Rocha y Carranza, José Antonio de la. Marqués de Villarocha (I). Quito (Ecuador), 13.VI.1657 – Madrid, c. 1730. Caballero de la Orden de Calatrava, gobernador de Panamá.
Hijo del doctor Diego Andrés Rocha, natural de Sevilla donde nació de paso yendo su padre en servicio del Rey y bautizado en su parroquial de Santa Ana (10 de diciembre 1616), consultor del Santo Oficio de la Inquisición de Lima, fiscal (1653) y oidor (1660) de la Real Audiencia de Quito y alcalde del Crimen (1664) y oidor (1678) de la de Lima, y de Feliciana de Carranza, nacida en Lima siendo su padre corregidor allí.
Cuando su padre se hallaba en la ciudad de Los Reyes ingresó al Colegio Real de San Martín y cursó la facultad de leyes, graduándose en la Universidad de San Marcos de bachiller, licenciado y doctor (1678), época en la que mostró una singular aplicación al estudio de las matemáticas, que le caracterizaría durante toda su vida. Como su inclinación no fuera la toga, se dedicó al servicio de las armas en plaza de soldado en la Armada del Mar del Sur y en tiempos del virrey del Perú conde de la Monclava fue nombrado capitán de Infantería del batallón de Lima y poco tiempo después se le hizo merced de un hábito de la Orden de Calatrava (21 de noviembre de 1692) y rindió pruebas ante la Inquisición para ser admitido como familiar de ella (1696-1697).
Hallándose en los Reinos de España, ya con el grado de general de Artillería, previo servicio pecuniario de 30.000 pesos, se le concedió la futura sucesión del Gobierno de Panamá (25 de octubre de 1697), la que se concretó en el año siguiente cuando se le despachó título de gobernador y capitán general de Tierra Firme y Veragua (25 de junio de 1698) y meses más tarde se le dio la licencia para pasar a aquel destino (15 de septiembre de 1698), en el que se mantuvo escaso tiempo, pues con motivo del establecimiento de holandeses en el Darién, aun antes de saberse en Madrid si había tomado o no posesión de sus empleos, considerándose que carecía de la experiencia militar necesaria, se dispuso, a consulta de la Junta de Guerra (14 de julio de 1699), que si no había tomado posesión continuara en el gobierno interino Pedro Luiz Enríquez de Guzmán, conde de Canillas, y que a Rocha se le retiraran sus títulos y se le satisficiera el dinero con el que había servido por su plaza. Dejó así el gobierno (1700) y durante los cortos meses que lo tuvo fue acusado de ilícito comercio y se dio comisión al conde de Canillas para que procediera en su contra (1700).
Regresó a los Reinos de España (1701) y allí mantuvo trato con el matemático Sebastián Fernández de Medrano y viajó por Bruselas y París, ciudad esta en la que se relacionó con algunos miembros de la Academia de Ciencias de Francia. En esta época se le concedió el marquesado de Villarrocha (17 de julio de 1703) y trabajó en algunos proyectos sobre las fortificaciones de Portobelo y Panamá, tras cual se dispuso que volviera al gobierno de Tierra Firme (1707), pero nuevamente lo ejercería breve tiempo (1709), porque a petición de Bartolomé de Flon y Morales, se dispuso por Real Cédula (10 de noviembre de 1707) que fuera suspendido de su ejercicio y la Real Audiencia de Panamá le depuso (1709) y asumió el gobierno interino el oidor Fernando de Monterroso y Haro, quien inició proceso en su contra, continuado luego por el alcalde del Crimen de Lima Juan Bautista de Orueta. Concluidos estos procesos y remitidos a la Real Audiencia de Lima, se determinó por voto consultivo de su acuerdo de justicia que había sido “violento, irreverente y contra todo derecho el despojo y apartamiento que se ejecutó de la persona del referido Marqués de Villarrocha”, dándose por nulo todo lo obrado y ordenándose que fuera de inmediato restituido en sus empleos, pero los ministros de la audiencia de Panamá no dieron cumplimiento a este auto porque por dos reales cédulas (25 de diciembre de 1709 y 28 de julio de 1710) se les había mandado que remitieran todos los autos al Consejo y se esperara la resolución real.
Finalmente, oídos sus descargos, sobre consulta del Consejo de Indias (6 de octubre de 1713) fue absuelto de todos los cargos que se le habían puesto y se decidió que fuera “restituido al ejercicio del empleo de Gobernador y Capitán general de la Provincia de Tierra Firme y presidente” de la Audiencia de Panamá, librándosele los correspondientes despachos (17 de enero de 1714) “para que los sirva por el tiempo que (descontándose el que los ha ejercido) le faltare a cumplimiento de los ocho años por que se los conferí” ordenándose que para ello cesara “inmediatamente” el mariscal de campo José Hurtado de Amézaga a quien se había concedido dicho gobierno (11 de abril de 1709). Así se le concedió licencia para que pasara nuevamente a tomar posesión de sus empleos (22 de octubre de 1715), pero no llegó a ejercerlos y, nuevamente, emprendió el regreso a los reinos de España y a la altura de Guayaquil fue hecho prisionero por el pirata inglés John Cliperton y sólo pudo escapar cuando el pirata se hallaba en las islas Marianas. Finalmente se estableció en la Villa y Corte donde moriría dedicado a sus estudios de matemáticas, por los que le alababa el padre Feijoo, que le conociera en este tiempo.
Había contraído matrimonio con Teresa Manrique de Lara y Polanco, natural de la ciudad de Lima.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5.458, n. 3, r. 77; Contratación, 5.468, n. 2, r. 80; Contratación, 5.540 B, l. 5, fol. 145v.-146r.; Contratación, 5.796, l. 1, fol. 110r.-116v.; Escribanía, 473 A y B; Panamá, 28, r. 12, n. 87; Panamá, 243, l. 2, fol. 58v.-60v., 158r.- 162r.; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Inquisición, leg. 1.276, exp. 3; Órdenes-Calatrava, exp. 2.229; Órdenes- Expedientillos, 11.378.
M. de Mendiburu, Dicionario Histórico-Biográfico del Perú, 7, Lima, Imprenta Bolognesi, 1887, pág. 116; E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, II, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1947, pág. 558.
Javier Barrientos Grandon
