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Juan Cruz Varela

Biografía

Varela, Juan Cruz. Buenos Aires (Argentina), 23.XI.1794 – Montevideo (Uruguay), 23.I.1839. Poeta, periodista y político.

Fueron sus padres el español Jacobo Varela y la porteña María Encarnación Sanjinés. El mismo don Jacobo le enseñó a leer y a escribir hasta que ingresó al Colegio de San Carlos para estudiar humanidades y filosofía. Ya desde niño declamaba versos y loas hacia la patria en reuniones y tertulias que se realizaban en salones reputados de su época. Más tarde, en la ciudad de Córdoba, ingresó al Seminario Conciliar y en abril de 1810 se matriculó en el primer año de filosofía ante el vicerrector de la Universidad, el deán Gregorio Funes. Don Francisco Vázquez Maceda fue su protector en esa temprana etapa. En noviembre de 1816 se graduó en Teología y Cánones, aunque no recibió las órdenes. Tampoco concluyó sus estudios de jurisprudencia. Al poco tiempo fue elegido diputado ante el Congreso General de las Provincias Unidas del Río de la Plata, cuerpo del cual fue secretario en 1826. En junio de 1818 fue incorporado a la Academia de Práctica forense de Buenos Aires.

Desde el punto de vista literario perteneció al grupo, denominado por Sarmiento como “los unitarios del 25”, jóvenes liberales y progresistas, europeizantes, razonadores, emprendedores y faltos de sentido práctico. Atraído por la poesía e influenciado por los autores de la época compuso, aún como estudiante, el poema erótico “La Elvira”, en 1817. Otras poesías con tinte amoroso fueron “Mi inclinación primera”, “Mi pasión”, “El jardín de Delia”, “La reconciliación” o “Delia sobre todas”.

En el período 1816 – 1826 se desempeñó como empleado y funcionario público. Desde 1818, ya en Buenos Aires, se incorporó activamente a la función pública y para 1820 se desempeñaba como oficial de la Secretaría de Gobierno. Formaba parte del círculo de amistades de Mariquita Sánchez de Thompson y Mendeville y de su prestigioso salón de reuniones. Amigo personal y fiel soporte del régimen reformista y liberal de Bernardino Rivadavia –quien llegó al poder en 1821- ingresó a la administración, primero como oficial 3º en el ministerio de gobierno de aquél, luego se desempeñó como oficial mayor y más tarde como oficial 1º.

Como literato destacaron también sus epístolas, inspiradas en el filosofismo sentencioso del siglo XVIII. Son de su autoría A un amigo, en su larga enfermedad, de 1818, y A un amigo, en la muerte de su padre, de 1820. Sin embargo, fueron sus poesías civiles lo que sustentaron su prestigio tales como la oda “A los valientes defensores de la libertad en la llanura de Maipú” (1818) y el canto “En la muerte del general Belgrano”. Iniciado en los clásicos, poseedor cabal de latín, su talento como dramaturgo dejó su impronta en Dido –tragedia en tres actos en verso inspirada en el cuarto canto de La Eneida de Virgilio y que se representó antes de su estreno en la tertulia de Bernardino Rivadavia en 1823-. En cuanto a Argía, tragedia en cinco actos, estuvo inspirada en Antífona y el Polmice de Alfieri, trágico italiano que Varela admiraba.

Fue el fundador de varios periódicos -literarios y políticos- como El Tiempo, El Porteño, El Mensajero argentino, El Granizo –en colaboración con su hermano Florencio- y El Centinela. Fue este último el periódico que más claramente sirvió a los fines de divulgación y propaganda política del plan de gobierno rivadaviano y los principios de la reforma.

