como algunos dibujos de gran formato realizados en la Escuela de San Fernando. De este momento son también los Retratos de sus padres, de corte académico, su primer Autorretrato, y La huelga contemplada en tierras castellanas (c. 1898).

Tras conseguir la Beca de Pintura de la Diputación de Vizcaya, se traslada a París con el escultor Quintín de Torre el 15 de noviembre de 1902, ubicándose en la buhardilla de la calle Belloni, n.º 7. Allí pintará Pórtico de una iglesia de Vizcaya antes de la misa (c. 1904), y La modelo (c. 1902), obra más naturalista e influenciada por el primer Picasso.

En 1906, Arteta viajará a Italia en compañía de Quintín de Torre, lo que le llevará a conocer en directo los grandes conjuntos de pintura al fresco del renacimiento italiano, y ejecutará además algunos paisajes como Jardín de Roma y Ruinas de las afueras de Roma.

Con el bagaje de sus experiencias parisina e italiana, Arteta inicia a partir de 1906 la maduración de su estilo personal, instalando su primer estudio en los muelles de Uribitarte de Bilbao, frente a la ría, para pasar posteriormente a otro de la cercana calle Ibáñez n.º 13, frente al de su amigo Alberto Arrúe. Es probablemente este el lugar desde el que Arteta pintó El campo de Volantín desde mi estudio, La Sendeja, y Plaza de Zabálburu, así como numerosos dibujos de calles, plazas y callejuelas en las que el artista plasma un paisaje urbano y social en plena transformación.

Tras su paso por estas capitales se advierten en Arteta cuatro influencias fundamentales: la de Toulouse- Lautrec (dibujo), en obras costumbristas como Salida de misa, Procesión de Ceánuri, Las lecheras (1905-1910), y las de Gauguin (colorido), Pubis de Chavannes (simbolismo) y Picasso (iconografía) en obras como Romería en Durango, Mirentxu, Plaza Vascongada, Los cordeleros (c. 1910) y en gran parte de la producción posterior de esta década. Quizás la obra cumbre de este período sea la pintura simbolista La pereza y el trabajo (c. 1907-1910), en la que utiliza un lenguaje moralizante parecido al de sus amigos Nieto y Romero de Torres, asiduos como él a la tertulia del Café de Levante de Madrid. En la misma dirección se mueve también la obra Eva arratiana realizada para la Sociedad Bilbaína.

Entre los arquetipos temáticos más frecuentes de esta década se hallan los txos (marineros) y las maternidades artetianas. De los primeros se conocen hasta cuatro versiones diferentes, además de otras composiciones afines: La galerna, En el puerto (1910-1913). Frente a ellos se alzan las versiones más estáticas de sus maternidades, que arrancan con La crianza (c. 1913-1915) y culminan con Mirentxu (c. 1915-1916), emparentadas con el Picasso azul y rosa. De este momento serán también algunas de sus obras más conocidas por el gran público: Despedida de las lanchas, Pareja de novios, Viuda y Viuda de Ondárroa.

Arteta fue miembro de la primera junta directiva de la Asociación de Artistas Vascos creada en Bilbao para el fomento de las artes poco antes de 1911 y participó activamente en cuantas iniciativas se llevaron a cabo: exposiciones colectivas en Bilbao, Eibar, Madrid y Barcelona.

En 1915 contrajo matrimonio con Natividad Villarreal (1893-1921), de la que en 1916 tendrá su primer hijo, Aurelio Arteta Villarreal. Natividad fallecerá en un sanatorio antituberculoso de la sierra del Guadarrama en 1921.

La década de los años veinte supone la consagración de Arteta desde el punto de vista crítico y social, recibiendo además uno de los encargos más importantes de toda su carrera: la decoración mural del vestíbulo del Banco de Bilbao de Madrid (1923), por la que cosecha uno de sus primeros éxitos a nivel estatal.

El ciclo decorativo está compuesto por doce frescos: El trabajo intelectual, El sembrador o La Agricultura, La recolección, Las cargueras del muelle, Los descargadores, El astillero, La fundición, El ferrocarril, Pesquero de arribada, Pescadores en el muelle, La mina y Las artes.

