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Juan Carrafa de la Rocella

Biografía

Carrafa de la Rocella, Juan. Nápoles (Italia), 1755 – ¿Nápoles?, 1825 post. Teniente general de los Reales Ejércitos.

Juan Carrafa de la Rocella nació en Nápoles en 1755 en el seno de una ilustre familia de la nobleza napoli­tana, con una larga tradición de servicios a la Corona Española.

Como otros jóvenes segundones de la aristocracia napolitana pasa a España para seguir la carrera de las armas. El 18 de enero de 1779 sienta plaza en la Compañía Italiana del Real Regimiento de Guardias de Corps y es promovido a cadete supernumerario el 12 de diciembre del mismo año. Permanece en este empleo hasta el 20 de septiembre de 1782, en que es promovido a exento.

El 25 de diciembre de 1785 es nombrado coronel agregado al Regimiento de Infantería de Línea de Milán, formado por soldados italianos al servicio de España.

Su designación como coronel, tras un corto pe­ríodo de servicio que no llegaba a siete años desde que asentó plaza como guardia de Corps y con una nula experiencia en operaciones reales, es otro ejemplo de las rápidas carreras militares que muchos jóvenes aris­tócratas realizaron en esa unidad de tropas palatinas.

Al mando del Regimiento de Milán pasó destinado a Orán, el 28 de octubre de 1790, como parte del refuerzo que se envió a dicha plaza tras el terremoto del 9 de octubre del mismo año, el cual había de­rruido gran parte de las murallas de la plaza. Carrafa tomó parte en la defensa de la ciudad, frente a las tro­pas del bey de Argel, hasta la conclusión del sitio el día 30 de julio de 1791.

El 24 de abril de 1792, con motivo del alumbra­miento por la reina María Luisa, es ascendido a bri­gadier y el 29 de noviembre de 1793, tras poco más de año y medio en el anterior empleo, se le asciende a mariscal de campo.

En agosto de 1802, con el antedicho empleo, es de­signado capitán general de la provincia de Extrema­dura y presidente de su Real Audiencia. El 5 de octu­bre de 1802, con motivo del matrimonio del príncipe de Asturias, Don Fernando, con la princesa de Nápo­les Doña María Antonia, es ascendido a teniente ge­neral y continúa en su puesto de capitán general de Extremadura.

Tras la firma del Tratado de Fontainebleau, el 27 de octubre de 1807, se pone al frente del Cuerpo de tropas españolas (7.500 infantes, 2.150 jinetes y 20 piezas de artillería) que con fecha 17 de noviembre de 1807 se incorporan, en la ciudad de Alcántara, al ejército francés que, bajo el mando del general Junot, invade Portugal.

De acuerdo con dicho Tratado, el mando conjunto de las tropas franco-españolas debería ostentarlo el ge­neral francés. Carrafa, aunque de mayor antigüedad que Junot, aceptó servir bajo las órdenes del francés, a pesar de que se le ofreció la posibilidad de resignar el mando de las tropas españolas en otro general más reciente.

De acuerdo con las órdenes de Junot, se dirigió a la ciudad de Oporto a la que llegó a mediados de di­ciembre. En la ciudad ya se encontraba la división es­pañola del general Taranco, que, desde Galicia, había invadido el norte de Portugal.

Posteriormente, siguiendo las órdenes de Junot, se encaminó con sus tropas a la zona de Lisboa, donde el general francés, desconfiando de la actitud de las tropas españolas, las dispersó entremezclándolas con los regimientos franceses.

A pesar de que el gobierno de Godoy le envió agen­tes para que secretamente regresase con las tropas bajo su mando a España, Carrafa no adoptó medida al­guna, posiblemente por la difícil situación en que se encontraban sus tropas, rodeadas de unidades france­sas que las superaban en número.

El 11 de junio de 1808, tras los sucesos del 2 de mayo en Madrid y tras la huida hacia España de las tropas de los generales españoles Solano y Belestá, Junot ordenó el desarme y prisión de las tropas de Carrafa y éste fue arrestado bajo vigilancia en su alo­jamiento.

El desembarco británico y las derrotas de Vimiero y Roliça con la evacuación a Francia de las tropas de Junot, modificó la situación en Portugal, dando lugar a la liberación de las tropas españolas.

Carrafa, que a causa de su comportamiento te­mía represalias de sus propias tropas, solicitó embar­carse en un buque inglés para dirigirse a un puerto español.

Con fecha 11 de octubre de 1808 arribó al puerto de Cádiz, donde las autoridades, por “precaución de seguridad”, lo mantuvieron detenido en el castillo de Santa Catalina.

El 6 de enero de 1809 se le formó causa con el objeto de esclarecer su comportamiento al frente de sus tropas en Portugal. Carrafa logró salir absuelto.

Durante el sitio de los años 1810 y 1811 se encuen­tra en Cádiz, como miembro del Consejo Supremo de Guerra, pero sin mando de tropas.

A finales de 1813 se le concede licencia para pasar a Nápoles, licencia que le es renovada en diciembre de 1816.

Con fecha de 11 de julio de 1817 eleva, desde Nápo­les, instancia en que solicita del rey Fernando VII la concesión de la Gran Cruz de San Hermenegildo.

En 1825 continuaba viviendo en la ciudad de Nápoles; no consta la fecha de su muerte.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Exp. personal, C-1476.J. Priego Fernández del Campo, Guerra de la Indepen­dencia, ts. I, II y III, Madrid, Instituto de Historia y Cultura Militar, 1972 (2007); Conde de Toreno, Guerra de la Inde­pendencia, Ginebra, Ediciones Ferni, Círculo de Amigos de la Historia, 1978.

 

Jesús Albert Saldueña