Realizó, asimismo, una serie de composiciones para celebrar las reformas que llevó adelante esta administración. Estas composiciones, reunidas por Varela en un libro, fueron odas como la “Profecía de la grandeza de Buenos Aires” –donde se celebran los trabajos hidráulicos promovidos y fomentados por el gobierno de Rivadavia para los cuales se contrató el empréstito con la firma Baring Brothers-, “La gloria de Buenos Aires”, “La superstición”, “Al bello sexo de Buenos Aires”, “A la juventud argentina”, etc. Su obra más reconocida fue “Al armamento de la República Argentina, contra el emperador del Brasil Pedro 1º; En el regreso de la expedición contra los indios bárbaros mandada por el coronel don Federico Rauch”, “Campaña del Ejército Republicano” y “Triunfo de Ituzaingó”, donde se cantaba la gloria del ejército argentino y oriental. Caído el gobierno de Rivadavia, Varela se refugió en el periodismo y desde allí encaró la oposición a Manuel Dorrego, gobernador de Buenos Aires desde el 12 de agosto de 1827. Desde su periódico Varela fustigó el accionar de esta administración. Más tarde, en 1828, se involucró con la revolución del 1º de diciembre, e incluso hay pruebas documentales – como la carta enviada por Varela a Juan Lavalle el 12 de diciembre de 1828, guardada por el propio Lavalle en su archivo personal- instándolo al fusilamiento de Dorrego. Es muy probable que tomase parte en las reuniones secretas previas al asesinato de aquel. Tras el lamentable fusilamiento del líder federal en Navarro el 13 de diciembre de 1828, Juan Cruz Varela debió tomar el camino del exilio -agosto de 1829- junto con su esposa y sus hijas. Aunque intentó regresar a los pocos meses, una orden de destierro no le permitió desembarcar. Debió instalarse en Montevideo donde atravesó un período de privaciones, contando con la ayuda de Pedro Francisco Berro y Santiago Vázquez, el ministro de Rivera. En 1831 fundó un periódico ministerial, El Patriota, que redactó con el seudónimo del poeta Levan. En los años siguientes tuvo problemas de salud y su hermano debió hacerse cargo de él. En 1836 sufrió proscripción y fue trasladado a Santa Catalina donde su estado de salud se agravó. Por intervención del presidente uruguayo pudo regresar con su familia en abril de 1838. Juan Cruz Varela, tanto como otros proscriptos durante el régimen de Rosas, colaboró periodísticamente en El Iniciador, diario fundado por el uruguayo Andrés Lamas y Miguel Cané (padre). Otros poetas que colaboraron en dicho periódico fueron Florencio Balcarce y Luis L. Domínguez.

De ese año datan unos sáficos que publicó con el título De la muerte del poeta. Otra composición suya de esa época, “Al 25 de Mayo de 1838”, donde fustigaba a Juan Manuel de Rosas y que circuló de forma clandestina, le valió la deportación al Brasil, junto con su hermano Florencio, por orden del presidente Oribe. Ya de vuelta en Montevideo se dedicó a hacer traducciones de los clásicos como Horacio y Virgilio. A lo largo de la etapa del destierro mantuvo permanente contacto epistolar con su amigo Rivadavia, también en el exilio. Juan Cruz Varela falleció en Montevideo el 23 de enero de 1839. Fue su esposa Juana López Rubio y García, y sus dos hijas, Corina y Hersilia. Su obra poética fue ordenada por el propio Varela con un claro sentido de autocrítica para ser publicada y terminó siendo editada en 1879.

 

Bibl: J. M. Gutiérrez, Juan Cruz Varela. Su vida, sus obras, su época, Vaccaro, 1918; C. Galván Moreno, El periodismo argentino, Buenos Aires, Ed. Claridad, 1944; R. A. Arrieta, Historia de la literatura argentina, Buenos Aires, Peuser, 1958; R. Piccirilli, Rivadavia y su tiempo, Buenos Aires, 1960; J. R. Yaben, Biografías argentinas y americanas, t. 5, Buenos Aires, 1938, págs. 1020-1022; V. O. Cutolo, Nuevo diccionario biográfico argentino, t. 6, Buenos Aires, Editorial Elche, 1978, pág. 502; S. Zanetti, Historia de la literatura argentina, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1986, pág. 190; M. Sáenz Quesada, La Argentina. Historia del país y de su gente, Buenos Aires, Sudamericana, 2000; M. Bonati, “La época de Mayo en la literatura argentina (1800-1830)”, en Il club degli autori [en línea] disponible en http://www.club.it/culture/maria.bonatti/

 

Andrea María Bau

Relación con otros personajes del DBE