Aunque estos frisos poseen una gran carga simbólica, no cabe duda de que Arteta prefirió utilizar códigos realistas que fueran fácilmente comprendidos por la inmensa mayoría, siendo sus referentes imaginarios Constantin Meunier y Arthur Kampf, y los literarios, Verhaeren y Tomás Meabe.

A comienzos de esta década, Arteta se convertirá también en uno de los retratistas preferidos por la burguesía culta y acomodada de Bilbao, por lo que retrató a una serie de personajes ligados al mundo financiero y político de la ciudad: Retrato de la familia Madariaga-Astigarraga (1921), Familia Viguera-Bidea (1921), Berta Jiménez Eguizabal (c. 1917-1919), Enrique Ocharan (1920), Alfonso XIII (1923), Laureano Jado (c. 1927), Conde de Aresti (1930), El almirante Pedro de Zubiaur (1928). Vázquez Díaz y Sunyer son algunos de sus referentes más próximos.

El interés que el entorno fabril y minero de la Villa de Bilbao vuelve a despertar en el pintor queda patente en un conjunto de espléndidos lienzos: Barrio obrero (c. 1920), Salida de una fábrica (c. 1920) y, sobre todo, El puente de Burceña (c. 1925-1930).

Tras la realización y el reconocimiento público de los frescos del Banco de Bilbao, Arteta volvió a Bilbao donde fue nombrado director del Museo de Arte Moderno en 1924, museo que estaba ubicado en los locales de la Diputación y para el que montó diversas exposiciones y adquirió obras de Sunyer, Valle, Iturrino, los Arrúe, Bikandi, Aranoa, Olasagasti, Pérez Orúe y Urrutia. Arteta dimitió del cargo en 1927 por diversas críticas vertidas desde el Ayuntamiento a su política de adquisición de obras.

Arteta tomó parte, junto con otros pintores vascos, en la primera Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos, considerada como uno de los acontecimientos más importantes en la difusión del arte moderno en España. Junto a los Ucelay, Ferrant, Dalí, Bores, Solana, Cristóbal Ruiz, Piñole y los Zubiaurre, Arteta envió Figura de mujer y cuatro cartones preparatorios de los frescos del Banco de Bilbao. Su lenguaje era “medio y equilibrador”, pero no vanguardista ni rupturista.

Ricardo Bastida, el arquitecto del Banco de Bilbao de Madrid, volvió a encargar a Arteta el friso de la capilla del nuevo Seminario Conciliar de Logroño dedicado a La vocación de los apóstoles (1927-1928). Se trata de un hermoso friso de corte clasicista y simbolista.

Cristo y los apóstoles son contemplados desde el cielo por María, una corte de ángeles y el Padre eterno.

El 19 de abril de 1929, Aurelio Arteta vuelve a casarse con Amalia Barredo Ezquerra, quien había sido su modelo. Amalia aportaba un hijo anterior al matrimonio, Andrés, que será adoptado por el pintor. La pareja tendrá un segundo hijo, Aurelio Arteta Barredo.

Arteta realiza también una serie de interesantes pinturas entre 1925-1930, como Pelotaris/Juego de pelota, Txo y sardinera y Pescadores, además de una serie de caseras o baserritarras con burro, entre las que se encuentran: De cháchara, La chica del burro, La lechera, u otras obras más simplificadas y cubistificadas como Mujeres en el monte, Lavanderas, Pescadora, Marinero en Miravilla, Txo y sardinera, Arrantzales/Marineros y Pescadores. Las formas simplificadas que Arteta utiliza en estas obras enlazan con las volumetrías de Pablo Gargallo, con las síntesis poscezanianas de Vázquez Díaz y con el cubismo curvilíneo de Picasso.

El tema se vuelve anecdótico y la representación es más intelectual que plasmación de la realidad exterior, aunque sin llegar al extremo de la experimentación cubista.

Con la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931 y consolidada su trayectoria, Arteta recibirá importantes premios de las instituciones artísticas oficiales, será nombrado profesor de la Escuela Superior de Pintura de Madrid y recuperará su puesto de director del Museo de Arte Moderno de Bilbao.

