Álvarez Arenas Secades, Domingo. Oviedo (Asturias), 1800 – 17.IV.1875. Catedrático y rector de la Universidad de Oviedo, diputado, jefe de Administración Civil y consejero de Instrucción Pública.
Catedrático, abogado en ejercicio y diputado, conjunción de actividades que se reproducen como una constante al reflejar la vida de un amplio número de personalidades del siglo xix, entre ellas la de Álvarez Arenas.
En el primer escalafón del cuerpo de catedráticos de la universidad española, publicado en 1846, figura con el número cincuenta abarcando varias disciplinas: Teoría de los Procedimientos, Práctica Forense y Derecho Público y Administrativo español.
Decano de la Facultad de Derecho entre los años 1845 y 1852. Rector de la Universidad de Oviedo y su Distrito (Santander y León) en dos períodos: 1843 y de 1852 a 1857, sucediendo a Pablo Mata Vigil, que le convirtió en el rector con más años en el desempeño del cargo en el siglo xix. La etapa más interesante es la del año 1845, cuando se publica el nuevo Plan de Estudios, del asturiano Pedro José Pidal —en cuyas filas políticas militaba Álvarez Arenas— y le corresponde aplicarlo, tanto en lo sustancial de la reforma de los estudios, como en la parte material adecuando el viejo edificio a las exigencias de las nuevas enseñanzas. En estas fechas se procedió al derribo de la frágil espadaña, en cuyos huecos colgaban las campanas, para construir la torre actual como futura sede de un notable observatorio meteorológico, concluido en la época del rectorado de León Salmean y emprendió otras obras de reforma y conservación.
Dio un importante impulso a la formación de la Biblioteca Universitaria —perdida en gran parte durante la invasión francesa— con la compra de las obras de más nombre en Ciencias Morales, Políticas, Físicas y Naturales, al tiempo que miraba por sus intereses económicos y la dotaba de hermosas estanterías.
Siendo rector en 1857, recibió y acompañó a los duques de Montpensier en su viaje a Asturias, durante la visita a las dependencias de la universidad y a los monumentos prerrománicos en el monte Naranco.
Políticamente siguió las directrices del marqués de Pidal, y participó ampliamente en la vida parlamentaria.
En las elecciones del 3 de septiembre de 1844 es elegido diputado por Oviedo; dos años después, por el distrito de Pola de Laviana, entre 1846-1850, para terminar su vida política en la breve legislatura de cinco meses entre 1950-1851, siempre dentro del Partido Conservador. En una de sus intervenciones parlamentarias en 1849 ofrece su concepto de constitución: “La Constitución no solamente debe ser una verdad —dijo— sino un dogma superior a todo ataque, a toda impugnación y hasta al examen, pues creo que solo así es como los gobiernos constitucionales, pueden afianzarse”.
Como abogado fue “letrado de calidad”, decano del Colegio de Abogados de Oviedo y miembro de la Comisión Provincial de Monumentos creada por Pidal en 1844 para facilitar y recoger información sobre todo lo referente a monumentos y antigüedades del Principado de Asturias.
Estaba en posesión de la Gran Cruz de Carlos III.
Un óleo suyo, del asturiano Dionisio Fierros, donado por su familia, figura en la Sala de Rectores de la Universidad de Oviedo.
Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación Electoral, 24, n.º 54; 26, n.º 15 y 29, n.º 6; Diario de las Sesiones de Cortes, Legislatura de 1848- 1849, t. III, pág. 1531.
VV. AA., Reglamento interior del Claustro de la Universidad Literaria de Oviedo, Oviedo, Imprenta de D. F. Pedregal, 1844, 8 págs.; F. Canella Secades, Historia de la Universidad de Oviedo, Oviedo, Flórez, Gusano y Compañía, 1903-1904 (2.ª ed.); C. Suárez, Escritores y artistas asturianos: índice biobibliográfico, Madrid, 1936-1959; R. Rodríguez Álvarez, La Biblioteca de la Universidad de Oviedo (1765-1934), Oviedo, Universidad de Oviedo, 1993.
Juan Ramón Coronas González