Llorente Pérez, Antonio. Carrizosa (Ciudad Real), 15.IV.1873 – Valdepeñas (Ciudad Real), 30.VIII.1936. Militar.
Hijo de Claros Llorente y de Juana Pérez, Antonio fue un claro ejemplo de cómo un hombre de pueblo, humilde y sencillo, de profesión carpintero, que se incorporó al Ejército para cumplir el servicio militar, pudo llegar a convertirse en un militar merecedor de numerosas condecoraciones y ascensos por méritos de guerra.
El 28 de marzo de 1893 fue llamado a filas, incorporándose al batallón de Cazadores de Puerto Rico. Con dicha unidad, se integró durante un año y varios meses en el Ejército de Operaciones de África en Melilla, donde ascendió a cabo por sus dotes militares. Pero fue en julio de 1895 cuando su batallón pasó destinado al Ejército de Cuba en donde el cabo Llorente plasmó su trayectoria militar más brillante.
Desde esa fecha y hasta el 12 de julio de 1898, fecha en que finalizaron las hostilidades entre las fuerzas españolas y las fuerzas rebeldes y de Estados Unidos, participó en numerosos hechos de armas, que le llevaron a ser merecedor de hasta nueve cruces al Mérito Militar con distintivo rojo, alguna de ellas pensionada, y a dos ascensos: a sargento (octubre de 1896) y 2.º teniente (mayo de 1898) por méritos de guerra. Entre las acciones más destacadas en las que participó con gran valor destacan: La Marquesita, La Morenita, Las Lomas de Maney, El Ojo del Agua, Salto del Chivo, Las Lomas de Rubí (por la que el general en jefe Valeriano Weyler obtuvo el título de duque de Rubí), la Alameda, Cangrejo, Sierra Guisa, Monte Oscuro (marchó con la columna del coronel Escario en auxilio y defensa de la plaza de Santiago de Cuba), etc.
El 19 de agosto de 1898 embarcó junto a su batallón en el vapor Manuel L. Villaverde con destino a la Península, llegando el 9 de septiembre al puerto de Vigo. En noviembre de 1899 pasó a la situación de reserva, situación en la que permaneció hasta finalizar el año 1902. Ya retirado del Ejército, compatibilizó su antiguo oficio de carpintero con labores agrícolas en su pueblo natal de Carrizosa (Ciudad Real).
Al iniciarse la Guerra Civil, el 26 de julio de 1936 fue arrestado por milicianos y trasladado junto con sus dos hermanos a la prisión de Valdepeñas, donde fueron fusilados en la mañana del 30 de agosto de ese mismo año.
Fuentes: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, exp. personal.
Antonio Lillo Parra
