Estaba emparentada con Josefa Somellera de quien era sobrina.

Esta dama de la aristocracia porteña se destacó en los salones sociales de la época por sus dotes para el arte, su buen gusto y refinamiento. Sabía francés y tocaba el piano en las veladas y tertulias de las que participaba. Entre sus obras figuraba un Minué que se tocaba en los salones de la época. Era un asiduo habitué de sus reuniones el almirante Guillermo Brown.

Se incorporó como socia de la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires en 1830. Dicha entidad fue fundada en 1823 y tomó a su cargo las escuelas de niñas, el Hospital de Mujeres, la Casa Cuna y la de Partos Públicos y Ocultos, el Colegio de Huérfanas y la Cárcel de Mujeres. Todas estas instituciones habían sido, hasta entonces, manejadas y administradas por la Hermandad de la Caridad que funcionó en Buenos Aires desde el período colonial hasta que Martín Rodríguez la disolvió y la encomendó bajo la órbita del Ministerio de Gobierno. [...]