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Pablo Villarino

Biografía

Villarino, Pablo. San Salvador de Bembibre-Buxán, (La Coruña), 1752 – Buenos Aires (Argentina), 30.XII.1843. Ministro de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, filántropo, comerciante.

Fue hijo del matrimonio formado por Ángel Villarino y Teresa Piedra, si bien algunos la mencionan con el apellido: Pequeño. Sus abuelos paternos fueron, Fernando Alonso de Villarino y Josefa de Varela. Emigrado muy joven a Buenos Aires, pronto fue almacenista acaudalado. Casó primeramente en esta ciudad con María Lina de la Torre y Castro; hija legítima de José Ignacio de la Torre y de María de la Concepción de Castro. María Lina era viuda de Francisco Javier Tejeda; la que testó en 1787 y falleció el 8 de enero de 1788, enterrada en la Iglesia de San Francisco, amortajada con el hábito del santo y su cordón, como hermana terciaria. Villarino contrajo segundo matrimonio en la Iglesia Catedral el 28 de noviembre de 1789, con Antonia Josefa del Puy [o Dupuy Islas Garay]; porteña, descendiente de los cónyuges Luis del Puy y Joaquina Celedonia de Islas. En tercer lugar, tomó estado con Manuela Martínez Fernández Estévez.

Se le encuentra en la documentación del Archivo General de la Nación de Argentina, en un expediente relativo a la venta de un esclavo, con la expresión de que éste era zapatero.

Formó parte en Buenos Aires en 1787 de la Congregación del Apóstol Santiago el Mayor, de Hijos y Oriundos del Reyno de Galicia, entidad creada por la inspiración de González Rivadavia, un abogado de las principales familias porteñas.

Dicha cofradía, bajo un total de ciento cincuenta y ocho personas, suscribieron la constitución de la Congregación del Apóstol Santiago. En 1799 la misma obtuvo, mediante aprobación de Cédula Real, el consiguiente permiso de establecimiento. Se construyó un altar para honrar a Santiago Apóstol, encomendándose al arquitecto y escultor Juan Antonio Gaspar Hernández, su obra. Uno de los objetivos de la cofradía fue honrar al patrono de Galicia, para lo que Villarino ofreció solventar económicamente su construcción. De tal manera, su nombre consta entre los que suscribieron el acta de fundación, siendo una personalidad constante en los ámbitos seglares religiosos. Consta que fue hermano terciario en la Venerable Orden Tercera de San Francisco a partir de 1779; elegido su ministro, en el año 1810. Asimismo, fue síndico del Convento, realizando varias gestiones de compra-ventas de propiedades para la comunidad. También, su esposa y otros miembros de su familia, se encontraban enrolados en dicha hermandad. Una de las hijas del primer matrimonio, María Aniceta Villarino y de la Torre, fue abadesa civil de la hermandad en 1810 y en 1831; ésta casó con el gallego José Antonio Lagos en 1799 quien, a su vez, fue su ministro en 1817.

Además, entre los múltiples cargos civiles-religiosos que Pablo Villarino ejerció, figura el de tesorero de la Santa Hermandad de la Caridad.

En la “Distribución de la alcabala de Reventas del menudeo de Tiendas y almacenes de mercaderías”, aparece censado en 1797, en la calle de San Miguel en el ramo de “venta de caldos”, con la obligación de pagar 30 pesos; dos años más tarde, en 1799, en igual calle y en el ramo de bebidas y abastos, tuvo la obligación de abonar 60 pesos.

En junio de 1807, ocurrida la primera invasión inglesa y antes de la segunda, facilitó en calidad de préstamo al ayuntamiento porteño la suma de 12.600 pesos, como ayuda para el erario agotado luego de la defensa y combate de la ciudad de Buenos Aires contra el invasor británico. Pero no fueron solamente estos montos los cedidos a la administración virreinal. En la suscripción abierta en 1806 ante el nuevo peligro inglés, contribuyó con 1000 pesos fuertes. En la segunda invasión brindó como ayuda, 120 pesos a un soldado del batallón de artillería y él mismo se alistó en el tercio de gallegos, en donde llegó a ser nombrado comisario de víveres de la plana mayor. En la Guerra de la Independencia española de 1808 Villarino también aportó 500 pesos para remitir a España.

