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Pedro Santacilia y Pacs

Biografía

Santacilia y Pacs, Pedro. Palma de Mallorca (Islas Baleares), 1592 – 19.XII.1669. Militar, gobernador general de Castilla la Vieja, consejero de Guerra, gobernador de Menorca y procurador real de Mallorca.

Fue miembro de la alta aristocracia mallorquina y participó activamente en las luchas entre Canamunts y Canavalls. Era hijo de Juan Miguel Santacilia y Togores y de Margarita de Pacs Burgues, hija de Pere de Pacs, que fue procurador real, y de Caterina Burgues, sobrina y heredera del procurador Francesc Burgues.

El 17 de agosto de 1608 le fue otorgado por Felipe III título de nobleza. Estuvo implicado en el homicidio del oidor de la Real Audiencia de Mallorca, Jaume Joan de Berga en 1616. Al ser asesinado su hermano Arnau, jefe de los Canamunt, inició una larga serie de venganzas. Perseguido por sus enemigos y por la justicia tuvo que huir de Mallorca. Inculpado en la muerte de Pedro Antonio Zaforteza, familiar del Santo Oficio, en 1626 fue condenado a muerte y a la pena de pagar 6000 ducados. En 1632 la viuda del difunto, Margalida de Verí, le perdonó de la muerte de su marido ante el notario Joan Antoni Forcimanya.

Ofreció sus servicios al Rey para levantar una compañía a su costa, que los aceptó y le indultó. Felipe IV le autorizó a reclutar trescientos infantes en Cataluña.

No debió de estimar prudente autorizar la leva en Mallorca, que en manos de un hombre pendenciero y vengativo podría convertirse en un instrumento de conflictividad interna. Éste fue el criterio mantenido por Real Despacho de 4 de marzo de 1632, pero las exigencias de la guerra obligaron a prescindir de precauciones y el 25 de marzo de 1633 presentó al virrey interino, el conde de Santa María de Formiguera, otra real provisión que le autorizaba a hacer la recluta en Mallorca, elevando su número a quinientos hombres.

Ese año reclutó a su costa una compañía de quinientos hombres, con la que participó militarmente primero en los puestos fronterizos entre Francia y Cataluña y después en las campañas de Milán y Alsacia, durante la Guerra de los Treinta Años. En 1634 participó en Alemania, como capitán de una compañía de Dragones en la batalla de Nördlingen y se apoderó del castillo de Mittelberg, en el obispado de Maguncia.

En la batalla de Nördlingen, el marqués de los Balbases certificaba que Pedro de Santacilia “fue el primero que ocupó el bosque pegado a la colina a la cara del enemigo”. En esta ocasión perdió a su hijo Arnau, que murió en la batalla. Después pasó a Flandes, donde permaneció hasta noviembre de 1634, en que le fue concedida una licencia de seis meses para “componer algunas cosas de su casa y hacienda”.

Poco después ascendió a mariscal de campo. Volvió a Mallorca, donde reclutó dos mil hombres. Por este motivo fue nombrado almirante de la armada que se preparaba en Cataluña, compuesta de bajeles, saetías y otras naves de menor porte, subordinado al gobernador de ella, con derecho a sucederle en sus ausencias.

Desempeñó este cometido durante tres meses, después de los cuales quedó agregado a la Armada Real, que estaba a cargo de Antonio de Oquendo. En 1637 fue nombrado gobernador general de quinientos Dragones del Ejército español que debían levantarse en Cataluña. Al mando de este cuerpo sirvió en la frontera portuguesa con Extremadura, de donde pasó al Languedoc. Sus sucesivos ascensos le llevaron a ser nombrado gobernador de la Caballería de Castilla la Vieja. Combatió en Portugal y Cataluña, donde introdujo víveres en el sitio de Tarragona e impidió que fuese quemado el puente de Tortosa. En 1641 fue nombrado ministro del Consejo de Guerra y le fue concedida una encomienda de 1000 ducados. Entre 1642 y 1645 ocupó el cargo de gobernador de la isla de Menorca, donde impidió la difusión de la revolución catalana y frustró algunos intentos franceses de ocupar la isla. En 1645 volvió a Mallorca para reclutar otra leva de trescientos hombres, con los que socorrer Tarragona. En agosto de este año falleció el virrey. El duque de Arcos expuso ante el Consejo de Aragón los inconvenientes que se derivarían de que fuese virrey interino “persona cabeza de bando”. Para prevenir esta cuestión fue designado virrey interino el obispo Tomás de Rocamora. En 1651 volvió a ponerse al frente de una flota de bergantines para participar en el sitio de Barcelona. Era caballero de la Orden de Calatrava. A la muerte de Miquel Sureda Vivot el 8 de julio de 1655, fue elegido procurador real de Mallorca por el entonces virrey Ram de Montoro.

Prestó su juramento el día 12 y entregó las correspondientes fianzas al escribano de la gobernación.

Después, en 1657, el Rey, tras ser recomendado por el Consejo de Guerra, le concedió el oficio en propiedad que desempeñó hasta su muerte. Había sido recomendado por el virrey en primer lugar. Los jurados, en cambio, en esta ocasión apoyaron al conde de Santa María de Formiguera. En 1662 estuvo presente en el sitio de Tarragona. En 1663 ocupó interinamente el virreinato. Durante este tiempo expatrió de Mallorca a doscientos once bandoleros. El 22 de junio de 1667 y el 4 de octubre de 1668 dirigió dos memoriales a la Corte, en los que pedía poder disponer del cargo de procurador real para uno de sus hijos.

El Rey los envió al Consejo de Aragón, que consideró que “podría tener graves inconvenientes hazerle esta gracia”. Fue enterrado en la Catedral.

Contrajo dos matrimonios: en primer lugar con Magdalena Togores Montanyans y García, fallecida en 1649, y en segundo lugar con Leonor Despuig.

Su casa, heredada de su madre, en la parroquia de San Nicolás, fue valorada en 1576 en 3000 libras mallorquinas.

Actualmente está ocupada por el Tribunal Superior de Justicia de las Baleares. Sus dos hijos, Pedro y Juan Miguel, habían fallecido antes que él. Su hija Leonor contrajo esponsales con Gabriel de Berga y Zanglada. Tanto su otro hijo Nicolás de Santacilia, como el conde de Santa María de Formiguera solicitaron el oficio de procurador real. Sobre Nicolás no habían prosperado las solicitudes del derecho de sucesión.

El virrey Salbà de Vallgornera nombró procurador real interino al sobrino del difunto Mateu Sanglada, del hábito de Alcántara, y propuso para sucederle en primer lugar al conde de Santa María de Formiguera, en segundo lugar a Mateu Sanglada y en tercer lugar a Gabriel de Berga. Carlos II entregó el cargo en propiedad a Sanglada.

Santacilia fue el personaje en el que se inspiró el catalán Manuel Angelón Broquetas para su novela histórica Los fueros de Cataluña (1857).

 

Bibl.: J. Salvá, “Don Pedro Santacilia y Pax”, en Boletín de la Sociedad Arqueológica Luliana, XXXI (1956), págs. 204- 210; A. le Senne, Canamunt i Canavall, Palma, Moll, 1981; J. Juan Vidal, El sistema de gobierno en el Reino de Mallorca (siglos xv- xvii), Palma, El Tall, 1996.

 

Josep Juan Vida

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