Arteaga y Echagüe Silva y Méndez de Vigo, Joaquín Ignacio de. Duque del Infantado (XVII), marqués de Santillana (XVIII). San Sebastián (Guipúzcoa), 5.IX.1870 – Madrid, 14.I.1947. Aristócrata, empresario, político y abogado.
Miembro de una de las familias de mayor abolengo de la antigua nobleza española, la de Mendoza-Infantado, fue hijo de Andrés Avelino de Arteaga y Silva Carvajal, marqués de Valmerdiano y XVI duque del Infantado. Joaquín Ignacio de Arteaga casó el 8 de noviembre de 1894 con Isabel Falguera y Moreno, condesa de Santiago. En 1910 heredó la Casa de Infantado. Concentró además diversos títulos, como los de conde de Valmediano, Ariza, Serrallo y Saldaña, marqués de Campoo y Cea, o el almirantazgo de Aragón. Grande de España y miembro de la Diputación Permanente y del Consejo de la Grandeza de España, fue designado también presidente del Consejo de Órdenes Militares en 1915, coronel honorario del Regimiento de Órdenes Militares en 1920 y caballero de la Orden del Toisón de Oro en 1916.
Estudió en los colegios de la Compañía de Jesús de Zaragoza y Chamartín, y cursó la licenciatura de Derecho. Políticamente se identificó siempre como monárquico independiente, si bien situándose en posiciones conservadoras muy próximas a las encarnadas por Francisco Silvela o Antonio Maura. Obtuvo acta de diputado como católico por el distrito de Zumaya (Guipúzcoa) en 1896, y fue diputado por esa provincia en sucesivas legislaturas hasta el año 1918. Gentilhombre de Cámara y amigo personal de Alfonso XIII, participó de manera asidua en la vida cortesana, y acompañó al Monarca en diversos viajes, como los realizados a París en 1905 y a Londres en 1906.
Arteaga heredó uno de los principales patrimonios rústicos, que fue tasado en 1932 por el Instituto de Reforma Agraria en 17.171 hectáreas repartidas por varias provincias españolas. Sin embargo, el rasgo más destacable de su biografía se refiere a sus actividades empresariales, desarrolladas en el ámbito industrial y los servicios. Es este un aspecto que lo aleja de los comportamientos rentistas extendidos entre la vieja nobleza de su tiempo. Comprometiendo inicialmente parte del patrimonio familiar, desde 1897 se interesó por el negocio de abastecimiento de agua y explotación eléctrica. Entre aquel año y 1898 adquirió diversas concesiones de obras en Guadarrama, e inició la ampliación de una presa y la construcción de un canal desde el Manzanares para la regularización de su caudal, su explotación eléctrica y el futuro abastecimiento de agua a Madrid y Fuencarral.
Por concesión oficial de abril de 1900 se le otorgó el suministro a diversas barriadas del Ensanche y de la zona norte del extrarradio, entonces no cubierto satisfactoriamente por el Canal de Isabel II. Aquel mismo año adquirió también varios terrenos en Manzanares el Real y Colmenar, y en marzo de 1901 se le otorgó el abastecimiento de agua a esta última localidad.
Tras la realización de varias obras de infraestructura en la sierra norte de la provincia de Madrid, en 1903 inició la explotación de la central de Colmenar, lo que permitió la llegada de fluido de origen hidroeléctrico por primera vez a la capital. Asimismo, por Real Orden de febrero de 1904 se le concedió permiso de obras para la ampliación de una presa en el Manzanares y la construcción de otra en el río Guadarrama.
Las necesidades de capitalización conllevaron la constitución de la sociedad anónima Hidráulica Santillana en enero de 1905, de la que Arteaga fue presidente. Aportó cuatro de los cinco millones de pesetas previstos en el capital social inicial, y se aseguró un control absoluto de la empresa, desarrollando personalmente las labores de dirección y gestión de la sociedad.
Los proyectos de abastecimiento de agua a Madrid de Hidráulica Santillana provocaron un complejo litigio de intereses contra el Canal de Isabel II que se prolongó hasta 1928. En 1907, el comisario regio del Canal, Joaquín Sánchez de Toca, presentó un plan de obras donde se preveía el suministro a los barrios altos de Madrid. Ello vulneraba los derechos y expectativas de Arteaga, que planteó diversas reclamaciones ante el Ministerio de Fomento y varios tribunales. A ello se añadió que, a partir de 1912, la compañía se situó en una posición secundaria en el sector eléctrico madrileño, tras el compromiso de reparto del mercado suscrito por Hidroeléctrica Española y Unión Eléctrica Madrileña. En 1930, Unión Eléctrica adquirió un paquete mayoritario de acciones de la Hidráulica, así como la totalidad de las cédulas de fundador.