Durante estos años tomará parte activa en la política republicana que habría de propiciar la renovación de las instituciones artísticas dependientes del Estado.

El año 1932 Arteta obtuvo en la Exposición Nacional un rotundo éxito con Los náufragos o los hombres del mar, consiguiendo una medalla de primera clase.

De los náufragos se conocen al menos cuatro versiones, además de numerosos dibujos y bocetos sobre papel y cartón.

Se trata de un tema al que este artista volvió una y otra vez a lo largo de casi quince años, y que debe ser entendido como una personal versión del pintor sobre el existencialista tema del “sentimiento trágico de la vida”. Arteta plasmó la escena por primera vez en la revista España a comienzos de 1917 con el título de Fraternidad. La última versión fue adquirida por el Estado por seis mil pesetas, y seleccionada para representar a España en la XIX Bienal de Venecia de 1934.

Basada en la filosofía existencialista de Kierkeegard y Unamuno, parece representar de manera simbólica al ser arrojado a la existencia y al mundo.

Al igual que lo harán los noucentistas, Arteta plasmará también el tema de las bañistas en una serie de obras como Las bañistas, Las tres gracias y La bañista, en las que late la voluntad de hacer arte por encima de las modas pasajeras. Con una de sus Bañistas (1930) ganó Arteta el primer premio del Concurso Nacional de pintura de 1935.

En la plenitud de su vida y de su obra, y disfrutando de un amplio reconocimiento social, Aurelio pinta entre 1930-1935 obras como La despedida, El acordeonista, Layadores y Arrantzales. En ellas el mundo idílico y rural pierde importancia ante la rotundidad y frescura del trabajo plástico del pintor. Las dos últimas obras fueron expuestas en el Pabellón Español de la exposición Internacional de París de 1937.

El levantamiento del 18 de julio de 1936 sorprende a Arteta en Madrid, donde se hallaba preparando unas oposiciones. Arteta no fue hombre de partido, y aunque simpatizante de la izquierda republicana, durante la guerra trató de mantener su independencia, no comprometiéndose con una opción política determinada. Permaneció en Madrid hasta finales de 1936. El 1 de diciembre abandona la ciudad en compañía de otros artistas e intelectuales, siendo evacuado a Valencia por el Quinto Regimiento. Arteta colabora en la revista Madrid, diseña un cartel de apoyo al Gobierno Vasco, Valencia en homenaje a Euzkadi, y realiza también diversos dibujos e ilustraciones sobre el tema de la guerra.

En 1937 se traslada de Valencia a Barcelona donde participa con varios artistas en la creación de una editorial para la educación de la juventud. Tras un breve viaje a París, decide aguardar en Biarritz junto con su familia el final de la guerra. Se instala en una casa cedida por el arquitecto Nemesio Sobrevila y abre un pequeño taller en la calle Gaston Larre, junto al popular café Maitena.

En Biarritz realiza una serie de obras de temática bélica, por las que será considerado como uno de los mejores intérpretes de la desolación y la destrucción causadas por la guerra civil, como Evacuación de un pueblo, o la trilogía El éxodo, El frente y La retaguardia, que componen el llamado Tríptico de la guerra (c. 1937-1938). Las formas están ya dentro del cubismo sintético. Algunos artistas y diplomáticos quisieron que sustituyera en el Pabellón de España en París al Guernica de Picasso, cosa que no gustó nada a Arteta.

Traza también para el comedor de París del matrimonio Faure-Gallastegui Romería con ikurriña, hoy en la sede del Parlamento Vasco.

El 26 de mayo de 1939, Arteta y su familia parten hacia México en el buque Sinaia desde el puerto de Sete, en el sur de Francia. A su llegada a la capital mexicana, encuentran acomodo en casa de la familia del médico bilbaíno Francisco Belausteguigoitia, representante del Gobierno vasco. Arteta vive de hacer retratos: Indalecio Prieto, Cecile Jacquet y sus hijos, Amaya Belausteguigoitia, y también realiza el importante tríptico Pescadores de Bermeo, Romería vasca y Romería, así como otras obras de tema mexicano.

