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Juana Gabriela Moro Aguirre de López

Biografía

Moro Aguirre de López, Juana Gabriela. La Emparedada. Jujuy (Argentina), 26.III.1785 – ?, s. XIX. Independentista.

Fueron sus padres Antonio Moro Díaz y Faustina de Aguirre Portal. Su padre había nacido en Asturias y fue uno de los fundadores de Orán en 1794 —junto con Ramón García Pizarro y con Pueyrredón—, gracias a una merced del gobernador García de León y Pizarro.

De esta forma trasladó ganados y efectos provenientes de Severino, una finca que poseía su esposa en Perico de El Carmen. Fue, asimismo, escribano mayor y secretario de la Intendencia de Salta. En 1803 Juana contrajo matrimonio con el capitán salteño Jerónimo López, hijo de Gregorio López y de Manuela Carabajal.

Su única hermana fue Magdalena Moro y Aguirre, monja del Convento de Santa Teresa de Potosí.

Fuertemente comprometida con la lucha que se entablaba en el Norte contra las tropas realistas, Juana Gabriela pergeñó, junto con otras señoras, un plan para debilitar al enemigo, el cual consistía en seducir a oficiales enemigos para privar al ejército de su fuerza en el momento de la acción. Ella sedujo al marqués de Yavi, jefe de la Caballería. Lograron así que estos oficiales abandonaran las filas del ejército el mismo día de la batalla de Salta, comprometiéndose además a regresar al Perú y defender la causa de la revolución.

Más tarde, cuando Joaquín de Pezuela invadió Jujuy en 1814, tras las batallas de Vilcapugio y Ayohuma, Juana fue confinada a su casa, tapiadas sus puertas y condenada a morir de hambre y sed. Sólo pudo salvar su vida una vecina que horadó el muro salvándola de morir de inanición. Este episodio le valió el apodo de La Emparedada. Otras osadas acciones que hizo en pro de la causa patriota fue disfrazarse de coya y atravesar valles y quebradas para ir tras los pasos del general Juan Antonio Álvarez de Arenales para conocer la posición exacta de su ejército. Luego se presentó en la casa de María Serafina de Hoyos y Torres, esposa de Arenales, y le anunció que éste estaría en Salta de regreso al día siguiente y así se logró desalojar a los españoles.

Juana fue aclamada por la población y paseada en andas por las calles.

Los títulos de la finca Severino se extraviaron cuando Juana fue apresada y saqueada la propiedad del coronel Jerónimo López, por orden del gobernador Martínez de Hoz.

 

Bibl.: T. Sánchez de Bustamante, Biografías históricas de Jujuy, Tucumán, Universidad Nacional, 1957; V. O. Cutolo, Nuevo diccionario biográfico argentino, Buenos Aires, Editorial Elche, 1971; Halperin Donghi, Historia argentina. De la revolución de independencia a la confederación rosista, Buenos Aires, Paidós, 1980; M. de París, Amantes, cautivas y guerreras, Buenos Aires, El Francotirador Ediciones, 1996, págs. 132-134.

 

Andrea María Bau

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