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Juan de Vega Enríquez de Toledo

Biografía

Vega Enríquez de Toledo, Juan de. Conde de Grajal de Campos (I). Grajal (León), 1563 – 1611. Noble, señor jurisdiccional de las villas de Grajal, Escobar de Campos, Villacreces, Melgar de Abajo, Villelga, Valverde y Castil de Vela (IX).

Era el primogénito de Pedro Álvarez de Vega y Osorio, VIII señor de Grajal, y de Jerónima Enríquez de Toledo. Ésta, a su vez, era hija del conde de Alba de Liste, hermano de Leonor de Vega y Toledo, que estaba casada con Antonio Enríquez, marqués de Alcañices.

Con casa y solar en la villa de Grajal, la familia, que durante el reinado de Carlos V desempeñó altos cargos de representación dentro y fuera de España a cambio de servicios y de dinero, buscó en la Corte de Felipe II las mercedes y recompensas correspondientes.

Obtuvo solamente los derechos de alcabalas de las villas bajo su jurisdicción, pero en modo alguno un título nobiliario. De su matrimonio con Tomasa de Borja Enríquez, hija de los marqueses de Alcañices y nieta de san Francisco de Borja, nacen Pedro Álvarez de Vega y Borja Enríquez, segundo conde, muerto en 1609, Diego Osorio de Vega y Hernando de Vega, profesos benedictinos y este último teólogo, predicador y arzobispo de Charcas (Perú), además de los hijos bastardos reconocidos Lope y Facunda.

Muerto el padre en 1565, y con tan sólo dos años de edad, es nombrado titular de la casa su hijo Juan de Vega, quien pasará muchos años bajo la tutoría de la madre viuda Jerónima Enríquez. La vinculación a la Casa de Alba de Liste y de Alcañices mediante el matrimonio a trueque favoreció la estabilidad de la casa de Grajal en unos momentos difíciles, y toda vez que la madre hubo de hacerse cargo del gobierno de ella durante varios años. Lo hará hasta que el hijo la releva en la década de los años ochenta. En esta tesitura la familia, refugiada en Grajal, y de alguna forma relegada de los ambientes cortesanos, necesitaba un nuevo impulso social que sólo podía llegar mediante la vía matrimonial. El matrimonio con Tomasa de Borja Enríquez, a la vez que reforzaba los lazos con la poderosa casa de Alcañices, supuso un desembolso de 35.000 ducados en concepto de dote prometida a la esposa Tomasa de Borja. El progresivo deterioro de la salud del titular de la casa y la condición piadosa y religiosa de la esposa llevan a ésta a pasar largas estancias recluida en monasterios y a crear, en 1598, el convento de franciscanos descalzos en la villa de Grajal.

En este contexto social y familiar, la subida al poder del nuevo rey Felipe III, su boda en Valencia en 1599 y la propia situación de la Hacienda Real permitieron hacer realidad el sueño largamente perseguido por la Casa de Grajal, obtener un título nobiliario.

Previa imposición de un importante censo superior a los 3000 ducados sobre los bienes del mayorazgo, y una vez obtenido el correspondiente permiso o cédula real, Juan de Vega, a la vez que donaba al Rey una importante suma como regalo de bodas, obtenía el título de conde el 8 de marzo de 1599, y el cargo, nunca desempeñado, de gobernador del reino de Galicia. A partir de ese momento el nuevo conde de Grajal, pese a su enfermedad y a la crisis económica por la que atraviesan sus vasallos y dominios, inicia una política de recuperación dirigida al fortalecimiento familiar casando a su hijo y heredero Pedro Álvarez de Vega en 1604, a los quince años de edad, con Beatriz Bermúdez de Castro y Menchaca, que aportaba a la Casa el marquesado de Montaos en Galicia con vasallos y rentas. A partir de esos momentos, y una vez que las cuentas de la hacienda condal se resarcen de los gastos anteriores, hijo y nuera se ponen al mando de la casa relegando a la esposa del conde. La muerte del heredero en 1609 a los veinte años de edad, sin embargo, frena de alguna forma el proceso, pese a dejar tres herederos: Juan, tercer conde, Francisco y Antonio.

En 1611 muere Juan de Vega, primer conde. Había testado en 1607 y en su testamento dejó no pocos consejos y muchas disposiciones tendentes a obtener la intercesión de pobres y vasallos.

A partir de 1611 los destinos de la Casa de Grajal quedaban en manos de su nieto, Juan Álvarez de Vega Bermúdez de Castro y Menchaca, un niño convertido en tercer conde de Grajal y primer marqués de Montaos.

Bajo la tutela de su madre el nuevo conde muy pronto emprende una carrera frenética como comendador de la Orden de Santiago y como demandante de una posición en la Corte, lo que le llevó a servir al rey Felipe IV a cambio de obtener destacados cargos militares y políticos. La presión del nuevo conde y de su madre tutora sobre los vasallos en un intento de consolidar e incrementar las rentas señoriales le conducen a largos conflictos judiciales con los concejos de sus villas en unos momentos de crisis y despoblación.

La crisis de la hacienda condal nuevamente sería compensada por vía matrimonial al incorporar a la Casa, mediante el enlace de su hijo, el cuarto conde de Grajal, el señorío de Villafuerte, y con él importantes rentas y dominios en Salamanca.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Provincial de León, protocolos de Grajal, cajas 4132, 4158, 4160, 4245; Archivo de la Chancillería de Valladolid, Pleitos civiles, F. Alonso, caja 0928.

P. Olivera y Vergara, Memorial genealógico de la casa de Grajal y de las casas a ella incorporadas y de las que de ella han procedido, Madrid, 1676; L. Cabrera de Córdoba, Relación de las cosas sucedidas en la corte de España desde 1599 hasta 1614, Madrid, 1879 (Valladolid, Consejería de Educación y Cultura, 1997); J. M. Luengo Martínez, “Notas Sobre la genealogía de los Condes de Grajal de Campos, de sus abusos feudales y de sus mansiones señoriales”, en Tierras de León, 7 (1966), págs. 29-44; M. D. Campos Sánchez, Arquitectura y mecenazgo de la Casa de Grajal de Campos, León, Universidad, 1995; L. M. Rubio Pérez, “Querellas, pleitos y concordias. Poder concejil y conflicto antiseñorial en el estado del conde de Grajal durante la Edad Moderna”, en Obradoiro de Historia Moderna, 14 (2005), págs. 225-269.

 

Laureano Manuel Rubio Pérez