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Onofre García Herráiz

Biografía

García Herráiz, Onofre. Sisante (Cuenca), 16.V.1767 – 10.VII.1821. Organero.

Fue uno de los tres hijos del matrimonio formado por Juan García Escribano e Inés Herráiz Pacheco, naturales y vecinos de Sisante, villa conquense donde, a principios del siglo XVIII, se había creado ya un taller de órganos bajo la jefatura de Julián Alcarria; daba albergue a un cierto núcleo de escultores y pintores; y custodiaba en el convento de clarisas una imagen de singular devoción en toda La Mancha: la talla del Nazareno, magnífica obra de Luisa Roldán.

Desaparecido el obrador de instrumentos con la marcha de Julián Alcarria a Villanueva de la Jara, hubo que esperar hasta que Juan Antonio de la Redonda, hijo de Gaspar y también organero, lo reabriese al fijar aquí su residencia en torno a 1778, después de su enlace matrimonial con María Juana Herráiz, prima de Onofre, en 1774. Fue aquí donde aprendió las reglas y secretos de su arte.

Fallecido su maestro en 1797, asumió la jefatura de la casa y tomó parte como un oficial más al servicio de Molero en la construcción de los órganos de la catedral de Murcia, hecho que pone de manifiesto la buena sintonía que debió de reinar entre los numerosos organeros vinculados, de una u otra manera, a la figura de Julián de la Orden.

La primera obra de la que se tiene noticia es de 1795, en la parroquia de San Miguel de Alcaraz (Albacete), donde construyó un órgano en compañía de su maestro —bastante mutilado durante la Guerra Civil—, con motivo de la renovación de la cabecera del templo.

Dos años después contrató otro para la nueva iglesia de Villagarcía del Llano (Cuenca) en 12.000 reales, y otro más para la lejana de Pozuelo de Calatrava (Ciudad Real). Este trabajo apunta directamente al prestigio que la familia Redonda alcanzó en estos territorios bajo jurisdicción de la Orden de Calatrava, circunstancia que viene respaldada por el poder que otorgaba al año siguiente para cobrar lo que se le debía por el de Ballesteros, también en el Campo de Calatrava.

En 1799 concluyó el de Terrinches, nuevamente en Ciudad Real pero en la jurisdicción de Santiago, mismo año en que el fabriquero de la catedral de Murcia incluía su nombre entre los maestros de prestigio para aprobar la obra de Molero; una lista donde figuraban Jorge Bosch, Josef y Bernardo Verdalonga, Tomás Risueño, Jaime de Fuentes y Tomás Ortega.

En 1801, acabado el de Porzuna (Ciudad Real), fue reclamado por la parroquial de Lezuza (Albacete) para trasladar el órgano a la capilla mayor tras el derrumbe parcial de la cornisa del coro, debiendo mutilarse la caja para adaptarla a la nueva tribuna.

En los años siguientes irá dejando su huella en Pozoamargo, Pinarejo y La Almarcha (Cuenca), Picón (Ciudad Real), Chinchilla y Peñas de San Pedro (Albacete) y en la catedral de Murcia. De ella fue nombrado afinador a la muerte de Miguel Alcarria en 1818.

Sus incesantes viajes a Sisante y a Almagro, por evidentes motivos laborales, le obligaron a dimitir de su puesto al año siguiente. Tres años más tarde falleció en Sisante, dejándole las herramientas del oficio y la jefatura a su yerno Camilo Parreño.

 

Obras de ~: Órgano nuevo, parroquia de San Miguel, Alcaraz (Albacete), 1795 (parcialmente destruido); Órgano nuevo, parroquia de Villagarcía del Llano (Cuenca), 1797 (desapar.); Órgano nuevo, parroquial de Berrinches (Ciudad Real), 1799 (parcialmente conservado); Órgano nuevo, parroquial de Porzuna (Ciudad Real), 1800 (desapar.).

 

Bibl.: E. Máximo García, “Repostero musical doméstico en el reino de Murcia entre los siglos XVII y XIX: orquestas e instrumentos en una sociedad periférica”, en VV. AA., Congreso Internacional Imagen Apariencia (19-21 de noviembre de 2008), Murcia, Universidad-Departamento de Publicaciones, 2009.

 

Enrique Máximo García

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