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Sancho de Castilla

Biografía

Castilla, Sancho de. Señor de Herrera de Valdecaña. ?, m. s. XV – ¿Palencia?, 1520-1530. Maestresala y consejero de los Reyes Católicos. Ayo del príncipe Juan.

Las primeras noticias de Sancho de Castilla se remontan al inicio del reinado de los Reyes Católicos.

Pertenecía este personaje a un linaje real, por cuanto era descendiente de una rama bastarda del rey Pedro I llamado El Cruel, que básicamente se asentó en tierras madrileñas. Las crónicas se refieren a Sancho de Castilla como un capitán y caballero de la Casa de la Reina que era alcaide de León a la altura de 1475 y que se hace con la tenencia de Zamora al año siguiente.

Participante en la guerra civil como ferviente isabelino, es hallado en el cerco de Cantalapiedra en 1477 junto con otros nobles. De 1480 consta un juro de la Reina a su favor. En 1481, desde Valladolid, hay constancia de un privilegio de los Reyes Católicos, confirmando una carta de Isabel y otra anterior de 1472 de Enrique IV, por la que se hizo donación de la villa de Herrera de Valdecaña.

El 15 de julio de 1479 ya aparecía en la documentación como miembro del Consejo Real y sólo unos meses antes —10 de enero de 1478— los Reyes Católicos determinaron que recibiera cada año 200.000 maravedís de ración, ayuda de costa y mantenimiento.

Los libramientos a favor de Sancho de Castilla se registran con regularidad desde mediados de la década de los ochenta: en 1486 recibe 200.000 maravedís en cinco partidas distintas al igual que en 1488; el año anterior, la cantidad aparece en blanco.

Sancho de Castilla participó, según relatan los cronistas, en la guerra de Granada al mando de ciento cincuenta lanzas. Concretamente se distinguió, junto con otros personajes, en el término de Gon y en Baza liberando a unos caballeros aprisionados. Desde 1489 a 1495, se producen asientos a su favor, en el último año citado de 25.000 maravedís y de otra cantidad se ordena se le libren por cédula real dada en Ocaña a 4 de febrero de 1499. Las últimas partidas, a su nombre —en calidad de maestresala y consejero—, aparecen en 1498 y 1499, con cantidades semejantes a las reseñadas.

Sancho de Castilla, de sobrenombre el Viejo, sucedió a Juan de Zapata, al fallecer éste, en el cargo de ayo del príncipe —desde 1479—, figurando, además, como rector de aquel singular consejo que la Reina diseñó para la mejor formación del único y prematuramente desaparecido hijo varón. Formaban el Consejo cinco caballeros de edad madura y cinco jóvenes, entre los que figuraban dos de los hijos de Sancho llamados Diego y Sancho. Como ayo del príncipe recibió un albalá —en diciembre 1490— en donde la Reina pide que se le asentara la quitación por aquel concepto por el que también constan otras adiciones que se hacen a las mercedes y ayudas de costa. En 1495 la Reina ordenaba a los contadores mayores que asentaran en los libros del sueldo las asignaciones a las capitanías de lanzas en los guardas de Sancho de Castilla, maestresala del heredero.

Mal contrastadas son las informaciones sobre la vida personal y familiar de Sancho de Castilla, dada, además, la confusión que produce el que existan varios individuos con el mismo nombre y en la misma época. Es por ello que no puede asegurarse con certeza si el documento suscrito desde Toro en 1488 —un extracto de la escritura en que se da cumplimiento al testamento de Beatriz de Fonseca, mujer de Pedro de Castilla, mejorando a su hijo Sancho— se refiere exactamente a los padres del consejero real.

Quizás estuviera casado con Beatriz Enríquez. Sí se sabe con certeza que tuvo varios hijos, los citados Diego y Sancho, así como otro, de nombre Juan, que perteneció también al Consejo Real y que también ocupó el cargo de maestresala de los Reyes desde el 2 de febrero de 1489 según cédula real dada en Toledo con una ración y quitación de 50.000 maravedís anuales. La crónica de Alonso de Santa Cruz le hace obispo de Salamanca y habla de una muerte súbita en 1510. También constan noticias no contrastadas de que uno de sus hijos, Sancho, tomó parte en las guerras de Italia luchando heroicamente contra los franceses en calidad de capitán general de la frontera francesa en Perpiñán a través de la cual dio paso a Felipe el Hermoso. Este Sancho murió en Toro en 1505 y dejó como albacea a su padre sepultado en la iglesia de San Lázaro de la ciudad de Palencia que estaba junto a su casa donde el fallecido había dejado renta para una capilla y ciertas capellanías y mandó hacer la iglesia, lo cual su padre cumplió y en su vida hizo la iglesia y puso las capellanías y les dio la renta que su hijo mandó, “como buen padre y buen albacea”.

El fiel servidor y soldado de los Reyes Católicos de estirpe real bastarda que se prolongó durante siglos —los Castilla— falleció probablemente, quién sabe si en Palencia, en la segunda década del siglo XVI.

 

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Dolores Carmen Morales Muñiz