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Melchor Silvestre

Biografía

Silvestre, Melchor. Peralta (Navarra), 12.I.1781 – ?, 1860. Militar, mariscal de campo procedente de Ingenieros.

Ingresó en el Cuerpo de Ingenieros como ayudante de ingeniero en promoción después de haber superado el preceptivo examen, el 31 de diciembre de 1799. Anteriormente había sido cadete de Ingenieros Cosmógrafos del Estado.

En 1801 se le destinaba al Ejército de Castilla la Vieja, con motivo de la guerra con Portugal, y en 1802 era destinado a Alcalá de Henares, al Regimiento de Zapadores Minadores, entonces en formación. Ascendía a capitán segundo de Ingenieros el 12 de junio de 1804, permaneciendo en el Regimiento, y en marzo de 1806 marchaba con su compañía a la isla de Menorca, donde permaneció hasta el comienzo, en 1808, de la Guerra de la Independencia, momento en el que se incorporaba con su unidad al Ejército de Cataluña. Con el citado ejército tomaba parte en numerosas acciones, hasta que caía prisionero de los franceses en junio de 1810 en la rendición de la plaza de Tarragona, aunque pudo evadirse antes de ser conducido a Francia. Era promovido a teniente coronel del Cuerpo el 15 de abril de 1811.

En 1812, después de un periodo de permanencia en Mahón para recuperarse de una enfermedad, se incorporaba al Ejército de Valencia, donde permaneció hasta la finalización de la guerra. Con el citado ejército realizaba importantes acciones de combate en ese año de 1812, como en la batalla de Castalla o la dirección del sitio y posterior ataque al castillo de Consuegra, en la que se lograba su rendición. En 1815, por méritos en campaña, era promovido a coronel del Ejército (los oficiales de Ingenieros podían ascender en dos escalas distintas: una, la del Ejército, por elección, y otra, en el Cuerpo, por antigüedad).

Después de pasar por la Dirección Subinspección de Ingenieros de Navarra a partir de 1816, en 1820 se le destinaba como teniente coronel mayor del Regimiento de Zapadores-Minadores. Posteriormente, en 1824, se le encargaba de la rehabilitación en Alcalá de Henares de cuarteles para Infantería, y en Ocaña para Caballería. En 1826 era rehabilitado por Real Orden (había sido depurado por constitucionalista con la vuelta de Fernando VII al absolutismo) y hasta 1829 estuvo mandando el Regimiento Real de Zapadores Minadores y Pontoneros, como coronel efectivo del Ejército y teniente coronel de Ingenieros. Pasaba posteriormente destinado a la Dirección Subinspección de Ingenieros de Cataluña y, más tarde, a la de las islas Baleares. En 1831 había ascendido a brigadier del Ejército y a coronel del Cuerpo.

Al poco de morir Fernando VII solicitó la licencia absoluta y en 1834 se le autorizaba para que residiese en la plaza de Cartagena. El 30 de septiembre de ese año, se veía obligado a refugiarse en un bergantín austriaco, ante los sucesos revolucionarios que ocurrieron en la plaza. Trasladado a Marsella en el citado barco, se dirigía a Navarra, donde se presentaba al pretendiente carlista, don Carlos, ingresando en el ejército carlista del Norte, del cual fue nombrado comandante general de Ingenieros. En el citado ejército organizaba un batallón de zapadores para operar en Navarra y Álava y dos compañías destinadas a Vizcaya y Guipúzcoa. Por méritos de guerra ascendió a brigadier de Ingenieros en 1835, distinguiéndose principalmente en los sitios de Valmaseda, Plencia y Lequeitio, y se cubrió de gloria en el tercer sitio de Bilbao, durante el cual estuvo constantemente en las trincheras, baterías y puntos avanzados y de mayor peligro, conquistando la faja de mariscal de campo en el asalto del convento de San Agustín. Silvestre fue quien llevó el diario del sitio de Bilbao y quien con sus zapadores y dos batallones vizcaínos protegió la retirada de las tropas carlistas en la nefasta noche de Luchana, en la cual también se batió bravamente. Era promovido a mariscal de campo en 1837.

El general Silvestre proyectó también una escuela de aplicación con el título de Real Academia de San Carlos, que estableció en Mondragón. Los alumnos formaban una compañía con sus oficiales, maestros de matemáticas, dibujo y parte militar. Por privilegio especial, se le concedió dar “guardia a S.M. cuando allí reside el Cuartel Real, o S.M. visita el establecimiento, y del mismo privilegio gozan los cadetes de Oñate”.

Al firmarse el “Convenio de Vergara” (agosto de 1839, con el que se pretendió inútilmente dar fin a la guerra), emigró a Francia al no adherirse al mismo, donde permaneció hasta 1849. En ese año, se acogió al decreto de amnistía de la reina Isabel II, de fecha 8 de junio, siendo reconocido como mariscal de campo del Ejército, pero quedó sin destino hasta su fallecimiento, ocurrido en 1860.

Fue premiado con una Cruz de 1ª Clase de San Fernando, ganada durante la Guerra de la Independencia. Escribió varios libros de interés militar y figura en los papeles reservados de Fernando VII como adscrito a sociedades prohibidas.

Escribió una memoria sobre atrincheramiento y fortificación de líneas y puntos estratégicos, tanto de la costa cantábrica como del interior del territorio dominado por las armas carlistas y lo que pudiéramos llamar sus fronteras.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. personales.

Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1800-1832; Galería militar contemporánea: colección de biografías y retratos de los generales…con una descripción particular y detallada de las campañas del norte y Cataluña, t. II, Madrid, Sociedad Tipográfica de Hortelano y Compañía, 1846; B. de Artagan, Príncipe heroico y soldados leales, Barcelona, La Bandera Regional, 1912; M. Ferre, Historia del tradicionalismo español, vols. 12-13, Madrid, Editorial Tradicionalista, 1941; J. Mazarrasa, El Mariscal Mazarrasa, Edición homenaje a D. Fermín de Sojo y Lomba, Santander, 1973; A. Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera, La Primera Guerra carlista, Madrid, ACTAS, 1992; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; E. Roldán, Estado Mayor General Carlista en las tres guerras del siglo XIX, Madrid, Actas Editorial, 1998 (col. Luis Hernando de Larramendi); L. M. de Diego Pareja, La Academia de Ingenieros y el Regimiento de Zapadores de Alcalá de Henares (1803-1823), Alcalá de Henares, Institución de Estudios Complutenses, 1999; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), n.º 63-66 (2001 y 2002); A. Torres Santo Domingo, “El Real Cuerpo de Ingenieros del Ejército en la Guerra de la Independencia: Cataluña”, en A. Quesada Gómez (coord.), Ingenieros Militares en la Guerra de Independencia (1808-1814), Madrid, Ministerio de Defensa, 2009; J. Pardo San Gil, Organización Militar. Ejército Carlista. 1839, en Museo de Zumalacárregui [en línea], disponible en https://www.zumalakarregimuseoa.eus/es/files/juan-pardo-san-gil.-ejercito-carlista-en-1839.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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