Ayuda

Juan Ortiz de Zárate

Biografía

Ortiz de Zárate, Juan. Orduña (Vizcaya), 1522 – Asunción (Paraguay), 1577. Conquistador, encomendero, rico hacendado, adelantado, capitán general y gobernador del Río de la Plata.

Hijo de Lope Ortiz de Mendieta, capitán de Caballería y alcalde alguacil del Santo Oficio de la Inquisición; su madre fue Lucía Martínez Usquiano. Además de Juan, tuvieron otros tres hijos varones: Lope, Diego y Pedro. Gracias al apoyo de un pariente, Diego de Zárate, contador de la Casa de Contratación, no fue difícil para los cuatro hermanos obtener en diferentes años el pase a las Indias.

A los catorce años, Juan Ortiz de Zárate asistió a la fundación de Lima y estuvo presente en el apresamiento de los jefes incas; intervino también en la batalla de las Salinas, en 1538, como partidario de Diego de Almagro.

Juan Ortiz de Zárate sintió también la atracción por la conquista de tierras de los chunchos, por sus presuntas riquezas. La tierra de los chunchos estaba en la región del río Beni, junto con los capitanes Pedro Anzures y Pedro de Candia. Ese anhelo lo llevó hasta la tierra de Tucumán.

Nunca se aclaró cuál fue su verdadera intervención en el asesinato de Francisco Pizarro, porque en el momento del ataque se hallaba en una de las salas de la casa, pero como era también corriente entre los conquistadores el cambio de partidos, en 1542 formó en las filas de Diego de Almagro el Mozo, en la batalla de Chupas; sin embargo, rápidamente volvió a las filas pizarristas a las que había combatido y que eran las que representaban en ese momento la lealtad a la Corona cuando llegó el primer virrey Blasco Núñez de Vela, que venía con el principal propósito de llevar a la práctica las Nuevas Leyes.

En Charcas alzó bandera por el Rey, hecho que le llevó muy cerca de la muerte a que fuera condenado. Pudo librarse en última instancia de la muerte, pero perdió un brazo en un combate. En adelante sería conocido como el manco, y recibió la mitad de una encomienda en Tarija.

Si su señuelo primordial era la fortuna, Juan no sólo alcanzó cuantiosos bienes materiales, sino también prestigio y fama, lo cual lo hacía merecedor de un privilegiado destino dentro de la estructura virreinal.

Había llegado el momento del prestigio de Ortiz de Zárate con el nombramiento de éste a una categoría destacada. Había alcanzado la fortuna, como uno de los objetivos y llegó el momento en que sus aspiraciones fueron plenamente colmadas. No era sólo propietario de la casa más importante de La Plata, sino también de tierras en Tucsupaya con “obraje”, o sea, una fábrica de lana; con una chacra llamada Sequincha y varias “cuadras”, es decir, extensiones de terreno situadas en las tierras de Chuquisaca. Sus bienes se hallaban también en Porco (Potosí), donde tenía tres casas.

Pero seguramente el más rentable de sus bienes eran sus encomiendas de 1000 pesos al año; en Yamparáez y Charcas, aledañas a La Plata y una de indios “tomatas” en Tarija. Todas esas propiedades le permitieron, por ejemplo, dar al virrey de Lima 60.000 pesos de oro. La mina la “Mendieta” fue la parte que Ortiz de Zárate puso en la sociedad que firmó con Francisco Lobato, dueño de la veta San Francisco, de rendimiento equivalente (27 de abril de 1559).

En 1620, los herederos de Ortiz de Zárate reclamaban 200.000 ducados, invertidos en la conquista de las provincias del Río de la Plata, lo cual da una idea de la cuantiosa fortuna. Sin embargo, esa fortuna y su cargo de regidor de La Plata no le libró del motín de 1553, encabezado por Sebastián de Castilla, Egas de Guzmán, Francisco Hernández Jirón, en el que se dio muerte al corregidor Francisco de Hinojosa, al grito de “Viva el rey, ya es muerto Hinojosa y Alonso de Castro”.

El día del motín, Ortiz de Zárate fue apresado por los conquistadores, quienes lo encadenaron y le obligaron a entregar a Castilla 20 o 30.000 pesos. Hubo una orden (que no se cumplió) de dar muerte a Ortiz de Zárate, pero la situación cambió cuando un grupo de conspiradores dio muerte a su jefe, Sebastián de Castilla. Varias autoridades fueron o destituidas o decapitadas. Ortiz de Zárate estuvo a punto de perder la vida en medio de tantas confusiones y amenazas.

