Ibarrola Orueta, Juan. Llodio (Álava), 10.VII.1900 – 21.VIII.1976. Militar.
Fueron sus padres Fernando Ibarrola y Josefa Orueta. Ingresó en la Academia de Infantería en 1917 con el empleo de alférez, ascendiendo a teniente en julio de 1920 y destinado al batallón de montaña Garellano n.º 23, pasando en 1922 al de Chiclana n.º 17 y en 1924 al de Tenerife y al año siguiente al de Saboya n.º 6 y luego de nuevo al Garellano, pidiendo su pase a la Guardia Civil y siendo destinado en 1927 a la Comandancia de Guadalajara y seguidamente al 9.º Tercio, Comandancia de Valladolid. Ascendido a capitán en 1935 pasó a la Comandancia de Álava, siendo nombrado juez instructor de causas por los sucesos de la revolución de octubre de 1934, sin que ninguno de los encausados por él fuese a la cárcel, tras lo cual fue destinado al 22.º Tercio, Comandancia de Vizcaya. Al estallar la guerra se mantuvo fiel al Gobierno y en el primer momento salió al frente de una columna de milicianos hacia Ubiedea y Ochandiano y a principios de septiembre estaba al mando de este último sector. Ascendido a comandante, en la fracasada ofensiva sobre Villarreal, en noviembre de 1936, mandó la 1.ª columna del Ejército de Euskadi, que careció de decisión.
Durante la ofensiva nacional sobre Vizcaya, estuvo al frente de la 3.ª división vasca, que fue una de las que mayor resistencia opuso al avance enemigo, pasando a mandar la 50.ª división en Santander, tras la caída de Bilbao, y en septiembre, ya en la defensa de Asturias, se hizo cargo de la división “A”, pasando al mes siguiente al XIV Cuerpo de Ejército. Consiguió huir tras la caída del frente Norte, y en Teruel tuvo el mando del XXII Cuerpo de Ejército, ascendiendo a teniente coronel durante esta batalla por méritos de guerra, siendo nombrado comandante militar de la plaza conquistada. Con la misma unidad combatió los meses siguientes en Aragón, siéndole concedida la Placa del Valor. En enero de 1939 participó en la postrera ofensiva republicana sobre Extremadura y, cuando en marzo el coronel Casado López dio su golpe de Estado, fue destituido por sus hombres que no admitieron que su jefe estuviese de acuerdo. No quiso huir y fue hecho prisionero, juzgado y condenado a treinta años de cárcel, librándose del fusilamiento, al parecer, por sufrir trastornos mentales en aquellos momentos. Tuvo fama de buen militar, serio, honrado y católico prácticamente, causando siempre excelente impresión a quienes le trataron, aunque estuvieran muy lejos de sus ideas.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), exp. personal; Archivo Histórico de la Guardia Civil, Hoja de Servicio.
Diario Oficial del Ministerio de Defensa, n.º 225 (2 de septiembre de 1938); R. Salas Larrazábal, Historia del Ejército Popular de la República, vols. I y II, Madrid, Editora Nacional, 1973, págs. 377, 942, 968 y págs. 1414, 1453, 1599, 1668, 1680, 1736, 2026, 2272, 2308 y 2317, respect.; L. Romero, El final de la guerra, Barcelona, Ariel, 1976, pág. 358; V. Rojo, España heroica, Barcelona, Editorial Ariel, 1979 (2.ª ed.), págs. 122 y 142; J. M. Martínez Bande, La batalla de Pozoblanco y el cierre de la bolsa de Mérida, Madrid, Editorial San Martín, 1981, pág. 168.
Juan Blázquez Miguel