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Mariano Seguer Pertusa

Biografía

Seguer Pertusa, Mariano. Valencia, 1702 – 1759. Médico.

Nacido en Valencia en 1702, estudió Medicina en la Universidad de la misma ciudad, donde obtuvo el grado de doctor en 1728. Sus principales maestros fueron Antonio García, principal renovador entonces de la enseñanza, de quien hizo el elogio fúnebre, y Juan Bautista Longás, con el que trabajó como asistente clínico en el Hospital General y también como ayudante “para las demostraciones anatómicas”. A partir de 1732 opositó a diferentes cátedras médicas, obteniendo finalmente en 1742 una de las de “teórica” o “de curso”, que ocupó hasta su muerte.

Seguer estuvo ampliamente relacionado con instituciones y personalidades médicas de dentro y fuera de España. Perteneció a la Regia Sociedad de Medicina de Sevilla y a la Real Academia Médica Matritense. El primer extranjero con el que mantuvo correspondencia, todavía en sus años de estudiante, fue Philippe Hecquet, decano de la facultad de Medicina de París. De mentalidad iatromecánica, Hecquet debió de consolidar su adhesión a esta corriente, entonces dominante en Valencia, mediante las “repetidas cartas latinas y francesas con las que se sirve este célebre médico dirigir mis estudios” según afirmó en 1736 el mismo Seguer.

También tempranamente se relacionó con el ambiente médico ginebrino en torno a Jean Jacques Manget, hasta el fallecimiento de éste en 1742, y con Joseph Rodrigues de Avreu, médico de Cámara del rey Joâo V de Portugal. Más tarde lo hizo con Andreas Elias Büchner, presidente de la Academia Caesarea Naturae Curiosorum alemana, así como con Albrecht von Haller.

La primera publicación de Seguer fue una edición del Enchiridion Medicum Theorico-practicum (1734), del inglés Joseph Jackson, breve compendio que amplió con anotaciones propias y otros materiales, entre ellos, un texto de Hecquet. De las theses que llevó a la imprenta al presentarse a oposiciones a cátedra destacan las Anatomica medicinae asserta (1742), principalmente por sus ideas texturales. Con una información rigurosa y al día, Seguer se ocupó en ellas de la “fibra primigenia” o “fibrilla” como elemento anatómico de la sustancia carnosa, tendinosa, nerviosa, ósea, etc., así como de la “fibra” y la “membrana” como elementos secundarios. Por otra parte, afirmó que el microscopio es un instrumento indispensable para la indagación anatómica y ofreció datos micrográficos sobre diversos territorios orgánicos.

Incluyó, además, un apéndice dedicado a los anatomistas españoles de los siglos xvi al xviii, que Vicente Peset Llorca ha considerado uno de los puntos de partida de la historiografía médica en España. En la misma línea, redactó unas Notitiae Medicorum Hispanorum ab anno 1672 ad annum 1742, destinada a un suplemento del repertorio Bibliotheca scriptorum medicorum, de Manget, pero que quedaron manuscritas a causa de la muerte de éste. Fueron finalmente utilizadas por Haller en sus grandes Bibliothecae, donde asimismo recogió las referencias que Seguer le había enviado directamente sobre obras de autores españoles del siglo xvi.

El texto de una carta de Seguer relativa al uso de una tintura de quina ideada por Manget había sido reproducida por éste en su edición de las obras del médico alemán Michael Ettmüller (1736) y, ocho años más tarde, Rodrigues de Avreu incluyó en el tercer volumen de su Historiologia medica (1744) una Dissertatio de medicinae Stahlianae praestantia redactada por el valenciano. Esta Dissertatio y las opiniones que expuso en otras obras, principalmente en sus theses para las oposiciones de 1742 a la cátedra de “teórica”, indican que, al menos durante algún tiempo, figuró entre los escasos seguidores españoles del sistema animista de Georg Ernst Stahl. Las relaciones internacionales de Seguer explican que fuera el primer español que publicó trabajos científicos en una revista médica extranjera. En los volúmenes sexto (1742) y séptimo (1744) del Acta physico-medica, órgano de expresión de la Academia Caesarea Naturae Curiosorum aparecieron sendos trabajos suyos sobre un remedio antidiarreico, el primero de los cuales, publicado originalmente en Valencia en 1741, fue más tarde reproducido por Haller en el séptimo tomo de sus Disputationes de clínica y terapéutica (1760).

Seguer dejó al morir una biblioteca de cerca de un millar de volúmenes, cuyo contenido es una nueva prueba de que conocía de primera mano la ciencia médica de su tiempo.

 

Obras de ~: “Epistola de abuso tinturae kinae Mangeti”, en M. Müller, Opera Medica theorico-practica. Editio novissima [...],vol. II, Genevae, Apud Fratres Tauznes, 1736, pág. 554; Theorica Medicinae Placita disputationi proponit. In petitione Galenicae Cathedrae [...], Valentiae, Apud Antonium Balle, 1736; Schedula monitoria de jusculo pulli lienteride specifico [...], Valentiae, J. Esteban Dolz, 1741 [también en Acta physico-medica Academiae Naturae Curiosorum (APMANC), 6 (1742), pág. 89, ampliado en APMANC, 7, Appendix (1744), págs. 209-216; Anathomica Medicinae Asserta disputandi proponit in petirionem Cathedrae Anathomicae [...], Valentiae, Ex Typographia Cosmae Grancha, 1742; Dissertatio de Methodo Medendi, Disputationi proposita in Petitione Primariae Cathedrae [...], Valentiae, Apud Cosmam Grancha, 1742; Theorica Galenico-Mechanica disputatione proposita in petitione Theoricae Cathedrae [...], Valentiae, Typis Cosme Grancha, 1742; “Dissertatio de medicinae Stahlianae praestantia”, en J. Rodrigues de Abreu, Historiologia medica fundada, e establecida nos principios de George Ernesto Stahl [...], Lisboa Occidental, Na Officina da Musica, 1745, pt. II; A. von Haller lo incluyó también en sus Disputationes ad morborum historiam et curatione pacientes, quos collegit, edidit et reunsit [...], vol. VII, Laussanae, M. M. Bosquet et Soc., 1760, n.º 261].

 

Bibl.: V. Peset Llorca, “El Dr. Seguer (1702-1759) y la moderna historiografía médica española”, en Asclepio, 18-19 (1966-1967), págs. 261-268; J. M.ª López Piñero, “La integración en la medicina internacional: Mariano Seguer y Antonio Capdevila”, en La medicina y las ciencias biológicas en la historia valenciana, Valencia, Ajuntament, 2004, págs. 230-233.

 

José María López Piñero