Cuando el motín fue disuelto, salió a combatir a Francisco Hernández Jirón, contra quien peleó en la batalla de Chuquinga. También acompañó a Alonso de Alvarado en la batalla de Pucara, que puso fin a la rebelión.

A partir de ese momento se dedicó a administrar sus negocios y empresas o a ejercer las funciones de regidor y de alcalde ordinario de La Plata. Aumentó su fortuna en 1558 cuando recibió en España, de su hermano Lope de Mendieta, una herencia consistente en “plata, joyas, ganados, casas y tierras”.

Desde que en 1536 fuera fundada por Pedro de Mendoza y se estableciera una población, Buenos Aires no tuvo ningún desarrollo. Sin embargo, era evidente la preocupación por el progreso de Buenos Aires debido a su posición estratégica sobre el Océano Atlántico y la desembocadura del Río de La Plata. Una de las personas que percibió con más claridad esa necesidad fue Juan de Matienzo, oidor de la Audiencia de La Plata, quien convenció a Lope de Castro para que nombrara a Juan Ortiz de Zárate gobernador y capitán general de las provincias del Río de La Plata.

Lope de Castro tuvo en cuenta para el nombramiento a Ortiz de Zárate “por concurrir en su persona las calidades de prudencia, fidelidad y experiencia que para ello se requiere”. Otro factor que influyó fue la persuasión que ejerció el oidor de la Audiencia de La Plata en el ánimo de Ortiz de Zárate para que éste aceptara la designación. La actitud del oidor concordaba plenamente con su firme convencimiento de la importancia y la necesidad de vincular el territorio de Charcas con el Río de La Plata. Otro de los motivos era conectar los dos mares, como adujo Matienzo, para el nuevo intento de asentamiento en las tierras del Río de La Plata.

Ortiz de Zárate debía ir a España para obtener la confirmación real del nombramiento; infortunadamente, en medio viaje la nave en que viajaba fue asaltada por corsarios franceses, quienes le arrebataron una parte importante de sus bienes (“Los franceses me robaron todas mis pertenencias dejándome sólo con la camisa y mi vida”).

En España firmó una capitulación con el Rey, que contemplaba fuertes obligaciones para Ortiz de Zárate, como la de fundar dos pueblos entre La Plata y Asunción. Las demás estipulaciones obligaban a Ortiz de Zárate a “poblar” los mismos, que se encontraban entre la capital de Charcas y Asunción, así como a llevar quinientos españoles oficiales y labradores españoles, cuatro mil vacas e igual número de ovejas y otros ganados.

Por su parte, la Corona le otorgaba de por vida y la de sus sucesores el título de adelantado, capitán general y gobernador de las “provincias” del Río de La Plata “de todo lo descubierto y poblado como de lo por descubrir y poblar”, así como la tarea de repartir y encomendar los indios que en ese territorio estuviesen vacantes, sin que caducaran las encomiendas que el adelantado poseía en Charcas. Se le permitía llevar esclavos en navíos de España y Portugal.

La armada partió del puerto de Sanlúcar el 17 de octubre de 1572. Ortiz de Zárate no llegó a cumplir la totalidad de las estipulaciones aunque alcanzó a fundar las ciudades de Villa Rica en el Paraguay, Santa Fe de la Vera Cruz sobre el río Paraná y San Salvador sobre el río Uruguay el 26 de enero de 1576.

Juan Ortiz de Zárate murió en Asunción en 1577. Los propósitos más importantes fueron cumplidos por su sobrino Juan de Garay, quien fundó Buenos Aires definitivamente tres años más tarde.

 

Bibl.: M. de Mendiburu, Diccionario histórico-biográfico del Perú, t. VIII, Lima, Imprenta de J. F. Solís, 1890; E. de Gandía, Historia de la conquista del Río de La Plata y del Paraguay, Buenos Aires, A. García Santos, 1932; A. Ballesteros y Beretta, Historia de España y su influencia en la historia universal, vol. IV, segunda parte, Barcelona, Salvat Editores, 1949; A. Crespo Rodas, Juan Ortiz de Zárate, vecino de La Plata, Actas del IV Congreso Internacional de Historia de América, Buenos Aires, 1982; A. M. Presta, Juan Ortiz de Zárate, an Entrepreneur in Sixteenth-Century La Plata, Charcas (Modern Bolivia), tesis doctoral, The Ohio State University, Department of History, 1992; Los encomenderos de La Plata 1550-1600, Lima, IEP, 2000, págs. 138-194.

 

Alberto Crespo Rodas