Silva de Gurruchaga, Martina. Salta (Argentina), 3.XI.1790 – 5.III.1873. Patricia, independentista.
Fue bautizada en la Iglesia de San Juan Bautista de La Merced por fray Felipe Cazalez. Su madre fue la salteña María Isidora Fernández de Córdoba, descendiente de los nobles españoles que se establecieron en dicha provincia. Su padre, el bonaerense Marcelino Miguel de Silva, se estableció en Salta hacia fines del siglo xviii como secretario del Tribunal de la Real Hacienda.
Más tarde, ejerció de escribano secretario del Cabildo salteño, cargo que ejerció hasta 1826.
En el año 1810 doña Martina contrajo nupcias con José Fructuoso de Gurruchaga, patriota salteño —hijo de Pedro Antonio de Gurruchaga y Álzaga y de Manuela Fernández Pedrozo y Aguirre— recién llegado de España donde había trabajado con su hermano Francisco y el grupo de Miranda, José de San Martín, Bernardo de O’Higgins y otros, en torno a las llamadas “Nuevas ideas”, preparando la revolución independentista. Era asimismo ministro de la Real Hacienda de su provincia y acaudalado comerciante.
Comprometida con los sucesos emancipadores de los que era testigo, doña Martina hospedó en su residencia de Los Cerrillos a varios próceres, entre otros a Juan Martín de Pueyrredón, Rondeau, Vicente López y al mismo Manuel Belgrano cuando éste llegó a Salta, tras la batalla de Tucumán. Los patriotas salteños debían moverse con cautela porque esta provincia estaba tomada por los realistas. El esposo de doña Martina hizo importantes donaciones de paño azul para los uniformes de la tropa. Asimismo ella se ocupó de equipar y armar una partida numerosa de paisanos y, en vísperas de la batalla de Salta (20 de febrero de 1813), penetró en el campo de Castañares al frente de sus hombres, los presentó al general junto con una bandera por ella bordada. El general la premió con el título de capitana del Ejército patriota y le obsequió con un manto de seda con la leyenda “A la benemérita patriota Capitana del Ejército doña Martina Silva de Gurruchaga”. Tanto doña Martina como su esposo sostuvieron económicamente la causa revolucionaria con fuertes donaciones y hay constancia de que en 1820 esta dama donó de su propio peculio 20.000 pesos fuertes.
Falleció en su ciudad natal. En 1954 una urna con sus cenizas fue llevada a la Catedral de Salta. El Museo Histórico de Luján guarda un retrato suyo.
Bibl.: L. Sosa de Newton, Diccionario biográfico de mujeres argentinas, Buenos Aires, Plus Ultra, 1980; M. de París, Amantes, cautivas y guerreras, Buenos Aires, El francotirador ediciones, 1996;
Andrea María Bau