En el Cabildo abierto de Buenos Aires del 22 de mayo de 1810, se pronunció a favor del virrey con el orden de votación 165 y el orden de asistencia 96. Emitió su parecer como lo había hecho el oidor José Manuel de Reyes, quien expresó que aquél debía seguir permaneciendo en su puesto asesorado por otros magistrados: el alcalde de primer voto y el síndico procurador. Debido a su posición política y ya depuesto el virrey Cisneros, Villarino fue perseguido y desterrado a Córdoba, en el territorio de la actual Argentina. Más tarde, de regreso de su exilio en 1812, fue registrado en su casa en momentos de la llamada conspiración de Alzaga. No obstante lo difícil de la situación, no le encontraron armas y pudo explicar que no estaba vinculado con ninguna situación subversiva.

El 20 de julio de 1814, Villarino acudió al Consulado para que se le pagasen 6000 pesos más los intereses, que había facilitado en calidad de préstamo. En el año 1819 sus hijos entablaron el reclamo a propósito de un empréstito forzoso en que el nuevo gobierno los había incluido, ya que se le había impuesto abonar 900 pesos sobre el reparto de 50.000 pesos de préstamo obligatorio a solventar entre todos los vecinos españoles europeos. La medida se efectivizó en el último año y es válido hacer notar que sólo dos personas tuvieron tan elevado porcentaje monetario debido a su fortuna personal: Esteban Villanueva y el que se cita: Pablo Villarino.

En 1829 fue accionista del Banco Nacional de las Provincias Unidas. En 1832 suscribió 20.000 pesos a los fondos que el Gobierno Nacional enajenó en virtud de la ley de 12 de diciembre de 1831.

Otorgó testamento en Buenos Aires el 30 de diciembre de 1839, ordenando que el día de sus funerales se dieran 25 pesos a cada uno de cuarenta pobres vergonzantes, y dos pesos a cada uno de quinientos pordioseros.

Falleció en dicha ciudad, el 30 de diciembre de 1843, siendo sus restos enterrados en el cementerio de la Recoleta, en un mausoleo de mármol, junto con otros familiares. Fue filántropo en obras de caridad y beneficencia. Su descendencia continúa en Argentina hasta nuestros días.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de la Nación (Argentina), Tribunales Administrativos, año 1812, sala IX, 23-8-3, leg. 29, exp. 995; Cabildo de Buenos Aires, Índice de Nombres, 1598-1821 (ms.); Archivo de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, San Roque de Montpellier (Argentina), Libros de Hermanos y luminarias.

Archivo Ibero-Americano, t. IV, Madrid, 1914; E. Udaondo, Crónica Histórica de la Venerable Orden Tercera de San Francisco en la República Argentina, Buenos Aires, Huarpes, 1920; Archivo General de la Nación (Argentina), Consulado de Buenos Aires, Actas-Documentos, Año 1798, t. III, Buenos Aires, Guillermo Kraft Ltda., 1947, págs. 19, 22 y año 1799; t. IV, 1947, pág. 95; A. L. Rivera y H. H. Schenone, “Tallistas y escultores del Buenos Aires Colonial, El maestro Juan Antonio Hernández”, en Revista de la Universidad de Buenos Aires, n.° 5, año II, cuarta época (1948); C. Ibarguren, “Villarino, Pablo, Hombres de Mayo”, en Revista del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, n.° 13 (1961), págs. 372- 373; A. Vilanova Rodríguez, Los gallegos en la Argentina, t. I, Buenos Aires, Ediciones Galicia, 1966, págs. 433-437 y 360- 363; V. O. Cutolo, Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, t. VII, Buenos Aires, Editorial Elche, 1975, pág. 659; R. Marfany, El Cabildo de Mayo, Buenos Aires, Ediciones Macchi, 1982, págs. 31 y 115; M. I. Soulés, M. Garrido, M. de las N. Incollá y H. H. Schenone, Manzana de las Luces. Iglesia de San Ignacio, Buenos Aires, Instituto de la Manzana de las Luces, 1983; C. Jáuregui Rueda, Matrimonios de la Catedral de Buenos Aires, 1747-1823, Buenos Aires, Fuentes Históricas y Genealógicas Argentinas, 1989, pág. 116; H. Fernández de Burzaco, Aportes Biogenealógicos para un Padrón de Habitantes del Río de la Plata, t. VI, Buenos Aires, 1991, pág. 280; H. G. Vázquez, El tercio de gallegos, Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, Estudios a Nosa diáspora, 1999; N. Siegrist de Gentile, “Hermanos de la Orden Tercera de San Francisco en Buenos Aires. Siglos XVII-XX. Letras: D-M”, en Boletín del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, t. 25, n.° 231 (2004), pág. 17; t. 25, n.° 233 (2004), pág. 45; N. Siegrist de Gentile, “Identidades femeninas civiles y profesas religiosas de Buenos Aires. Siglos xvii-xx. Letras: A-C”, en Boletín del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, t. 26, n.º 237 (2005), pág. 62.

 

Nora Siegrist

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