Balbi, Juan Francisco. Conde de Villalvilla (I). Madrid, 1617 – 18.VII.1650. Banquero, asentista del rey y caballero de Alcántara.
Juan Francisco Balbi era hijo de Nicolás Balbi y de Giovanna María Spínola. Sucedió a su tío Antonio al frente de sus negocios cuando éste falleció en 1643, que a su vez eran una continuación de los de su padre. Su hermana Eugenia se casó con Agustín Moneglia en 1637. Juan Francisco tuvo una larga disputa con ella por la herencia paterna, que terminó en los tribunales.
Juan Francisco contrajo matrimonio con Magdalena Imbrea, una de las cuatro hijas del banquero Lelio Imbrea y que entonces apenas tenía quince años. El matrimonio tuvo tres hijos: Nicolás, Juana María y Juan Francisco, que nació pocas semanas después de morir su padre.
Juan Francisco heredó de su tío Antonio una fortuna, pero la mayor parte eran deudas con la Real Hacienda. Juan Francisco continuó suministrando mercurio a la Corona española con la ayuda de su hermano Bartolomé, pero se sucedieron los incumplimientos en los pagos y se incautó con frecuencia parte del dinero que tenía consignado en las flotas americanas. Por ejemplo, en la flota que llegó en abril de 1647, sólo recibió la mitad de los 81.688.500 maravedís que venían a su nombre. Los impagos se sucedieron, cada vez por cuantías más elevadas, hasta terminar arruinándolo. En 1650 dejó sin atender sus compromisos con al menos dieciocho acreedores por más de trescientos mil ducados. Entre ellos estaban Alonso Alemán y Marcos de Bilbao, que residían en Sevilla, y el Emperador de Alemania, que fue uno de los más afectados.
Quizá para compensarle, en 1644 se le concedió un hábito en la orden de Alcántara y, el 22 de enero de 1650, el Rey Felipe IV le hace merced de título de Castilla con la denominación de conde de Villalvilla. Sin embargo, este último apenas pudo disfrutarlo, porque falleció en julio de ese mismo año. La liquidación de sus negocios quedó en manos de Antonio de Valdés, el juez conservador que nombró el Consejo de Hacienda. Entre sus testamentarios se encontraban su cuñado, Agustín Moneglia, y Domingo Centurión, III marqués de Monesterio.
Juan Francisco fue, como su padre y su tío Antonio, un gran coleccionista de pintura. Su inventario de bienes recoge más de ciento sesenta lienzos de muy diferentes temáticas. Su muerte creó una situación familiar muy parecida a la acontecida tres décadas antes. Antonio Balbi se había hecho cargo de él, de su hermana y de su joven madre, al morir su padre, Nicolás. Ahora, a su muerte, fue su primo Bartolomé quien se desplazó a Madrid para ayudar a su esposa, que apenas tenía veinte años, y a sus hijos.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Consejo y Juntas de Hacienda, 972; Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Madrid, Protocolos, 5695; Archivo General de Indias, Contaduría, leg. 375A-2, Contratación, leg. 4924.
A. Domínguez Ortiz, Política y Hacienda de Felipe IV, Madrid, Editorial de Derecho Financiero, 1960, págs. 118 y 119; C. Álvarez Nogal, Los banqueros de Felipe IV y los metales preciosos americanos (1621-1665), Madrid, Banco de España, Servicio de Estudios, 1997, pág. 85; El crédito de la Monarquía Hispánica durante el reinado de Felipe IV, Valladolid, Consejería de Educación y Cultura, 1997, pág. 301; E. Grendi, I Balbi, Turín, Einaudi, 1997.
Carlos Álvarez Nogal