La recién iniciada carrera de Arteta se trunca el 10 de noviembre de 1940, cuando un desafortunado accidente de choque de tranvías siega la vida del pintor en la ciudad de México. La noticia llegó a España a través de la prensa.

 

Obras de ~: Retratos de sus padres; Autorretrato; La huelga, c. 1898; Pórtico de una iglesia de Vizcaya antes de la misa, c. 1904; La modelo, c. 1902; Jardín de Roma, 1906; Ruinas de las afueras de Roma, 1906; El campo de Volantín desde mi estudio; La Sendeja; Plaza de Zabálburu; Salida de misa; Procesión de Ceánuri; Las lecheras; Romería en Durango; Mirentxu; Plaza Vascongada; Los cordeleros, c. 1910; La pereza y el trabajo; Eva arratiana; La galerna; En el puerto, 1910-1913; La crianza, c. 1913-1915; Mirentxu, c. 1915-1916; Despedida de las lanchas; Pareja de novios; Viuda; Viuda de Ondárroa; Retrato de la familia Madariaga-Astigarraga, 1921; Familia Viguera-Bidea, 1921; Berta Jiménez Eguizabal, c. 1917-1919; Enrique Ocharan, 1920; Alfonso XIII, 1923; Laureano Jado, c. 1927; Conde de Aresti, 1930, El almirante Pedro de Zubiaur, 1928; Barrio obrero, c. 1920; Salida de una fábrica, c. 1920; El puente de Burceña, c. 1925-1930; Figura de mujer; Friso de la capilla del nuevo Seminario Conciliar de Logroño dedicado a la vocación de los apóstoles, 1927-1928; Pelotaris/Juego de pelota; Pescadores; De cháchara; La chica del burro; La lechera; Mujeres en el monte; Lavanderas; Pescadora; Marinero en Miravilla; Txo y sardinera; Arrantzales/Marineros; Pescadores; Los náufragos; Los hombres del mar; Fraternidad; Las bañistas; Las tres gracias; La bañista; La despedida; El acordeonista; Layadores; Arrantzales; Valencia en homenaje a Euzkadi; Evacuación de un pueblo; El éxodo; El frente; La retaguardia; Tríptico de la guerra, c. 1937-1938.

 

Fuentes y bibl.: Archivo familiar Ascensio Martiaren.

I. Zubialde, “Exposición Internacional de Pintura y Escultura”, en Hermes (Bilbao), n.os 46-47 (1919); R. Sota, Souvenir d’Arteta, Biarritz, 1940 (inéd.); J. Zuazagoitia, Artículos, Bilbao, Diputación de Vizcaya, 1959; S. Amón, Dibujos de Aurelio Arteta, Madrid, Ibérico Europea de Ediciones, 1972; J. Puente, La hora contradictoria, extrema y “clásica” de Aurelio Arteta, Arteta en el Banco de Bilbao, Madrid-Bilbao, 1973; M. Llano Gorostiza Arteta en el Banco de Bilbao, Madrid, 1973; M. Llano Gorostiza, A. Arteta. Dibujos, Bilbao, Amigos de la Pintura, 1974; M. Llano Gorostiza, Pintura Vasca, Bilbao, Grijelmo, 1980; J. Brihuega, La Vanguardia y la república, Madrid, Cátedra, 1982; V. Ducoureau y E. Kortadi, Aureliano Arteta, catálogo de exposición, Bayonne, Musée Bonnat, 1984-1985; A. M. de Guasch, Arte e ideología en el País vasco, Madrid, Akal, 1985; A. Moya, Arte y artistas vascos de los años 30, San Sebastián, Diputación Foral, 1986; M. Flores Kaperotxipi, Pintore euskaldunak eta ez euskaldunak, San Sebastián, Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, 1989; E. Carmona, Picasso, Miró, Dalí y los orígenes del arte contemporáneo en España. 1900-36, Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 1991; E. Kortadi, Aurelio Arteta, una mirada esencial. Entre la renovación y las vanguardias, 1879- 1940, Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1998.

 

Edorta Kortadi Olano