En las décadas de 1910 y 1920, Arteaga adquirió y restauró diversas propiedades dispersas del patrimonio familiar tras las quiebras patrimoniales de las Casas de Osuna e Infantado. En 1916 financió la restauración “material y moralmente” (C. de Arteaga, 1944, II: 517) del Real Colegio de España o de San Clemente de los Españoles en Bolonia (Italia), en cuya historia fue patrono decisivo. Durante este período estuvo presente en varios consejos de administración, entre ellos en los del Banco Hipotecario, Electra de Lorca, Ferrocarriles Andaluces o Ferrocarriles de Soria a Navarra.
Desde 1924 formó parte del Consejo de personalidades de la Federación de Industrias Nacionales.
Entre 1919 y 1923 ocupó un escaño como senador por derecho propio, y fue designado miembro de la Asamblea Nacional en septiembre de 1927. Si bien no tomó parte activa en los movimientos insurreccionales contra el régimen republicano, dos de sus hijos, el duque de Francavilla y el conde de Serrallo, participaron en la conspiración de agosto de 1932.
Al iniciarse la Guerra Civil, Arteaga se encontraba en Madrid, y pidió asilo en la Embajada de Checoslovaquia.
Logró pasar a la zona franquista en marzo de 1937. Su carrera política concluyó con su designación por el jefe del Estado como procurador a Cortes en la I Legislatura (1943-1946).
Obras de ~: Obras de la presa y canal del Manzanares, Madrid, Tipo-litografía de A. M. Crespo, 1898; Por el Rey y por la Patria. Discurso pronunciado en el Congreso de los Diputados el día 13 de noviembre de 1918 por el Excelentísimo señor Duque del Infantado, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1918; Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España. Honores y prerrogativas de los Grandes de España. Discurso pronunciado por el Excelentísimo señor Duque del Infantado en la Asamblea General de 29 de diciembre de 1928, publicado por acuerdo de dicha Junta, Madrid, 1929; El Cardenal Don Gil de Albornoz y su Colegio Mayor de los Españoles en Bolonia. Conferencia pronunciada el 15 de diciembre de 1934 en la Iglesia de San Esteban, de Cuenca, Madrid, C. Bermejo, 1944.
Fuentes y bibl.: Archivo del Senado, HIS-0230-04; Archivo de la Villa de Madrid, Secretaría, 17-46-102, 17-46- 105, 17-46-106, 17-47-2, 18-209-17, 18-209-47 y 20-394-3; Archivo Maura, 46-16, 99-1; 394-13 y 450-7.
VV. AA., Programa de obras y plan financiero presentado al Consejo de Administración de este Canal por el Comisario Regio Don Joaquín Sánchez de Toca, Madrid, Imprenta Municipal- Canal de Isabel II, 1907; Expedientes sobre tramitación e incidencias de la propuesta del Marqués de Santillana para que el Canal de Isabel II compre aguas al Manzanares. Informe elevado al Excelentísimo señor Ministro de Fomento por el Comisario Regio Señor D. Joaquín Sánchez de Toca, 24 de enero de 1908, Madrid, Imprenta Municipal, 1908; VV. AA., Antecedentes relacionados con la concesión hecha al Excelentísimo señor Marqués de Santillana para abastecimiento de aguas, Madrid, Imprenta Municipal, 1912; F. Suárez Inclán, Municipalización y abastecimiento de agua en Madrid. Consideraciones de orden jurídico y social, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1927; C. Arteaga y Falguera, La Casa del Infantado, cabeza de los Mendoza. La compuso Cristina de la Cruz de Arteaga. La publica el Duque del Infantado, t. II, Madrid, Imprenta C. Bermejo, 1940, págs. 394-452; J. M. Sanz García, “El Marqués de Santillana que trajo agua a Madrid”, en Anales del Instituto de Estudios Madrileños, vol. XXVIII (1989), págs. 335-354; J. C. Rueda Laffond, El agua en Madrid. Datos para la historia del Canal de Isabel II, 1851-1930, Madrid, Fundación Empresa Pública, 1994 (Documento de Trabajo 9405), págs. 106-121; G. Villanueva Larraya, Hidráulica Santillana: cien años de historia, Madrid, G. Blázquez, 1995; J. M. Sanz García, La lucha por el agua entre Santillana y el Canal, Madrid, Artes Gráficas Municipales, Área de Régimen Interior y Personal, 1997.
José Carlos Rueda Laffond